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Síndrome de Munchausen por Poderes. Cuando tu madre te enferma.

Síndrome de Munchausen por Poderes. Cuando tu madre te enferma.

El Síndrome de Munchausen por poderes es un trastorno en el que una persona, generalmente el cuidador o la madre del niño, deliberadamente causa lesión, enfermedad o trastorno a otra persona, generalmente el hijo. Es un trastorno psiquiátrico registrado en el DSM-V  como Trastorno facticio , o artificial.

Es una forma de maltrato infantil en la que uno de los padres provoca en el niño síntomas reales o aparentes de una enfermedad.

Hay casos en las que las madres con trastorno de la personalidad narcisista, enferman a sus hijos para mantenerlos bajo su poder y así obtener su suplemento narcisista. Enfermando a sus hijos gratifican sus necesidades psicológicas de atención y dependencia.

La madre que enferma a sus hijos en apariencia es muy preocupada y abnegada, por lo que normalmente no existen sospechas de maltrato por parte de médicos u otros familiares. Los niños que sufren esta forma de abuso suelen ser hospitalizados por presentar grupos de síntomas que no encajan mucho en ninguna enfermedad conocida. O son llevados a menudo al médico por una enfermedad supuesta que la madre insiste que tienen.   

Los síntomas del niño suelen mejorar en el hospital (ya que la enfermedad no existe)  y siempre empeoran en casa, cuando los médicos no están presentes.

El Síndrome de Munchausen, fingir y provocar que tu hijo está enfermo, es una forma de maltrato infantil elaborada y perversa, que puede ser potencialmente mortal para el niño implicado, al margen de los posibles traumas psicológicos que le puede provocar.

La madre que es capaz de hacer que su hijo enferme, realmente ha de tratarse de una madre verdaderamente  tóxica, y las víctimas que hemos sufrido su caprichoso comportamiento nunca llegamos a entender el comportamiento de nuestra propia madre.

Características de las madres que enferman a sus hijos
  • Estas madres se caracterizan por su gran destreza para manipular al personal (médicos, enfermeras, trabajadoras sociales). Algunos jueces se han manifestado incrédulos a que el síndrome exista como tal.
  • Sobreprotectoras con el hijo.
  • Relación simbiótica con el hijo
  • Con trastornos disociativos atípicos.
  • Depresivas, ansiosas.
  • Con gran capacidad de invención.
  • Agresividad.
  • Con trastorno límite de la personalidad.

El DSM-IV (Manual diagnóstico y estadístico de los trastornos mentales) propone los siguientes criterios de investigación para el trastorno ficticio por poderes:

  • Producción o simulación intencionada de signos o síntomas físicos o psicológicos en otra persona que se encuentra bajo el cuidado del perpetrador.
  • La motivación que define al perpetrador es el deseo de asumir el papel de paciente a través de otra persona.
  • No existen incentivos externos que justifiquen este comportamiento (por ejemplo, una compensación económica).
  • El comportamiento no se explica mejor por la presencia de otro trastorno mental.

El pediatra Roy Meadow, a principios del siglo 20, quien acuñó el término Síndrome de Munchausen,  después de estudiar a numerosos niños en el hospital, llegó a la conclusión de que quien genera un trastorno fictício por poderes no responde a un cuadro psicótico ni alucina mientras enferma a sus hijos.«Los padres y sobre todo la madre, inventan, falsifican o producen de manera voluntaria síntomas al niño, con la finalidad de gratificar las necesidades psicológicas de atención y dependencia de ellos mismos».

Los síntomas son provocados por el adulto con intencionalidad, voluntariedad y la ausencia de un beneficio consciente  y la falta de control sobre su conducta (sus actos son compulsivos, sus manipulaciones son conscientes, no así sus motivaciones).

A todas luces se trata de una modalidad de maltrato al niño, en la medida en que las acciones del adulto le provocan un daño real o potencial, con alteración de su desarrollo integral.

Si de pequeña estabas enferma más de lo que crees deberías, y con ello te quedabas en casa asilada, lo más probable es que tu madre tuviera el Sindrome de Munchausen. 

¿Por qué nos enamoramos de los chicos malos?

¿Por qué nos enamoramos de los chicos malos?

Los “chicos malos’ causan estragos en nuestras vidas, nuestros cuerpos y nuestros cerebros. No solo nos sentimos atraídas a ellos por motivos, emocionales y psicológicos. La bioquímica tiene su gran parte de culpa.

Podemos volvernos adictas a las subidas y bajadas de una relación destructiva con un narcisista, y tras la ruptura, la sanación puede ser similar a la rehabilitación de una adicción a las drogas.

¿Cuántas veces te has preguntado por qué no podías dejar a tu pareja sabiendo que te hacía daño?

Pero incluso una vez separada y establecido el contacto cero, te preguntas por qué te mueres por volver con él aún sabiendo como te trata.

Cuando nos encontramos por primera vez con una pareja tóxica, nuestro vínculo con él se consolida rápidamente a través de su excesiva atención combinada con, al principio, ocasionales retiradas de afecto.(la etapa del love bombing). Así podemos decir que el poderoso vínculo que creamos con el narcisista surge de  nuestros vínculos bioquímicos. 

El narcisista te da y te quita como has visto en la explicación del vínculo traumático. Te mantiene en una montaña rusa de emociones, y su ocasional afecto termina siendo como droga para tu cerebro. Vamos a verlo por partes para que lo entiendas.

Si te preguntas por qué no te has ido antes de la relación, por qué no has huido,.o necesitas estas con él.. deja de culpabilizarte. Porque la respuesta no está en tu mente, si no en los efectos de la química.

Empezaremos viendo los químicos y hormonas que forman parte  del apego con el narcisista, y que tiene poco que ver con sus propios méritos, sino con su comportamiento:

Dopamina: Las experiencias positivas con el narcisista como citas inolvidables, atención exagerada, adulación, un sexo increíble, regalos y grandes gestos románticos pueden liberar dopamina en el cerebro.

