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Hace ahora tres años que publiqué “Sobrevivir a una Madre Narcisista”. Fue un paso enorme para mí, ya que suponía salir “del armario”, hablar de una realidad que había marcado mi infancia y mi edad adulta.

Cada palabra escrita venían de mi experiencia, de mi proceso de vida y de todo el aprendizaje hecho con grandes profesionales que me ayudaron a superar los condicionamientos mentales en la infancia.

Ha sido un honor acompañar a tantas personas en el proceso de despertar y poder aceptar el abuso vivido, para poder sanar todo el dolor del pasado y empezar a ver quienes sois en realidad. 

Cada día durante estos años he respondido mensajes, emails, y he tratado de haceros llegar un rayo de esperanza, y vosotros a cambio me habéis ofrecido las palabras más bonitas de agradecimiento.

Pero ha llegado el momento de seguir camino, de seguir empoderándome, de seguir luchando para seguir creciendo.

Hay una frase de Nietzsche que menciono en mis libros “Si miras al abismo el abismo mira en ti”. Y necesito dejar de mirar al abismo para poder seguir caminando en la luz.

Toda la satisfacción que me habéis dado, también ha conllevado dolor y rabia en este último año, por ver tantas personas que supuestamente dicen querer ayudar a las víctimas del abuso narcisista PERO que hablan más del “enemigo” que de ayudar a las víctimas a entender lo que han vivido y enseñarles que lo que necesitan para terminar con este abuso no es solo conocer o entender al abusador, sino a amarse, respetarse, valorarse y tener unos sólidos límites.

La guerra no se acaba hablando de la guerra, sino hablando de amor.

Y eso es lo que he querido siempre transmitiros, y escuchar hablar de guerra me produce dolor. Leer y oír como se repite a la sociedad que quien nos hizo daño tiene el poder, y que no podíamos hacer nada para impedir lo vivido, es robarte una vez más tu esencia y tu poder. Es cierto que de niños no podemos defendernos, que aprendemos lo que nos enseñan, pero de adultos, tenemos que reaprender a ver lo que valemos y quienes somos y saber que nadie más que nosotros mismos tiene poder sobre nuestra mente.

Proverbios 4:23 

 Cuida tu mente más que nada en el mundo, porque ella es fuente de vida.

Sé que muchos os alegraréis por mí porque sigo en el camino de la vida, luchando como una guerrera para conseguir mis sueños y seguir despertando mi potencial. Porque como escribí en Sobrevivir a una madre Narcisista “Si has llegado hasta aquí caminando cada día sobre fuego, eres no solo una superviviente, sino una guerrera capaz de llegar donde quieras”.

Pero también va a haber quien se alegre, porque desde el principio ha estado ahí intimidándome, diciendo lo mal que lo hago, el poco sentido que tiene lo que digo, y ya lo último que no puedo describir las características del Síndrome de la víctima Narcisista, que no fui yo quien lss definió, sino la gran Psicoterapeuta Christine Louis de Canonville en el 2009, y que hoy sigue luchando para que psicólogos conozcan las secuelas del abuso y así realmente poder ayudar a quienes lo hemos sufrido.  Yo solo he mostrado su trabajo, porque cuando sabes lo que tienes, los profesionales pueden ayudarte a sanar de verdad. Y así me lo habéis hecho saber muchos de vosotros al agradecerme haberos mostrado lo que ya sabíais que sufrías y los psicólogos que me habéis agradecido la recopilación para ayudar a vuestros pacientes. 

A esas pocas personas que me han llevado de nuevo en mi vida a tener pensamientos suicidas al querer destruirme, también quiero darles las gracias porque tomando prestadas palabras de la gran cantante Madonna, “sin las críticas no hubiera peleado para llegar donde estoy”. Y es que las zancadillas en el camino, que te quieran hacer daño, que quieran tirarte al suelo, pisotearte y hacerte desaparacer te lo tienes que tomar en esta vida como compost, como la fuerza que te hace crecer. Piensa que las plantas se ponen más hermosas con la mierda y las personas somos igual. Y eso te deseo que hagas tú, que lo vivido lo utilices para sacar todo el valor que llevas dentro.

Siempre hay que dar gracias por todo lo vivido. Lo bueno y lo duro son experiencias maravillosas que nos convierten en seres únicos, y lo difícil es lo que nos hace resilientes y sacar el valor que llevamos dentro y que no sabemos lo tenemos ahí.

No me alargo más, solo quería decirte que creas en ti, que como siempre trato de recordarte seas tu centro, que no mires  a quien tira piedras fuera porque tu valor lo llevas dentro y solo mereces cosas buenas. Sana el pasado, desapégate del dolor vivido y mira adelante.

Un fuerte abrazo y una vez mas miles de gracias.

P.D. Pronto podréis leer mi historia con la de otras 9 supervivientes publicada por la Editorial Penguin. Porque los que hemos vivido el abuso y nos hemos recuperado, debemos ser la fuerza y el ejemplo para los que estáis aún en el camino mantengáis la fuerza y sigáis caminando hasta ver lo maravillosos que sois.

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