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El abuso narcisista: el abuso infantil que no deja huellas visibles pero destroza infancias

El abuso narcisista: el abuso infantil que no deja huellas visibles pero destroza infancias

El abuso narcisista es principalmente un abuso psicológico y emocional que no deja huellas visibles. Es un asalto a la identidad y a la psique de la víctima.

Cuando escuchamos  hablar de abuso, siempre pensamos en el uso de la violencia física o en una agresión sexual. Pero el abuso emocional o psicológico esta ahí, oculto porque se calla y no se ve. Sin embargo el abuso emocional destroza infancias y crea adultos rotos.

Pero la Organización Mundial de la Salud, no sólo contempla el abuso sexual como la única manera de denigrar, causar daños a la salud y a la dignidad de un menor.
Segun la OMS   El maltrato infantil se define como los abusos y la desatención de que son objeto los menores de 18 años, e incluye todos los tipos de maltrato físico o psicológico, abuso sexual, desatención, negligencia y explotación comercial o de otro tipo que causen o puedan causar un daño a la salud, desarrollo o dignidad del niño, o poner en peligro su supervivencia, en el contexto de una relación de responsabilidad, confianza o poder. La exposición a la violencia de pareja también se incluye a veces entre las formas de maltrato infantil.
El abuso emocional

Causa estrés y se asocia a trastornos del desarrollo cerebral temprano. Los casos extremos de estrés pueden alterar el desarrollo de los sistemas nervioso e inmunitario. En consecuencia, los adultos que han sufrido maltrato en la infancia corren mayor riesgo de sufrir problemas conductuales, físicos y mentales, tales como:

  • actos de violencia (como víctimas o perpetradores);
  • depresión;
  • consumo de tabaco;
  • obesidad;
  • comportamientos sexuales de alto riesgo;
  • embarazos no deseados;
  • consumo indebido de alcohol y drogas.
Parece que la mentalidad de la gente, incluídos muchos terapeutas «expertos» en abuso infantil, está en  solo considerar abuso, a la existencia de violencia, o agresión sexual.

Pero estamos infinidad de víctimas a las que se nos ha destrozado nuestras vidas porque hemos sido violadas emocionalmente. El maltrato emocional de nuestra madre nos ha roto como seres, y se nos complica tener una vida plena incluso en nuestra edad adulta. Somos niños que hemos sido humillados, acallados, aislados, invalidados, denigrados, … y que hemos crecido con el gran dolor de saber que tu madre no te quiere.

Es de entender, que seamos víctimas silenciosas y que nadie hable del abuso emocional infantil, porque vivimos en una sociedad de «culto» a la madre. Parece que mujer es sinónimo a madre, y madre  de amor.  Creemos que el amor de una madre a sus hijos es desinteresado y está por encima del amor a sí misma.

Casi nadie, se atreve a cuestionar a  uno de los tótemes fundamentales de todos los tiempos: la Madre. La que nos da la vida, a la que debemos honrar y respetar. Pero quién nos asegura que por el hecho de haber sacado de sus entrañas a un ser, una madre sea buena y atenta con su hijo. Quién nos asegura que el vínculo con nuestra madre sea constructivo y no destructivo.

Pues parece que la sociedad y los profesionales lo tienen asumido así y a los que cuestionan y acallan son  a las víctimas, niños indefensos que por los abusos terminamos siendo adultos rotos. Y esta creencia grabada en nuestras mentes hace que la sociedad de la espalda a muchas víctimas, que somos de esta manera doblemente victimizadas.

Por qué se necesita que la sociedad tome consciencia del Abuso Narcisista

Porque es un problema enorme sin embargo invisible. No sólo estan las mujeres que sufren los abusos de una pareja narcisista, si no aún peor, los niñ@s que son torturados por madres tóxicas.

Calcular el número de víctimas es casi imposible. Sin embargo a pesar de ser miles, no hay ninguna campaña gubernamental, ni financiación para ningún proyecto para ayudar a todas las víctimas del abuso narcisista.