La dopamina es un neurotransmisor que controla el centro de placer de nuestros cerebros y crea circuitos de recompensa, que luego generan asociaciones automáticas en nuestro cerebro que vinculan a nuestras parejas románticas con el placer e incluso con nuestra supervivencia.

¿Recuerdas los agradables primeros momentos con tu pareja narcisista, las citas románticas, los elogios, el sexo increíble, incluso después de haber roto? Lo haces porque tu cerebro libera dopamina y tu cerebro  te pide que «lo hagas de nuevo».

Las disculpas, las palabras dulces después de una gran discusión, las demostraciones de ternura durante la fase de devaluación,… fortalecen el circuito , generan más dopamina en ti y hacen que te quedes atrapada en el círculo de necesitar más de lo mismo, necesitas tu recompensa.

La dopamina es el neurotransmisor responsable de la adicción a la cocaína, y también el responsable de la adicción a las parejas románticas peligrosas. De acuerdo con Harvard Health, tanto las drogas como los recuerdos intensos y placenteros activan la dopamina y crean circuitos de recompensa en el cerebro, que esencialmente le dicen al cerebro que «vuelva a hacerlo».

No es que no sepas que el narcisista te hace daño, claro que lo sabes, pero la química es más fuerte que tú.

La dopamina fluye más fácilmente en el cerebro cuando hay un «refuerzo intermitente» en lugar de un programa consistente (el afecto que recibes del narcisista es intermitente, en una relación “sana” es consistente). Tú te quedas esperando a recibir algo bueno.

La Dra. Helen Fisher (antropóloga biológica y autora de “Anatomía del Amor” descubrió que esta experiencia de «frustración-atracción» en una relación romántica en realidad aumenta nuestros sentimientos de amor, en lugar de obstaculizarlos. En sus libros nos dice cómo los cerebros de quienes se encuentran en relaciones cargadas de adversidad se activan de una manera inquietantemente similar a los cerebros de los adictos a la cocaína.

Como ves, la dopamina ha fluído más en ti por el comportamiento abusivo e intermitente del narcisista. Eso te ha dejado “enganchada” a él. La ciencia debe servir para que empieces a dejar de culpabilizarte. Tratate con todo el amor que mereces porque caer y quedar atrapada en una relación abusiva ha sido culpa de la quimica, y tu poco podías hacer contra eso.

Oxitocina: Es la llamada hormona del «amor» y «el vínculo». Esta es la misma hormona que une a la madre y al niño al nacer, y también te une a los hombres que no te merecen.

No olvides cómo nace el vínculo con el narcisista. A través de una relación que empuja a la velocidad de la luz. Las relaciones íntimas con él hacen que liberes oxitocina que promueve no solo el apego, sino también la confianza.  

Investigaciones como la del neurocientífico suizo  Thomas Baumgartner muestran que cuando la oxitocina está involucrada, la traición no necesariamente tiene un efecto en nuestro cerebro.

Por lo tanto, el engaño de una pareja tóxica no nos impide confiar en él a ciegas.

El efecto oxitocina también puede ser más fuerte para las mujeres que para los hombres; según Susan Kuchinskas, autora del libro “La química de la conexión”,  la respuesta a la oxitocina puede ayudarte a encontrar confianza, intimidad y amor, el estrógeno tiende a promover los efectos de la unión de la oxitocina.

En otras palabras después de relaciones íntimas con el narcisista, las mujeres químicamente somos más propensas que los hombres a “tragar”.

La química trabaja en tu contra. Es ella y no tú la responsable de tu vínculo al narcisista. Una vez que nos hemos vinculado con el narcisista sexualmente, también nos hemos unido psicológicamente y emocionalmente con él.

Cortisol y adrenalina: La pareja narcisista hace que con su comportamiento de hoy te doy mucho y mañana nada, nuestros niveles de cortisol y adrenalina (regulan nuestras reacciones ante situaciones estresantes) se disparen.

Según Christopher Bergland, la oxitocina, la adrenalina y el cortisol trabajan juntos para consolidar los recuerdos basados ​​en el miedo. Por lo tanto, tus temores y ansiedad por el abandono por parte de tu pareja, combinados con la intimidad física, hacen que los recuerdos relacionados con el narcisista sean más vívidos y más difíciles de borrar de tu mente.

La imprevisibilidad, el miedo y la ansiedad que se dan en una relación con un narcisista liberan adrenalina, que tiene un efecto antidepresivo. El miedo también libera dopamina, que  alimenta los circuitos de recompensa en nuestro cerebro, dejándonos añorando esa descarga de adrenalina.

El miedo y el placer se entrelazan, a pesar de nuestros mejores esfuerzos para exponer y desmantelar la aparente irracionalidad de nuestro comportamiento.

Esta es la razón por la cual tiendes a unirte más estrechamente al narcisista, por la montaña rusa de emociones en la que te hace vivir. Las hormonas neurotransmisoras (cortisol, adrenalina, dopamina,..) son las responsables y la razón por la que te has vinculado de manera inadvertida con alguien que te ha lastimado. Es el ya visto «vínculo traumático».

Serotonina: Cuando nos enamoramos, nos volvemos obsesivos como las personas con trastorno obsesivo compulsivo (TOC).

Según investigaciones del Dipartmento di Psichiatria, Neurobiologia, Farmacologia e Biotecnologie de la Universidad de Pisa, Italia, revelan que los niveles de serotonina en nuestros cerebros disminuyen de manera similar cuando estamos enamorados, como lo hacen en los cerebros de las personas con trastorno obsesivo compulsivo.

Dado que la serotonina regula y estabiliza el estado de ánimo, frenando el pensamiento obsesivo, puedes imaginarte cómo niveles bajos de serotonina  pueden hacer que nuestra capacidad de juicio no sea la adecuada cuando nos involucramos románticamente en una relación.

Los niveles bajos de serotonina también fomentan el comportamiento sexual. Por lo que la baja serotonina hace que sea más probable que también nos veamos arrastradas por los enlaces creados por la oxitocina y la dopamina.

