?onvivir con una persona con trastorno narcisista de la personalidad es devastador, te deja destruido como persona, pierdes tu identidad y lo peor de todo es que quedas enganchado a tu abusador o abusadora.
Cuando has sido víctima del abuso narcisista desarrollas el Síndrome de Estocolmo que ese un vínculo traumático emocional de la víctima con su abusador narcisista para sobrevivir a su terrible experiencia de vivir como un rehén amenazado
La experiencia de compartir vida con un a persona narcisista, psicológicamente puede ser parecido a ser un rehén en una zona de guerra insegura durante muchos años.
La supervivencia puede ser, y por lo general es, una preocupación muy real. Crecer y vivir bajo la constante amenaza de abuso físico, emocional, sexual, psicológico, mental y espiritual, mezclado con la amabilidad ocasional de estos seres, proporciona el comportamiento intermitente requerido para desarrollar el síndrome de Estocolmo o la vinculación traumática.
Ante los comportamientos abusivos pero ocasionalmente amables de la persona narcisista, percibes que no hay escapatoria y aprendes a vivir en modo supervivencia, recurriendo a la disonancia cognitiva esto es te autoengañas para sobrevivir los abusos.
La disonancia cognitiva, el autoengañarse, el decirte que la persona abusadora te quiere, te reduce estrés, lo que fortalece el vínculo con ella hasta el punto de que llegas a defenderla.
Me imagino que te suena, no te sientas mal por favor que no eres a la única persona que le ocurre. Cuando creces con unos padres abusivos y de vez en cuando te dan algo bueno, te dices a ti y a los demás que son buenos. E incluso si tu pareja o madre/padre es a veces agresiva y otras te muestra un lado bueno, terminas diciéndote que es bueno, así no sufres.
La persona narcisista te erosiona tu sentido del yo, te aísla de otras personas, y con ello tú te apegas con fuerza a tu maltratado en busca de un poco de amor, de un poco de validación, de ese gesto amable que te devuelva tu identidad personal, que te diga que no eres una persona tan inadecuada como estás empezando a creer, sino alguien valiosa y digna de amor y respeto. Te apegas a tu abusador esperando la buena palabra porque necesitas sentirte bien.
Los gestos “buenos” ocasionales de tu abusador o abusadora, te han arrastrado a una situación de abuso crónico y a una dependencia emocional de ella.
El término psicológico, Síndrome de Estocolmo, fue acuñado por el criminólogo y psiquiatra Nils Bejerot en 1973, después de que asistió a la policía durante un robo a un banco en Estocolmo en el que cuatro empleados fueron secuestrados por dos captores durante seis días. Durante este tiempo relativamente corto se observó que los rehenes habían logrado desarrollar un fuerte vínculo emocional con sus captores. Parecería que los sentimientos empáticos de los rehénes hacia sus captores se debieron a los actos de amabilidad que se les mostraron durante su terrible experiencia. Increíblemente, estos pequeños actos de amabilidad parecían negar el hecho de que sus vidas habían sido amenazadas, e incluso después de varios meses después de ser liberados, algunos de los rehenes aún querían defender a sus captores.
Para que se dé el Síndrome de Estocolmo se necesitan las siguientes cuatro condiciones:
1. Que exista una amenaza percibida para la existencia del cautivo, y creer fervientemente que el captor llevará a cabo esa amenaza.
2. Que el captor experimente pequeñas bondades dentro de un contexto de terror.
3. Que el capturado esté aislado de cualquier otra perspectiva que no sea la de su captor.
4. Que el cautivo perciba que no puede escapar.
Y eso es lo que te pasa cuando eres la víctima de un abusador narcisista. Te dan algo bueno de vez en cuando y te aíslan del mundo, y tú sientes que no puedes salir de la situación en la que te tiene.
Cuando estás viviendo con una persona narcisista «La verdad de la situación es que no tienes ni idea de que eres víctima de abuso narcisista, ni sabes que estás sufriendo los efectos del Síndrome de Estocolmo.
Vives dentro de una espiral de comportamiento que incluye los extremos de amenazas constantes y amabilidad ( un tratamiento intermitente bueno-malo); pasas por un proceso de sentirte amada, mientras que al mismo tiempo te está destrozando tu autoestima. Estos dos elementos juntos causan un desequilibrio de poder que puede crear el fenómeno de vinculación traumática.
¿Y por qué no te vas de la relación?
Porque el instinto primitivo de supervivencia se apodera de ti a medida que la amenaza a tu vida se vuelve inminente. Incluso cuando las cosas van bien y la persona narcisista no está siendo agresiva, tú, la víctima estás controlada por el miedo a que las cosas puedan cambiar en un instante.
Como modo de supervivencia, la víctima comienza a ver el mundo desde la perspectiva del abusador narcisista, y comienza a centrarse en sus necesidades (en lugar de las suyas) para tener algo de seguridad. Debido a los peligros reales involucrados, la víctima pierde toda esperanza de escapar, y la disociación se convierte en una amiga reconfortante.
Es muy duro pasar por una experincia así, lo he vivido, lo sé, pero creeme, merces una vida mejor y vas a poder dejar de lado ese sentimiento de culpa, ese creer que no peudes encontrar nada mejor, porque como ser humano tienes el derecho innato en ti de una vida llena de amor. Lucha para sanar tus heridas emocionales, y no pares hasta enocntrar todo lo que vales.