Por eso es importante movilizarse y tratar de concienciar a la sociedad. Si se supiera de las consecuencias que dejan los abusadores narcisistas en las víctimas , estoy segura de que encontraríamos apoyo.

secuelas que padecemos las hijas de madres narcisistas o tóxicas

No presentamos signos o heridas externas, y cuando tratamos de encontrar la explicación de lo que nos pasa, nuestra madre nos vuelve a aplastar  gaseandonos (gaslighting). Nos hará creer que estamos locas, que no sabemos lo que decimos,…..

La visión sobre nosotras mismas queda distorsionada ya que no nos atribuimos el valor que tenemos y merecemos.  Crecemos creyendo que no valemos, que no sabemos,…crecemos invalidadas. (invalidación). La continua humillacíon, invalidación, falta de amor,… es uno de los peores maltratos infantiles que existe y nos deja a sus víctimas, hijas , con secuelas imborrables.

Nuestras heridas incluyen la depresión, estrés post traumático, miedo, inseguridad, bulimia, fibromialgia….y otras enfermedades físicas derivadas del estres con el que hemos crecido.

A pesar de que los moratones y los huesos se curan antes que el espiritu y la psique de una persona, el abuso narcisista tiende a pasar desapercibido porque no hay ninguna ley que castigue los juegos mentales como modo de torturar a una persona.

El único abuso infantil, no es el sexual, y los únicos abusadores no son sólo los hombres. En , muchos casos son nuestras madres las abusadoras y maltratadoras.

Nadie debería vivir así, con un agujero en el alma por el abuso  narcisista

Por eso es importante entrenar principalmente a médicos y profesores  para que puedan reconocer los síntomas del abuso narcisista. Ello evitaría que muchos niños crecieran siendo adultos rotos( con problemas de drogadicción, bebida, depresiones, bulimias, trastorno postraumatico, incluso agresores).

No dejemos a más niños prisioneros de los abusos invisibles de sus madres. #Simisheridasfueranvisibles tu actuarías.

Madre Psicosomática.  La madre tóxica que controla con su enfermedad

Madre Psicosomática. La madre tóxica que controla con su enfermedad

La Madre Psicosomática Narcisista es aquella que usa las enfermedades, achaques y dolores para manipular a sus hijos y salirse con la suya. Con sus continuos achaques busca que le presten continua atención. Se trata de un abuso emocional que la madre inflinge a sus hijos.  A través de sus enfermedades, reales, supuestas o creadas en su mente, lo que busca es el absoluto control de su hija o hijo. Si la hija no responde a las demandas, la madre se hace la víctima poniendose más enferma, sufriendo una crisis relacionada con la enfermedad  o montando en cólera acusandole de que no se ocupa de ella como debiera. Todas las tretas son pocas para redirigir la atención de la hija y hacerle sentir culpable. 
Lo más importante para esta madre psicosomática es que su hija esté ahí para cuidarla y ser su prioridad
Es una manera de controlar a su hija hasta el extremo, de dejarla sin ningún tipo de relación social, aislada del mundo. Sus achaques impiden que su hija le deje. La mantiene atada a ella. Y si ve que la hija intenta emprender vuelo, recae y vuelve a enfermar. Hace sentir culpable a su hija, para que nunca se le ocurra dejarla sola. Muchas de estas hijas no se dan cuenta que están siendo abusadas. La madre no les grita o humilla. Al revés utiliza buenas palabras. Por ello, son las madres tóxicas que más consiguen atar a sus hijas, ya que éstas en su mayoría no ven el maltrato y si lo hacen consideran que es demasiado tarde para dejar a su madre enferma. Alguna, como ha sido el caso de una persona que recientemente me ha pedido ayuda, se ha dado cuenta al ser ya muy mayor de la atadura con su madre. Al pasar la hija de los 60 años, y verse viviendo sola con su madre que realmente empieza a estar enferma por la vejez, se ha dado cuenta de que jamás ha hecho nada por su cuenta. No tiene amigas, ni estudios, ni un oficio. A entregado su vida a su madre. Empieza a sentir que no ha hecho nada en su vida.
Pero el sentimiento del deber hacia la madre es tan grande, que no se permiten el dejarlas y volar libremente.
Sin emabargo, para tí que te ves atrapada en esta situación decirte, que puedes conseguir dejar ese sentimiento de culpa a un lado y encontrarte a ti misma. Nunca es tarde para ser una misma y vivir. Todo nace con el deseo de querer hacerlo.
El hijo dorado. No es todo oro lo que reluce. El también es maltratado. Pero no tiene escapatoria.