Dado que la dopamina también se libera cuando tenemos recuerdos placenteros, soñar despierto y recordar constantemente los primeros momentos románticos de una pareja encantadora a menudo tiene el efecto de amplificar este circuito en el cerebro.

Es por esta química de las hormonas en tu cerebro que esperas ansiosamente la llamada del narcisista o un mensaje suyo, o rememoras las primeras citas con el narcisista y necesitas a veces volver con él.

El narcisista domina nuestro cerebro las veinticuatro horas con su comportamiento impredecible y su love bombing. Por eso no has de extrañarte ni culpabilizarte por haber desarrollado una compulsión irracional para mantenerte atada o por querer volver con el narcisista. Es la química.

Lo importante es que entiendas que la potencia de la química es más fuerte que tu raciocinio

 y que por ella te has quedado en una relación con una persona que no te trataba bien. No toleres a nadie que te diga que eres tonta por haberlo hecho. No te culpes por “tener ganas de volver con él”. Es la adicción química la que te ata a él, y no la puedes superar de manera racional.

Pero por favor tranquila, La ciencia y tu cerebro (neuroplasticidad) están a tu favor. Puedes modificar tu cerebro y cambiar esta adicción. Puedes hacerlo .

Lo importante es que empieces a respirar y liberar la culpabilidad que te ha acompañado todo este tiempo. Con una menor carga es más fácil caminar hacia tu sanación y propio encuentro.

NO SON LOS ENCANTOS DEL NARCISISTA LOS QUE TE HAN UNIDO A ÉL, SI NO LA QUíMICA QUE PRODUCEN SUS COMPORTAMIENTOS.

No te soporto madre. Me has robado mi identidad.

No te soporto madre. Me has robado mi identidad.

Puede sonar fuerte pero es así. No te soporto madre.

Mi madre me ahogo cada minuto de mi vida que yo permanecí a su lado y no la soporto. Por mi salud no debo estar cerca de ella.

Se que no esta bien hablar mal de una madre, ni de nadie. Pero hay que desenmascarar a esas madres que ahogan vidas. No por el hecho de que la naturaleza les haya dado el don de traer una vida a este mundo, significa que tienen que ser buenas. La naturaleza les dio el regalo de traer un ser a esta vida. Pero ellas se encargan de ahogar a sus hijos durante cada segundo de su esxistencia.

Hasta que decidimos decir, basta. No te soporto más. Solo cuando nos atrevemos a decir esto, y dar un paso al frente lejos de nuestra verdugo, podemos encontrarnos como personas y averiguar quienes somos realmente. Solo poniendo distancia podemos curarnos de la dependencia emocional.

No me importa que te presentes como una señora delante de la sociedad. Que te hagas la víctima y que yo sea la mala por haberme ido lo más lejos que he podido de tí.  Porque esa gente que ha creído y escuchado tus historias, probablemente este tan vacía que necesite hablar de los demás, ya que sus vidas no les aporten mucho. Quien se cree con derecho a juzgar solo con lo poco que ve y con las palabrerías que le presentan . Porque bien te has encargado de presentarme a mi como una persona trastocada, de presentar a mi marido como alguien que me había raptado para alejarte de tu lado.

Pero no . Me fuí porque no te soportaba mas.

Me habías axfisiado y era mi vida o la tuya.  Decidí que ya era hora de tomar las riendas de mi vida y hacer lo que yo quería. No soporte más que manejaras los hilos de mi vida madre y yo fuera por donde tu quisieras que yo fuera.

Y aunque estemos en una sociedad donde a la madre se le proteja con un halo casi de santidad, y se suponga que hay que honrarlas, yo ya no me escondo y grito la verdad. La verdad de esas madres que no educan, sino atemorizan a sus hijos.

La única manera de que una víctima tiene de encontrarse a sí misma es no permitir que la abusadora, tu madre, siga cometiendo abusos. Para ello hay que alejarse del verdugo, tu madre.

Ahora años después de haber cortado cualquier tipo de vínculo contigo para que tus zarpazos no me lleguen, te digo lo que hace tiempo tuve que haberte dicho, pero que por miedo nunca pude decirte.

NO TE SOPORTO MADRE

  •  No soporto que me anules como persona, que me anules espiritualmente, mentalmente.
  • No soporto más que me hayas robado mi identidad
  •  No soporto que condenes mis amistades, y la vida que hago . Que no pueda tener vida propia, sino las amistades, lugares, y pensamientos que tu decidas por mi.
  • No soporto que te te regociges cuando algo me sale mal
  • No soporto que me consideres una persona que no sabe hacer nada por si sola.
  •  No soporto que no apoyes mi libertad y mis sentimientos. Que te importen una mierda, con tal de tenerme al lado tuyo de la cama, pisándome la cabeza.
  •  No soporto que cada vez que estamos juntas,  me sumerjas en un pantanal psicologico del que solo consigo salir con mucho esfuerzo, y que una vez que lo consigo, otra vez me vuelves a hundir en él.
  •  No soporto tu falta de generosidad, tu altanería.
  • No soporto que porque me pariste te creas con derecho a hundirme y a pisotearme toda la vida.
  • No soporto que hables con la gente que se acerca a mi, para convencerles de que estoy muy mal y que tú , madre sacrificada te preocupas por mí. Si realmente te hubieras preocupado por mí no me hubieras hundido.
  •  No soporto que yo siempre sea la mala de la película y que no te preocupes ni por un momento en como me siento a pesar de verme llorando y destrozada.
  •  No soporto que espies mis cajones, mis cartas, mis cuentas de banco, mis amistades, mis conversanciones.
  • No soporto que me hayas dejado sin infancia, sin correr con otros niños y sin una relación con mis primos.
  • No soporto que critiques mi pelo o aspecto físico.
  • No soporto que de manera sibilina critiques a quien puede ser una persona decente en mi vida, para que yo termine pensando mal de esa persona y me aleje de ella.
  •  No soporto que me eches la culpa de la muerte de mi padre. El tuvo un cáncer y no lucho porque fue la única manera que encontró de escapasarte de ti.

