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Es muy normal que después de separarte de tu ex narcisista maltratador tengas el sentimiento de que “necesites volver con él. No eres un bicho raro por ello ni la única te lo aseguro.

Te voy a contar porqué necesitas un poco más de él.

Ante todo no debes sentirte mal por tener estos sentimientos. El vínculo con él es muy grande y te aseguro es más fácil romper con una relación sana que con una tóxica. (puedes leer sobre el vínculo traumático).

No estás loca por tener estos sentimientos, no eres tú si no la química que los comportamientos del narcisista ha creado en ti y la que te mantiene unida a el. No permitas que nadie te juzgue por ello. Cada persona necesita sus propios tiempos.

No es fácil romper el vínculo con el maltratador aunque te apartes de él físicamente estableciendo el contacto cero. No solamente intervienen factores emocionales en la separación, la química juega un papel aún mayor.

Los “chicos malos’ causan estragos en nuestras vidas, nuestros cuerpos y nuestros cerebros. No solo nos sentimos atraídas a ellos por motivos, emocionales y psicológicos. La bioquímica tiene su gran parte de culpa.

Podemos volvernos adictas a las subidas y bajadas de una relación destructiva con un narcisista, y tras la ruptura, la sanación puede ser similar a la rehabilitación de una adicción a las drogas. (como nos explica la teoría del vínculo traumático las personas narcisistas nos atan a ellos dándonos amor y luego quitándonoslo).

¿Cuántas veces te has preguntado por qué no podías dejar a tu pareja sabiendo que te hacía daño?

Pero incluso una vez separada y establecido el contacto cero, te preguntas por qué te mueres por volver con él aún sabiendo cómo te trata. Claro que sabes que no te conviene y que te hace daño, no eres tonta. Pero no puedes evitar ese ‘instinto» de querer volver con él.

Cuando nos encontramos por primera vez con una pareja tóxica, nuestro vínculo con él se consolida rápidamente a través de su excesiva atención combinada con, al principio, ocasionales retiradas de afecto.(la etapa del love bombing). Así podemos decir que el poderoso vínculo que creamos con el narcisista surge de  nuestros vínculos bioquímicos.

El narcisista te da y te quita como has visto en la explicación del vínculo traumático. Te mantiene en una montaña rusa de emociones, y su ocasional afecto termina siendo como droga para tu cerebro.

Si te preguntas por qué no te has ido antes de la relación, por qué no has huido,.o necesitas estar con él después del contacto ero.. deja de culpabilizarte. Porque la respuesta no está en tu mente, si no en los efectos de la química.

Las experiencias positivas con el narcisista como citas inolvidables, atención exagerada, adulación, un sexo increíble, regalos y grandes gestos románticos pueden liberar dopamina en el cerebro.

La dopamina es un neurotransmisor que controla el centro de placer de nuestros cerebros y crea circuitos de recompensa, que luego generan asociaciones automáticas en nuestro cerebro que vinculan a nuestras parejas románticas con el placer e incluso con nuestra supervivencia.

¿Recuerdas los agradables primeros momentos con tu pareja narcisista, las citas románticas, los elogios, el sexo increíble, incluso después de haber roto? Lo haces porque tu cerebro libera dopamina y tu cerebro  te pide que «lo hagas de nuevo».

Las disculpas, las palabras dulces después de una gran discusión, las demostraciones de ternura durante la fase de devaluación,… fortalecen el circuito , generan más dopamina en ti y hacen que te quedes atrapada en el círculo de necesitar más de lo mismo, necesitas tu recompensa.

La dopamina es el neurotransmisor responsable de la adicción a la cocaína, y también el responsable de la adicción a las parejas románticas peligrosas. De acuerdo con Harvard Health, tanto las drogas como los recuerdos intensos y placenteros activan la dopamina y crean circuitos de recompensa en el cerebro, que esencialmente le dicen al cerebro que «vuelva a hacerlo».

No es que no sepas que el narcisista te hace daño, claro que lo sabes, pero la química es más fuerte que tú.

La dopamina fluye más fácilmente en el cerebro cuando hay un «refuerzo intermitente» en lugar de un programa consistente (el afecto que recibes del narcisista es intermitente, en una relación “sana” es consistente, es el vínculo traumático). Tú te quedas esperando a recibir algo bueno.

La Dra. Helen Fisher (antropóloga biológica y autora de “Anatomía del Amor” descubrió que esta experiencia de «frustración-atracción» en una relación romántica en realidad aumenta nuestros sentimientos de amor, en lugar de obstaculizarlos. En sus libros nos dice cómo los cerebros de quienes se encuentran en relaciones cargadas de adversidad se activan de una manera inquietantemente similar a los cerebros de los adictos a la cocaína.

Como ves, la dopamina ha fluído más en ti por el comportamiento abusivo e intermitente del narcisista. Eso te ha dejado “enganchada” a él. La ciencia debe servir para que empieces a dejar de culpabilizarte.

Tratate con todo el amor que mereces porque caer y quedar atrapada en una relación abusiva ha sido culpa de la quimica, y tu poco podías hacer contra eso.

Dado que la dopamina también se libera cuando tenemos recuerdos placenteros, soñar despierto y recordar constantemente los primeros momentos románticos de una pareja encantadora a menudo tiene el efecto de amplificar este circuito en el cerebro.

Es por esta química de las hormonas en tu cerebro que esperas ansiosamente la llamada del narcisista o un mensaje suyo, o rememoras las primeras citas con el narcisista y necesitas a veces volver con él.

El narcisista domina nuestro cerebro las veinticuatro horas con su comportamiento impredecible y su love bombing. Por eso no has de extrañarte ni culpabilizarte por haber desarrollado una compulsión irracional para mantenerte atada o por querer volver con el narcisista. Es la química.

Lo importante es que entiendas que la potencia de la química es más fuerte que tu raciocinio, y que por ella te has quedado en una relación con una persona que no te trataba bien. No toleres a nadie que te diga que eres tonta por haberlo hecho. No te culpes por “tener ganas de volver con él”. Es la adicción química la que te ata a él, y no la puedes superar de manera racional.

Pero por favor tranquila, La ciencia y tu cerebro (neuroplasticidad) están a tu favor. Puedes modificar tu cerebro y cambiar esta adicción. Puedes hacerlo .

Lo importante es que empieces a respirar y liberar la culpabilidad que te ha acompañado todo este tiempo. Con una menor carga es más fácil caminar hacia tu sanación y propio encuentro.

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