El hijo dorado. No es todo oro lo que reluce. El también es maltratado. Pero no tiene escapatoria.

Dentro de una familia disfuncional donde tu madre era tóxica te ha tocado el papel de la mala, de hija rebelde: eres el chivo expiatorio. Has sido la grosera, la que ha hecho todo mal, la que ha recibido todas las culpas,… pero la que al final ha podido escapar. Eres la Scapegoat como se nos llama en Ingles, el chivo que escapa. La que rompre con el círculo del abuso, la que se atreve a decir basta ya. Y que por mucho que sufras y te cueste, eres la que consigue liberarse de su madre.

Tu hermano sin embargo, es el niño dorado. El hijo perfecto, al que tu madre aplaude, justifica sus errores, y recibe un trato especial. Tu madre lo ha hecho a su imagen y semejanza.

¿Pero tu crees que estos hijos dorados son felices?

Crees que estos niños que no tienen libertad para hacer lo que quieren, sino que tienen que ser buenos para recibir la aprobación de su mamá, crees que son felices.

Curiosamente, me estan últimamente llegando consultas de los «hijos buenos» y me esta ayudando a entender su perspectiva. Y creo que tú también debieras de saber por lo que pasan y quizá así de alguna manera poder ayudar a tu hermano, que a pesar de que tu madre haya intentado que sea tu enemigo, con su práctica de dividiros, triangulación, al final, es tu hermano.

Ser el hijo dorado no es una ventaja ni una bendición. Es el hijo que probablemente nunca podrá escapar de la familia disfuncional, con todo lo que eso implica. Estar sometido toda la vida a la voluntad de una made tóxica, hace que estos hijos dorados crezcan con sentimiento reprimidos.

Piensa que el control de la madre llega al punto donde no les permite tener relaciones con el sexo opuesto. Si ve que peligra el control que ejerce sobre su hijo, ella se mete en el medio, rompiendo la pareja.

Crees que todo eso no pasa factura en su psique. Todas esas veces que desde pequeño ha reprimido su voluntad, esa rabia esta guardada en su cuerpo. Muchos terminan expulsándola dándose a la bebida, drogas, o incluso soltando la rabia contra sus parejas.

Entender a los demás, en este caso a tu hermano puede que te sirva para ayudarlo.

Se que hay muchos hijos dorados que no tienen escapatoria. Están ya tan miementizados con la madre, que han aprendido a disfrutar controlando a los demás como su progenitora. Pero no es el caso de todos. Siempre podemos intentar ayudar.

El abuso emocional: sufrimiento silencioso y reprimido

El abuso emocional: sufrimiento silencioso y reprimido

Siempre digo que el abuso emocional infantil, a pesar de estar incluido en el encabezamiento de cualquier definición de abuso infantil, casi nadie habla de él. Está escondido. Pocos nos atrevemos a hablar en voz alta y decir que nuestra madre nos tortura emocionalmente. Y muchos menos aún son los que reconocen que hemos podido ser destrozados por una madre abusadora. Incluso hay terapeutas de salud mental que nos inmolan en sus consultas cuando tratan de que olvidemos lo sufrido ( que sigamos reprimiendo lo vivido, escondiendo bajo la alfombra el calvario vivido) y tratemos de vivir una vida nueva.

Parece que la mentalidad de la gente, incluídos terapeutas «expertos» en abuso infantil, está en  solo considerar abuso, a la existencia de violencia, o agresión sexual.