No te soporto más madre, me voy. Te he dado demasiadas oportunidades para poder cambiar. Me he creído muchas veces cuando has venido a mí disfrazada de cordero, diciendo que eres así, no muy abrazadora. Ni abrazadora  ni cariñosa, eres mala. No te soporto y me voy.

Dependencia emocional

Dependencia emocional

Una de las secuelas que sufrimos las hijas de madres tóxicas o con trastorno narcisista de la personalidad es la dependencia emocional. Nuestra madre, con sus abusos nos convierte en co-dependientes emocionalmente.

¿Qué es la dependencia emocional?

La codependencia es depender de alguien externo para llenar tus vacíos afectivos y esto es parchear momentáneamente tus carencias afectivas.

La dependencia emocional tiene su raíz en una familia de origen disfuncional  que no ha cubierto las emociones y necesidades de los hijos. El dependiente emocional no se sintió lo suficientemente querido o atendido emocionalmente dentro del seno familiar.

Los síntomas principales de la dependencia emocional son los siguientes:
  • Baja autoestima
  • Inseguridad
  • Necesidad constante de afecto
  • Necesidad de agradar siempre a los demás
  • Incapacidad para establecer unos limites saludables

¿No os reconoceis en estas características? Creo que podría ponerte ejemplos personales de cada una de ellas.

Nuestras madres desconsiderandonos, habiéndonos dicho mil veces que no valemos, que no merecemos,… nos han dejado sin autestima. No nos queremos, no vemos nuestras buenas cualidades. Pero como vamos a hacerlo, si nuestra madre se ha encargado de repetir hasta la saciedad que no tenemos nada bueno en nosotras.

Inseguridad. Somos incapaces de dar un paso sin necesitar el reconocimiento de otra persona. No confiamos en nuestros instintos o criterios porque siempre nos dijo nuestra madre que la única que tenía criterio era ella. Esto hace que no sepamos si ir por la derecha o la izquierda, y que necesitemos que otra persona nos lo diga. De aquí que aunque nos libremos de nuestra  madre alejandonos de ella, tendamos a buscar relaciones que nos digan por donde ir, manteniendonos en el círculo del abuso.

Necesidad de constante afecto. No superamos que nuestra madre no nos haya querido, abrazado, amado. Y buscamos ese afecto constantemente. Lo malo es que en esta desesperada búsqueda, muchas veces nos equivocamos escogiendo la pareja menos adecuada. La necesidad de amor nos ciega tanto que somos las víctimas ideales de otros hombres con trastorno narcisista de la personalidad.

Necesidad de agradar constantemente a los demás. Desde pequeñas hemos intentado agradar a nuestra madre. Hemos sacado buenas notas, hemos recogido la casa, hemos hecho cosas que no nos correspondían para intentar rascar un gramo de amor y de atención de nuestra madre. Hemos movido el rabito para agradar a nuestra madre que hemos aprendido a comportarnos así. Nos morimos por reconocimiento, ya que no nos lo damos a nosotras mismas.

Incapacidad para establecer límites saludables. Uno de nuestros mayores problemas es que no sabemos decir no por miedo, por querer agradar. Y esto hace que algunas personas se puedan aprovechar de nosotras. El no poder decir que no , hace que entremos en relaciones o situaciones que no nos agradan . La frustracion de o atrevernos a decir no, nos puede devolver al agujero negro del que nos cuesta tanto salir.

Todas estos síntomas  que forman parte del Síndrome de la Víctima Narcisista, los puedes superar.  De hecho debes hacerlo, para dejar de buscar aprobación en los demás y así dejar de tener personas narcisistas alrededor de ti. Debes aprender a validarte por ti misma, a reconocer tu valor. Porque vales y eres muy fuerte. Solo necesites que te muestren como sacarte esas gafas oscuras que te colocó tu madre, te las limpien y veas realmente quien eres.

Para salir de tu dependencia emocional, solo hay un camino: enfrentar las heridas o síntomas (tu baja estima, inseguridad,…), ver porque a pesar de estar distanci.ada de tu madre se repiten (la respuesta esta en la química de tu cuerpo), y llevar a cabo una estructuracion cognitiva que modifique tus emociones. Solo así, serás libre de ellas por fin.

 

 

 

 

 

Fibromialgia y abuso narcisista. Las secuelas físicas del abuso emocional infantil

Fibromialgia y abuso narcisista. Las secuelas físicas del abuso emocional infantil

El abuso infantil es una problemática social con altas cifras de incidencia que vá más allá de las consecuencias psicológicas y que puede llevar al padecimiento de una enfermedad con dolor crónico para toda la vida , como la fibromialgia.

La tortura emocional que hemos sufrido de pequeñas no solo nos deja heridas emocionales. Nuestro cuerpo llora también por el dolor sufrido. El stress al que hemos sido sometidas las víctimas del abuso de una madre tóxica o con trastorno narcisista de la personalidad, solo lo sabemos  las que lo hemos padecido. Nuestro corazón y nuestro cuerpo lloran. Hemos somatizado el dolor sufrido durante años, y en nuestra edad adulta nuestro cuerpo grita agonicamente.

Las que hemos padecido humillaciones, golpes, insultos,…. sabemos que nuestras dolencias están relacionadas con el vivir al borde del abismo cada día de nuestra infancia y adolescencia. Noches de insomnio, de angustia, de dolor, hacen que no solo nuestra alma, si no también nuestro cuerpo se rompa.

Al llegar a nuestra edad adulta, nuestro cuerpo habla, grita diría yo. Nuestras emociones se han grabado durante años en cada molecula de nuestro cuerpo. En terminos médicos, somatizamos lo sufrido. Según expertos, la somatización, se debe a ansiedad ocasionada por estrés o problemas emocionales

Hay doctores que nos dan la razón en esto, como el Dr. Vidal,  director de la Sociedad Peruana de Reumatología, quien, explicó que el estrés genera una carga emocional (alostática) que si no es bien tratada se convierte en distrés. Es decir, en un tipo de patología que reduce el umbral del dolor de la persona que la padece. “El distrés afecta las neuronas que procesan el dolor, acelera su trabajo y al hacerlo lo amplifica.