Pero estamos infinidad de víctimas a las que se nos ha destrozado nuestras vidas porque hemos sido violadas emocionalmente. El maltrato emocional de nuestra madre nos ha roto como seres, y se nos complica tener una vida plena incluso en nuestra edad adulta. Somos niños que hemos sido humillados, acallados, aislados, invalidados, denigrados, … y que hemos crecido con el gran dolor de saber que tu madre no te quiere.

Es de entender, que seamos víctimas silenciosas y que nadie hable del abuso emocional infantil, porque vivimos en una sociedad de «culto» a la madre. Parece que mujer es sinónimo a madre, y madre  de amor. Vivimos en una sociedad donde a toda madre se le presupone un instinto maternal. Presuponemos que una madre es amorosa, tierna y dulce con sus hijos. Creemos que el amor de una madre a sus hijos es desinteresado y está por encima del amor así misma. Incluso en la era de la tecnología en la que vivimos, donde la mujer ha conseguido lugares en la sociedad impensables hace 40 años, la creencia de que madre es sinónimo de ternura hacia sus hijos está en la mente de la mayoría.

Pero qué ocurre con esos hijos que hemos vivido, o todavía viven,  con madres narcisistas, tóxicas. Quien nos escucha, quien nos defiende, quien nos cree, quien nos apoya.

En los últimos siglos hemos experimentado el progreso de las libertades, el avance de la mujer en la sociedad, hemos derribado innumerables mitos que parecían imposible de caer. Pero casi nadie, se ha atrevido a cuestionar a  uno de los tótemes fundamentales de todos los tiempos: la Madre. La que nos da la vida, a la que debemos honrar y respetar. Pero quien nos asegura que por el hecho de haber sacado de sus entrañas a un ser, una madre sea buena y atenta con su hijo. Quien nos asegura que el vínculo con nuestra madre sea constructivo y no destructivo.

Pues parece que la sociedad y los profesionales lo tienen asumido así y a los que cuestionan y acallan son  a las víctimas, niños indefensos que por los abusos terminamos siendo adultos rotos. Y esta creencia ha sido instaurada y grabada en nuestras mentes y el seguir creyendo sin dudar en este totem de «madre amorosa» hace que la sociedad de la espalda a muchas víctimas que somos de esta manera doblemente victimizadas.

En esta sociedad donde la mujer esta luchando por ser respetada, se debiera también avanzar y abrir la mente, para no juzgar a aquel que no honra a su madre.

El cuarto mandamiento » honrarás y respetarás a tu padre y tu madre», resulta absolutamente destructivo para los que padecemos el abuso de una madre a la que la sociedad y nuestro entorno presupune buena sólo por el mero hecho de ser madre.

Todavía recuerdo la respuesta de la buena señora a la que de niña me abrí para hablar sobre lo mal que estaba porque mi madre no me quería y me pegaba. Aquella señora sin ella saberlo hundió mi alma a lo mas profundo de la oscuridad. » A veces las madres parece que nos enfadamos o os corregimos, pero tu mamá te quiere». Incluso no hace mucho tras publicar uno de mis post una señora me acusó de no comprender y de ser irrespetuosa con mi madre. Y que saben esas gentes que no han vivido la tortura diaria de una madre que destruye y que es consciente y que disfruta con lo que te está haciendo.

A mamá hay que quererla. Pero digo yo por qué he de querer yo a mi madre. El amor debería ser libre y no impuesto. Por qué he de amar yo a quien me ha humillado, insultado, pegado, me ha impedido mi crecimiento psicoafectivo correcto.

La supuesta obligación que los niños abusados emocionalmente tenemos de «querer» a nuestras madres de cara a los demás, hace que nuestras verdaderas emociones queden reprimidas.

El odio, rabia o dependencia excesiva hacia tu madre, crea adultos rotos ( padecemos depresiones, bulimia, problemas para relacionarnos socialmente, inseguridad, ansiedad,…) . Algunos crecemos como podemos y convivimos con nuestros fantasmas y no repetimos los patrones de nuestra madre torturadora. Pero otros muchos como prueba la historia, repiten los patrones de su madre y se convierten a su vez en madres tóxicas para sus hijos, perpetuando así el círculo vicioso. Pero hay víctimas que canalizan aún peor el dolor reprimido convirtiendose hasta en violadores y asesinos.