La fibromialgia no es una enfermedad neurológica; pero si hay cambios neurológicos, endocrinos y existe dolor como de enfermedades reumáticas, se le clasifica como tal”, explicó a la Agencia Andina.

Para Vidal, el estrés mal manejado puede originarse en la infancia si el niño o niña fue víctima de maltrato infantil o lesiones traumáticas que le ocasionaron la disminución de sus defensas emocionales.

El maltrato físico, sexual y psíquico (abandono, rechazo, desprecio, negligencia, objetualización…) en la infancia son los más frecuentes antecedentes de la presencia de ansiedad, vulnerabilidad al estrés, somatizaciones y síndromes de dolor crónico en la adultez.

Pero ya no tenemos solo las conjeturas nuestras o conclusiones de geniales doctores, si no que por fin hay estudios que corraboran nuestras más que fundadas sospechas.

El estrés psicológico al que se ve sometido un niño durante la infancia es capaz de modificar la estructura cerebral y provocar graves daños impidiendo su desarrollo saludable.

Diversos estudios han mostrado cómo la violencia a menores, bullying, maltrato físico y psicológico, son un desencadenante para padecer esta enfermedad llamada Fibromialgia.

Por primera vez, los investigadores han sido capaces de ver cambios en las estructuras neuronales en áreas específicas del cerebro de las personas que sufrieron graves abusos cuando eran niños. (se puede leer aqui mas sobre este estudio).

Estos abusos sufridos en las dos primeras decadas de nuestras vidas modifican nuestro cerebro, terminando en riesgos de trastornos psiquiátricos como la depresión, así como altos niveles de impulsividad, agresividad, ansiedad, abuso de sustancias más frecuente y suicidio.

¿Con todas las consecuencias emocionales y físicas que el abuso de una madre tóxica deja en nosotras las víctimas, no deberíamos las víctimas  levantar la voz, para que se reconozca semejante maltrato y abuso?

El abuso infantil es una problemática social con altas cifras de incidencia que vá más allá de las consecuencias psicológicas y que puede llevar al padecimiento de una enfermedad con dolor crónico para toda la vida. Es una lacra social, que a su vez crea personas enfermas. A veces esa enfermedad queda en el cuerpo de la víctima, o en su mente martirizandose a sí misma. Pero en otras ocasiones, la víctima arroja su frustración en terceros, generando nuevas víctimas.

Por favor paremos el abuso emocional infantil. Paremos a estas madres tóxicas que son el origen de enfermedades y creadoras de otros maltratadores.

 

PS.

La transformación física de la estructura cerebral

Investigadores del Grupo de Estudios sobre el Suicidio de McGill, con sede en el Instituto Universitario de Salud Mental Douglas y el Departamento de Psiquiatría de la Universidad McGill, acaban de publicar una investigación en el American Journal of Psychiatry que sugiere que los efectos duraderos de experiencias infantiles traumáticas, pueden deberse a una estructura deteriorada y al funcionamiento de las células en la corteza cingulada anterior. Podeis ver mas informacion sobre el estudio en este link.

Ante este estrés continuado las personas pueden desarrollar la enfermedad de Fibromialgia, uno de sus detonantes suele ser el estrés continuado en el tiempo no porque la persona haya caido en una depresión sino porque los transmisores de las emociones son compuestos químicos que están en nuestro ser y todo lo que se fuerza acaba degenerando en enfermedad.

 

 

Hoy es uno de esos dias oscuros donde la huella del abuso entristece mi alma. Los fantasmas vuelven a mi

Hoy es uno de esos dias oscuros donde la huella del abuso entristece mi alma. Los fantasmas vuelven a mi

No sé si será la lluvia, pero hoy nada más levantarme he notado el peso de la oscuridad en mí.

Es como volver a mi infancia. Es sentir un agujero en mí. No sé que  hago aquí, cual es mi propósito. No sé donde voy.

El miedo se apodera de mí. Se ha vuelto a convertir en un gigante que ensombrece mi día.

Si ya se que digo que estoy curada. Que el abuso de mi madre no me influye más. Que yo controlo mi vida ahora y decido el día que quiero tener. Pero mi mente no es siempre más fuerte que mi alma. Es como si geneticamente mi madre hubiera grabado la oscuridad en mí, y aflorara cada tanto. No puedo controlarlo.

Racionalmente, y después de anos de terapia practicando una mente positiva, se que tengo que echar a estos fantasmas, se que puedo volver a programar mi cerebro. Pero a veces el día a día es otro.

Por favor necesito salir. No quiero sentir esto que siento.

Pero es igual. Los problemas habituales se me han hecho gigantes. Me culpabilizo de los problemas de mis hijos. Los hago míos y sufro por ellos. No es esto sobreprotegerles. Supongo que sí , pero no puedo evitarlo. Se que tengo que ponerle un límite. No, sus dificultades no son las mías. La vida se las presenta para que aprendan,  para que maduren. Dejales crecer.

Sí, eso es lo que me repito. La lógica. Pero su sufrimiento me mata. Y no es que sea nada grave de vida o muerte, pero es como que a mí me duele el doble. Más que a ellos.

No por favor dejarme. Iros. Necesito luz. necesito respirar. No soporto esta nube en mi mente que no me deja ver claro ni pensar. El fantasma del miedo no me deja tener una actividad normal. Lo único que puedo hacer es escupir estas letras de alivio. Compartir mis miedos quiza haga que se desvanezcan.

No me he rendido. No he tirado la toalla.

Solo que años de abuso han dejado una mente y un alma débil que facilmente cae en la tentación de hundirse en el agujero. Es como si estuviera agusto en esta oscuridad. Es como si el dolor que va creciendo en mí , me gustara. Hasta que me arde,  veo que el dolor me impide relacionarme con los que mas quiero. Ahí se que comenzare a salir.