No lo digo solo yo, lo dice la historia y estudios realizados por profesionales.

  • Está el caso del asesino en serie Patrice Alegre, que violó y asesinó a numerosas mujeres. Patrice era el hijo de una prostituta que llevaba a los clientes a su casa y permitía al chico observarlo todo. Alegre reprimió el odio por su madre, y dio rienda suelta a ese odio con otras mujeres. Cuando estrangulaba a una mujer en realidad estaba en su inconsciente estrangulando a su madre. Prefirió matar antes que asumir la verdad.
  • Según un grupo de psicólogos españoles de la Universidad de Salamanca,  que durante tiempo han analizado, y hablado con multitud de abusadores, han llegado a la conclusión de que cuando los abusadores han sufrido algún tipo de maltrato o abusos sexuales de niños, la mayoría de estos criminales viola a sus víctimas antes de matarlas.Así lo recoge un estudio publicado en la revista European Psychiatry por investigadores de la Universidad de Salamanca. «El germen de estas conductas está basado en lo que les sucede a los futuros asesinos cuando son niños, el momento en el que la persona es más vulnerable y situaciones de maltrato y abusos pueden tener graves consecuencias«, señala Javier de Santiago, uno de los autores. Para llegar a esta conclusión, analizaron casos de varios países extraídos de fuentes muy variadas, como sentencias judiciales, informes policiales, entrevistas personales y material periodístico.
  • También estan los personajes históricos que han padecido la tortura emocional de una madre tóxica:
    • Marcel Proust, ensayista quien llego a escribir » prefiero tener ataques y gustarte a no tenerlos y no gustarte». Frase que describe muy bien el sinsentido de su relación con su madre. En otra carta le dice:»La verdad es que tan pronto como me encuentro bien tú lo destrozas todo hasta que vuelvo a sentirme mal, porque la vida que me procura una mejora a ti te produce irritación. Es triste que no pueda tener a la vez tu cariño y mi salud». Su aguda inteligencia le marcaba el camino de la verdad, pero la moral de la época le impidió rebelarse contra su madre, lo que le ocasionó una enfermiza y corta vida.
    • El poeta Rimbaud padeció una madre autoritaria que controlaba su vida . La reacción de Rimbaud ante este amor destructivo fue un profundo odio a sí mismo. Se consideró a sí mismo un monstruo, un homosexual vicioso. Trató de liberarse de la opresión materna por medio de las drogas, y sobre todo de la poesía. Pero fue en vano como su temprana muerte nos confirma.
    • La infancia de Hitler le atormento toda su vida. Su padre autoritario que le pegaba y le llamaba por un silbido le marco. Su madre era una mera observadora de los abusos y no supo o pudo protegerlo. Ese odio reprimido hacia sus padres le convirtio en un monstruo.

Por qué ntonces seguir silenciando el abuso emocional infantil Es que no contamos con pruebas y estudios suficientes que demuestran el daño irreversible que inflingen estas madres a sus hijos y de rebote a la sociedad. Por qué no terminamos con el tabú de Madre-persona buena, que tanto daño hace a la salud mental y la posibilidad de ser felices de tantos niños y adultos.

Terminemos con el abuso silencioso emocional.

Abramos por favor los ojos al abuso emocional que tantas madres hacen padecer a sus hijos. No podemos seguir mirando hacia otro lado. Dejemos de lado esa moral tradicional de deber y forzar el amor hacia una madre. Estamos en el siglo 21. Ya es hora de eliminar ciertas creencias que crean una sociedad dañada.

Destapemos a estas madres que imponen sus deseos a los de sus propios hijos. A estas madres tóxicas que rompen vidas, anulando a sus propios hijos y sin importarles el daño irreversible que les causan.

Blanche Monnier, la prisionera de Potiers. Hija de una madre tóxica

Corría un día del mes de mayo del año 1901 y el abogado general de la ciudad de París daba lectura a una carta anónima que contenía detalles espeluznantes sobre una casa apartada en las inmediaciones de Poiters. Según aquella carta redactada a mano, con buen vocabulario y caligrafía, una mujer era objeto de maltratos y vejaciones en este lugar.

El escrito no ofrecía demasiada información sobre la víctima, simplemente solicitaba que alguien hiciera algo, que se avisara a las autoridades pues estas atrocidades habían sucedido desde hacía 25 años. La carta decía lo siguiente:

“Sr. Abogado General.

Tengo el deber de informarle un grave problema. Me refiero a una señora que es mantenida cautiva en la casa de Madame Monnier en Poiters. Está hambrienta, harapienta y ha vivido entre su propia suciedad a lo largo del último cuarto de siglo. Algo debe hacerse”.

La mujer referida en la carta, Madame Monnier, era una viuda de 75 años cuyo nombre completo era Louise Monnier Demarconnay. Para casi todos sus vecinos la anciana era una ciudadana libre de cualquier sospecha. Era dueña de una mansión ubicada en un barrio próspero, y vivía acompañada de su hijo, Marcel. Emile, su finado esposo, había sido director de la facultad de arte de la localidad. Con 50 años, Marcel se desempeñaba como abogado y aspiraba al cargo de profesor en la comuna Puget-Théniers. Por donde se le viera, era una familia normal y con una vida bastante aburrida, jamás llamaron la atención y se habían ganado el respeto de sus conocidos, aunque se les consideraba muy reservados.

Las autoridades procedieron con escepticismo y cautela ante las acusaciones de la carta. Sin embargo, alguien recordó la existencia de Blanche, una hija de los Monnier que había desaparecido en circunstancias misteriosas. Blanche fue conocida como una joven “sumamente alegre y bien educada” con una “belleza excepcional y expresivos ojos azules”.

Quizá aquella carta había sido una broma de mal gusto. El tipo de grosería que una persona ociosa con malas intenciones suele hacer. Pero, ¿y si era verdad?

El asistente del abogado general, un hombre llamado Giroud, fue a realizar la inspección de rutina acompañado por dos oficiales. Al arribar a Poiters tocó a la puerta marcada con el número 21 en la calle Visitation. Tras insistir en repetidas ocasiones, una criada de aquella casa abrió la puerta solicitando disculpas por la tardanza. La mujer parecía muy nerviosa ante la presencia de aquellos hombres, sobre todo por los dos oficiales uniformados que exigían hablar con su empleadora. Curiosamente, el lugar estaba desordenado y sucio, pero aquello no despertó sospecha en los hombres que fueron llevados hasta una sala donde los recibiría Madame Monnier.

casa monnier

La anciana apareció casi media hora después apoyada por la sirvienta. Les dijo que no entendía el objetivo de aquella carta y que no eran más que calumnias en su contra. Los policías se convencieron, pero el asistente solicitó hacer una inspección a la vivienda afirmando que había algunas infracciones relativas a la instalación eléctrica. Madame Monnier le dijo que podía hacer la inspección con la condición de que no ingresara a las habitaciones para no perturbar la tranquilidad de los residentes, además debía ir acompañado por la sirvienta.

Giroud inspeccionó la casa, analizando cada rincón mientras los oficiales esperaban en la entrada. Al momento que inspeccionaba uno de los pasillos en el segundo piso, llegó hasta sus narices un olor nauseabundo proveniente de un ala de la enorme mansión que se encontraba bajo llave. Ordenó a la sirvienta que abriera la puerta pero esta se negó, advirtiéndole que llamaría a la patrona. Giroud fue más hábil y atrapó a la mujer para exigirle que le contara lo que estaba sucediendo pues parecía bastante claro que pretendían ocultar algo. La mujer se limitó a mirar la puerta y a decir que no tenía la culpa de lo que sucedía allí dentro. El asistente solicitó la presencia de los oficiales quienes derribaron la puerta que se encontraba firmemente atrancada.