Pego un puñetazo a esos fantasmas del miedo. Iros, no os quiero más. Ahora soy otra. Iros a fastidiar a otra parte. No teneís mas cabida en mi mente. Dejarme respirar. No soporto el ahogo en mi pecho. No lo quiero más. No me paraliceís.

Quiero correr, quiero reír. Dejarme en paz. Fantasmas del miedo, iros.
Carta a mi hijo:Perdoname cuando te he hecho daño sacando mi parte tóxica

Carta a mi hijo:Perdoname cuando te he hecho daño sacando mi parte tóxica

Por experiencia en carnes propias sé que no es fácil  borrar las huellas del maltrato recibido por una madre. Por eso quiero hijo mío pedirte perdón por haberte causado dolor.

Decir que uno aprende de lo que ha vivido , no es suficiente. Sí es cierto que terminamos pareciéndonos a nuestros progenitores. Pero decirte que si te hice daño, fue por culpa de mi madre, no es del todo justo. Por eso esta carta.

Sí es cierto que yo fuí una niña maltratada. Pero los que hemos sido maltratados no tenemos porque seguir maltratando. Como tuvo mi madre, yo he tenido la posibilidad de seguir su círculo abusivo, o de romper con las torturas emocionales. He escogido esta segunda opción, pero te aseguro que no ha sido fácil. Ni un camino que siempre ha estado ahí como una opción. Pero en cuanto apareció, lo tomé y hoy camino por él. Aún siendo un camino difícil,  amar, entender, ver felices a los míos es lo que siempre me ha hecho feliz y hoy soy libre de poder caminar por esa senda del amor.

Parece mentira que uno no pueda ser como realmente quiere ser. Que no pueda realmente abrazar cuando su corazón arde por ello. Pero es así, ocurre. Cuando has sido abusada psicológicamente por tu madre, te ha torturado haciendote luz de gas, o gaslighting, y terminas padeciendo el Síndrome de Estocolmo, te aseguro que no siempre puedes ser amorosa con tu hijo aunque quieras. El clamor de tu corazón lucha contra las palabras y actos que retumban en tu mente. Eres como un robot mal programado, al que a veces simplemente quieres desenchufar porque no obedece realmente a tus sentimientos más profundos.

Cuando llegaste a este mundo fuiste lo mejor que me pudo pasar.

Un angel al que me agarré como si fueras lo único en el mundo. Un angel al que verter todo mi amor.

Al abrazarte, al sentir tu pequeño latido, sentía la necesidad de inyectarte todo ese amor que yo nunca tuve. Tu sonrisa, me inchaba de felicidad. Por fin un amor puro, sin condiciones,… sin miedos.

Podía pasarme todo el día mirandote, y de hecho me lo pasaba teniéndote todo el día en mis brazos. Lo necesitaba. Necesitaba tanto dar como recibir sin condiciones. Quiza te sobreprotegí, te sobre amí. Pero cuando te han destrozado la infancia quieres proteger la de tu hijo, aunque le quemes con ese amor.

Sin embargo al empezar a despegarte de mí al caminar, al comenzar tu vida yendo al colegio, comence a tener comportamientos como los de mi madre. Me odiaba por ello, pero era como que no podía evitarlo. Un ser al que verter todo mi amor, sin embargo no podía evitar verter toxicidad en él. (espero este link te ayude a entender que estos comportamientos , actitudes y rasgos mostrados por una persona no-narcisista, que han sido aprendidos al ser criado por una persona tóxica, son piojos).

Como en los dibujos animados donde vemos un angelito a un lado y un diablito al otro del personaje, así he vivido  yo tus primeros años de vida. El angelito haciéndome que te abrazara, mimara, adorara, y el diablo repitiendo las frases de mi madre: le vas a hacer tonto de tanto beso.

Cuando has vivido durante tantos años junto a una maltratadora , tu propia madre, por miedo por un lado y por creer que lo que ella te ha enseñado es lo único valido en esta vida , actúas como ella quiere que actúes. Asi que aún cuando tú naciste, yo seguía a merced de ella. Tanto que ni siquiera un marido, a su vez abusador, que en todo momento me hacía sentir inferior y me decía qué hacer y qué no, no pudo con los juegos mentales de mi madre.

Lo que quiero es que entiendas lo que yo viví , ya no solo en mi niñez, sino en mi adolescencia y en mi vida adulta. Comprender al prójimo, la empatía, es parte de esa tolerancia que nos ayuda a perdonar y a poder curarnos, siendo mejor personas. Mi esperanza es que como me ha pasado a mí, el entender cómo era mi madre me ha ayudado a cambiar, te ayude a tí también.

Por eso quiero que sepas que si te grité , luego te abracé. Porque las victimas y co-depedientes nos comportamos como nuestras madres tóxicas y necesitamos mucho trabajo personal para poder cambiar esto. Y aunque no haya siempre tenido el mejor comportamiento contigo, luego siempre me he arrepentido. En cuanto me he dado cuenta ,me he sentido fatal, torturándome a mí misma, e intentado compensarte con abrazos, cocinando lo que tu mas querías,…. Lo que gracias a Dios me diferencia de mi madre Tóxica es mi conciencia y mi arrepentimiento.

Sé que a veces este último llega tarde para tí, pero lo siento no soy perfecta. Ni lo seré, porque los seres humanos aprendemos cada día. Pero lo que me mueve es mi corazón. Y lo único que deseo es lo mejor para tí.

Espero puedas entenderme, y entrar en el camino de tu propia libertad como persona. Espero puedas decir no a las personas tóxicas que minan tu esencia .

Si de algo estoy orgullosa es de haberte dado alas, unas alas grandes para que vueles muy alto.

Porque sé que si te hubiera cortado las alas, como lo hicieron conmigo,  podrías haber sido mío, estarías permanentemente bajo mi yugo. Pero no te necesito para alargar mi yo, mi ego. Eso no significa ser madre.

Ser madre significa enseñar a caminar y estar orgullosa del camino que emprende tu hijo. Emocionarte cuando le ves que tiene su propia identidad.

Te amo. Vuela muy alto.

 

«Hegoak ebaki banizkion, neria izango zen. Ez zuen aldegingo. Baina horrela, ez zen gehiago xoria izango, eta ni txoria nuen maite.» Mikel Laboa.

A veces siento que me comporto como la tóxica de mi madre. Soy yo tambien una madre tóxica?

A veces siento que me comporto como la tóxica de mi madre. Soy yo tambien una madre tóxica?

¿Te has preguntado esto alguna vez? ¿Soy una narcisista yo también?

Cuando nos convertimos en madres, es cuando vemos más claro lo que ha pasado en nuestras vidas. Vemos lo que nos hizo nuestra propia madre tóxica y nos preocupa que con nuestras acciones, copiadas de lo que hemos aprendido, perjudiquemos a nuestros hijos.

Seguro que muchas veces te «pillas» a ti misma repetiendo lo que tu madre decía o hacía. Y te vienes abajo, porque te sientes «mala» como ella.

Pero dejame tranquilizarte para que puedas descansar tu mente no torturandote.

El simple hecho de que te preocupas y te haces la pregunta de si tu también eres tóxica como tu madre, prácticamente prueba que no lo eres.  Una madre tóxica, o con trastorno de la personalidad no duda de sus actos, si no que más bien busca maneras de justificarlos. Así que por favor, respira.

A pesar de esto, sí, mostramos actitudes narcisistas ya que es lo que hemos aprendido desde pequeñas habiendo sido criadas por una madre tóxica. Se dice que tenemos «piojos«, que son comportamientos, actitudes y rasgos mostrados por una persona no-narcisista, que han sido aprendidos al ser criado por una persona tóxica.

Además decirte, que las personas con trastorno de la personalidad narcisista, y los abusados o co-dependientes pueden parecer similares en un principio. Los dos pueden cometer el mismo acto tóxico. Pero la persona narcisista, tu madre tóxica nunca se arrepiente del daño causado ni se cuestiona si esta bien o mal. Lo que ella hace es lo correcto , y si te grita, humilla, pega…. es porque tú te lo mereces. Por el contrario, las víctimas, o co-dependientes, tú, esa persona que se pregunta » Dios mío. Soy como mi madre», tiene consciencia de lo que hace y se castiga a si misma por lo hecho sintiendose mal. A veces, al sentirte vacía, las heridas que has causado en tu hij@ te hacen entrar en estado de pánico y tratas de controlar  la situación. Tu estado de estres, por sentirte mal con lo que has hecho puede hacerte parecer enfadada, irracional y controladora.

Eres una persona normal, con consciencia y por eso te sientes mal con lo que has hecho

Si me siento mal, no soy tan bruja, tengo conciencia,  pero el dolor por haber causado daño a mi hijo me rompe por dentro. Este dilema, este no sentirse bien consigo misma te rompe por dentro.

Recuerda, la diferencia entre tu y tu madre tó xica esta en las siguientes preguntas:

  • ¿Tienes conciencia?
  • ¿Tienes empatía?
Si tienes consciencia de lo que has hecho y sientes el dolor que has podido causar en tus hijos y no buscas una justificación de lo que has hecho,si no que te torturas por ello,  por favor deja de torturarte.

Estás en el proceso de poder cambiar. El primer paso siempre es darse cuenta del problema.

Por favor, sonríe, quiérete, tú no eres mala. Eres una persona bella a la que le queda mucho camino por delante para aprender , amar y ser amada.

 

 

 

 

 

Me oprime el pecho de la ansiedad que me crea el sentimiento de culpabilidad

Me oprime el pecho de la ansiedad que me crea el sentimiento de culpabilidad

Aunque lleve años sin contacto creyéndome recuperada, el sentimiento de culpa de haber sido yo la que ha hecho algo malo como mi madre grabó en mi, a veces se hace patente en estas fechas navideñas. Cuando lograré ser libre del todo.

Las Navidades han pasado. Esas fechas donde todas las familias se reunen y todo es alegría y felicidad.

Por primera vez en mi vida, a mis 48 años, puedo decir que las he disfrutado plenamente. He estado absolutamente en el presente y los fantasmas no han venido a visitarme.

Hace nueve años que decidí no tener mas contacto con mi madre por mi propia salud. En aquel momento yo desoconocía  que ella tuviera un trastorno narcisista de la personalidad. Solo sabía que mi madre me había hecho infeliz toda mi vida y que el nivel de estrés que me provocaba había paralizado mi cuerpo.

Hace casi 4 años descubrí a través de internet que yo no había sido la mala durante toda mi vida, que efectivamente como yo creía, detrás de cada relación rota, detrás de cada desilusión, había estado mi madre. Ella era una persona tóxica, con trastorno narcisista de la personalidad.

El alivio que sentí fue muy grande. No estoy loca. Lo que yo había creído ver toda mi vida efectivamente lo había visto. Pero ella se había encargado de hacerme creer otra cosa.

Sobre todo lo que mas me alivió fue ver que había miles de mujeres que habían sufrido a una madre abusiva como lo había hecho yo. Los hechos que describían eran casi exactos a los que yo había vivido. Y es que tras estos 4 años estudiando miles de casos, puedo decir que las madres tóxicas, y las personas con trastorno narcisista de la personalidad tienen un comportamiento muy predecible . Como digo yo, sus comportamientos son de libro.

Pero a pesar de haber descubierto que a loca era mi madre y no yo, no me curé en dos días. Mi nivel de estrés bajó casi a algo inexistente a comparación del que había padecido toda mi vida, con lo que pude recuperar la movilidad de mi cuerpo. Pero los pensamientos negativos, los miedos, las sombras que mi madre gravó a fuego en mi alma no se han ido en dos días.

Me ha costado mucho trabajo borrar esos pensamientos negativos sobre mí , esa dependencia que estas torturadoras crean. Pero puedo decir que hoy casi estoy curada.

A pesar  de esto, nuestra dependencia, la dependencia de las víctimas de abusos emocionales es tan grande, que como los alcohólicos tenemos que tener cuidado y no tomar un trago de su veneno, porque recaemos.