Cuando la puerta cayó, el hedor penetró de lleno y casi los hace perder el sentido. Siguieron el rastro hasta una escalera que conducía al ático y que también estaba asegurado. Cuando retiraron el candado encontraron una habitación oscura y diminuta. Había una sola ventana cubierta por una pesada cortina que impedía el paso de la luz solar.

25 años en la oscuridad.

Removieron la cortina y solo así la luz del Sol llenó aquella habitación olvidada. Una chocante revelación sucedió a continuación:

En la esquina más oscura de ese lugar, cubierta por una sábana llena de inmundicia, se encontraba una mujer esquelética en posición fetal, descrita por los hombres como nada más que “piel y huesos”. Estaba completamente desnuda, recostada sobre un montón de paja atestada de orina y heces.

El hedor era insoportable. Trozos de pan, vegetales y carne habían formado una costra de residuos alrededor del cuerpo. Estaba presa a un grillete de hierro remachado a la pared que la sujetaba por el tobillo. La piel en la zona del pie era carne viva debido al contacto permanente con el metal. Al ver a los hombres gritó con demencia, aterrada por la presencia humana después de tanto tiempo.

Blanche Monnier en una cama de hospital

Pese a su decadencia física y mental, el asistente reconoció en aquellos ojos azules la identidad de Blanche Monnier. Tenía 49 años de edad y pesaba poco más de 42 kg.

Al momento en que apreció de lleno la condición de Blanche, uno de los oficiales perdió el conocimiento por la impresión. El asistente Giround y el oficial restante le retiraron la cadena, la envolvieron en una sábana limpia y la llevaron hasta el Hôtel-Dieu de París, el hospital más próximo. Mientras esto acontecía, Madame Monnier se mantuvo en sus aposentos. La encontraron horas después degustando un bocadillo y una taza de té, vestida con una cómoda bata de seda y unas pantuflas de terciopelo. Hacía frío aquel día en París y la chimenea tenía un fuego bastante decente. Cuando la policía le informó sobre su crimen, se limitó a solicitar que llamaran a su hijo.

Marcel ya había sido interceptado en la escuela donde pretendía impartir catedra. Lo escoltaron hasta la mansión de Poiters donde el abogado general empezó a interrogarlo. A partir de ese instante la perturbadora historia de Blanche Monnier empezó a ver la luz pública.

Una madre sin corazón.

Cuando estaba por cumplir sus veinte años, Blanche se enamoró perdidamente de un hombre mayor – un comerciante de poco estatus social. La familia se opuso a dicha relación y le exigieron a Blanche que abandonara su emprendimiento amoroso. Según los rumores, la dama tenía la intención de escapar y jurarle amor eterno a su amado en Marsella, donde pretendían establecerse.

Otros rumores dijeron que su aventura trajo como consecuencia un embarazo no deseado, mismo que su familia le obligó a interrumpir. Ante la negación de Blanche, y dándose cuenta que no podían hacer nada para evitar el enlace, Madame Monnier y su hijo pusieron en marcha un plan macabro.

Una noche, el par drogó a Blanche con láudano y la llevó hasta el ático de la mansión. Cuando despertó, su madre le informó que permanecería en aquel lugar hasta que aceptara romper su relación o casarse con quien ella le indicara. Según la apreciación de Madame Monnier, era cuestión de tiempo para que Blanche diera su brazo a torcer.

Pero Blanche jamás desistió.

Fue así que Madame Monnier mantuvo a su propia hija como prisionera en el ático de su casa en Poiters. Tras un intento frustrado de escape, a Blanche le pusieron el grillete de hierro. Una vez por semana, Marcel iba hasta el ático armado con una carta para caballo y le propinaba una golpiza a su hermana, según él como una forma de disciplinarla. Cuando la liberaron podían apreciarse las marcas de abuso y cicatrices por todo su cuerpo.