Y eso es lo que me ha pasado a mí estos días. Justo antes de estas fechas ha llegado a mí que mi abuela, la madre de las brujas y de las madres con trastorno narcisista, todavía vive con más de 100 años y que está en un geriátrico muy mal. Y mi madre claro, esclava cuidándola.

Por unos días no he dormido, me he atormentado, me he sentido mal por mi madre y por mi abuela. De la que lo único que puedo decir es que si de mi madre no recibí muestras de cariño, de ella infimamanete menos. El rechazo de ella hacia mi fue tremendo, y lo peor es que vivía con nosotros en casa y dormía conmigo en mi habitación.

A pesar del sufrimiento que me causó de pequeña, no he podido por unos momentos sentirme culpable, martirizarme con pensamientos de culpabilidad. Quizá me sobrepasé al cortar el contacto.  El dolor y la presión en mi pecho me han quemado. He llorado, he revivido momentos, gritos, humillaciones. Ha venido de nuevo a flor de piel el sentimiento que me torturó cada día durante años.

De pequeña cuando me acostaba yo daba un beso a mis padres y a mi abuela. Pero de repente un día, sin saber por qué, debí cometer semejante atropello porque mi abuela me negó el derecho a darle un beso. Siguió así hasta el día que me fui del todo. Ni en días especiales me volvió a conceder ese honor. Me torturó de niña, de adolescente y ya de adulta porque siempre he intentado saber que es lo que hice tan mal para merecer semejante humillación.

Ella me sentía llorar cada noche ya que dormía en la cama que estaba a medio metro de la mía. Pero nunca oí una palabra de aliento, nunca un qué te pasa, porqué lloras. Al revés, la frialdad se acrecentó. El hielo y la oscuridad se asentaron en mi vida por culpa de estas dos grandes brujas, que juntas planearon como destrozar una famila, desuniendo hermanos, y aislando a mi padre de su propia familia.

El recordar estos sentimientos, aunque me ha producido dolor, me ha ratificado en la decisión que tomé hace años de no dejarles nunca más hacerme daño. Ni con su presencia , ni con la memoria del dolor que me cauaron.

Y sí he llorado. El pecho se me ha encogido. Pero después de un buen paseo junto al mar y de dar gracias por la familia que he creado, he pasado unos días sin que la sombra de mis verdugos me atormente y he disfrutado cocinando para mi familia y el mejor compañero que se puede tener.

El círculo del maltrato se puede parar y se puede respirar y dar amor.
Trastorno de Estres Postraumatico, TEPT

Trastorno de Estres Postraumatico, TEPT

El trastorno por estrés postraumático se origina tras haber sufrido u observado un acontecimiento altamente traumático (atentado, violación, asalto, secuestro, accidente, etc.), en el que está en juego la vida de las personas.
Las imágenes de la situación traumática vuelven a reexperimentarse una y otra vez (flashback), en contra de la propia voluntad, a pesar del paso del tiempo, imaginándolo con todo lujo de detalles, acompañado de intensas reacciones de ansiedad (preocupación, miedo intenso, falta de control, alta activación fisiológica, evitación de situaciones relacionadas, etc.)

Las hijas de madres tóxicas, recreamos esas imagenes, esas palabras hirientes en nuestra mente constantemente. Incluso cuando nos distanciamos de nuestra madre. Por eso nos es difícil recuperarnos del todo. La internalización del abuso de nuestra madre , y el posterior recordatorio de lo vivido, no nos permite avanzar. Sufrimos de estrés post traumático.

Se concede mucha importancia a estas imágenes y a la ansiedad que provocan. Se desarrollan muchos pensamientos relacionados con el acontecimiento traumático y con sus consecuencias. Se concede mucha importancia también a estos pensamientos, que generan más ansiedad, más estrés, más inseguridad. El mundo se percibe como altamente peligroso. Se suele perder la sensación de control sobre la seguridad propia.  Se recuerdan muchos detalles de la situación, o las sensaciones vividas en los momentos del suceso, con gran viveza, con gran intensidad, y con una alta frecuencia. Esas sensaciones visuales, auditivas, táctiles quedan profundamente grabadas en la memoria y  poseen una alta relevancia entre cualquier otro recuerdo.

Las imágenes y las sensaciones pueden volverse intrusivas (acuden una y otra vez a la mente, produciendo malestar), especialmente si se pretende evitarlas.

El pensamiento, el diálogo interno del individuo, no sólo provoca más ansiedad, sino que tiende a generar sentimientos de culpa, por lo que se hizo, por lo que no se hizo, porque no se estuvo a las circunstancias, por… toda una serie de motivos poco realistas, bastante irracionales, de autoexigencia. También son frecuentes los sentimientos de indefensión e impotencia. El pensamiento también produce mucha ira, sentimientos de hostilidad, de rabia, e imágenes de agresión contra el agente que ha generado el daño, o se considera que lo ha generado.

Con todo ello se produce un estado emocional en el que predominan la ansiedad, la culpa, la ira, la rabia, la hostilidad, a veces la vergüenza, y con mucha frecuencia la tristeza e incluso la depresión. Este estado emocional produce un fuerte malestar psicológico, alta activación fisiológica y problemas de conducta a la hora de readaptarse a las distintas facetas de la vida cotidiana.

Sin embargo, es frecuente que las personas que están experimentando este estado emocional no puedan y no quieran expresar sus emociones.

Algunas, tienen también dificultades para experimentar estas emociones, que dicen deberían estar experimentando como las personas de su alrededor.

Esta definición del TEPT has sido tomada de la Sociedad Espanola para el Estudio de la Ansiedad y el Estres, y podeis leer mas aqui.

El artículo esta escrito en base ha un hecho traumático, que fue un atentado terrorista. Nosotras las víctimas de madres tóxicas sufrimos atentados todos los días de nuestra vida. Y las imagenes del abuso, esas voces de la humillación,… vuelven a nosotras constantemente.

Nuestra recuperación podría llevar un camino semejante a las víctimas de este tipo de acto terrorista.

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