Las enfermedades y las heridas infectadas casi le quitan la vida en múltiples ocasiones. La alimentaban con las sobras de la comida que le eran pasadas por un agujero en el suelo. Las ratas la aterrorizaban día y noche, salían de todos los rincones de la habitación para disputarse su comida. Para hacer sus necesidades usaba un caudal rudimentario que muy a menudo se obstruía y la dejaba cubierta de residuos. Durante semanas nadie fue a visitarla, y como nadie respondía a sus pedidos de auxilio dejó de pedir ayuda.

El comerciante con quien ella deseaba casarse murió en 1885. Los Monnier le dijeron a todo mundo que Blanche se había ido de París a vivir con unos familiares. Después inventaron que se había matrimoniado con un importante juez de otra provincia, y después de algunos meses agregaron a su versión que la joven había desparecido en Marsella en un misterioso caso de secuestro. Los Monnier se limitaron a inventar historias para justificar la ausencia de la hija. Nadie sospechaba nada. Los empleados fueron despedidos y solo una mucama quedó a cargo de las tareas diarias. La casa se fue deteriorando poco a poco: la fachada estaba despintada, el patio sucio, el jardín cubierto de hierbas… tenía todo el aspecto de una típica casa embrujada. Pese a esto, a nadie le importaba lo que sucedía en el interior. Madame Monnier no recibía visitantes ni familiares y parecía no tener amistades.

 

Corrupción en la justicia del caso.

Madre e hijo fueron llevados a prisión tras el rescate de Blanche. A Madame Monnier la transfirieron a una prisión especial cuando descubrieron que tenía serios problemas cardiacos. Murió quince años después.

Por su complicidad y participación activa en el crimen, el juicio de Marcel comenzó en octubre de 1901. Argumentó que Blanche estaba demente y que era necesario mantenerla en aislamiento. Los testigos llamados por la corte contrariaron su defensa. Decenas de personas que habían conocido a Blanche afirmaron que su comportamiento era el de una persona perfectamente sana previo a su desaparición. Los vecinos afirmaron haber escuchado gritos en algunas ocasiones, pero jamás llegaron a imaginar que se tratara de una mujer prisionera. Nadie sospechaba que pudiera tratarse de Blanche.

En apenas cuatro días, Marcel fue encontrado culpable y sentenciado tan solo a 15 meses de prisión. Apeló la sentencia a comienzos de noviembre. Gracias a su influencia y amistades en los tribunales, obtuvo un perdón especial – una aberración de la justicia francesa que jamás llegó a ser explicada. Para el enojo de los ciudadanos, abandonó la prisión como un hombre libre. Tras sufrir la conducta hostil de los parisinos, Marcel se mudó a Niza.

Fue un hombre sumamente extraño, le producía placer procesar a las personas y recomendar sentencias pesadas. En el año de 1910 se vio involucrado en un caso de corrupción en la ciudad de Niza y fue condenado a un año de prisión en la Isla del Diablo. Algunos dicen que fue un sujeto sádico, metido en temas de necromancia y ocultismo. Aunque posiblemente tales afirmaciones fueron inventos de sus detractores. Nadie lo sabe con certeza, pero dicen que murió víctima de un incendio a pocos días de que murió su hermana.

El final de Blanche Monnier.

El primer diagnóstico que hicieron los médicos sobre Blanche Monnier no era nada alentador: su muerte parecía algo inevitable y la recuperación improbable. Además de los severos daños causados por la desnutrición y las enfermedades, no lograba adaptarse a la claridad.

Pero milagrosamente la condición de Blanche empezó a mejorar, gracias a la atención de médicos voluntarios que se mostraron comprometidos con el cuadro clínico tan delicado. Blanche recibió apoyo de individuos ricos de toda Europa: presidentes, celebridades e incluso miembros de la realeza le enviaron obsequios. El gobierno francés le ofreció una casa en París donde podría pasar sus últimos días de vida, además de una pensión mensual.

Sin embargo, pese a su mejoría física, jamás recuperó la cordura. Psiquiatras ilustres, como Sigmund Freud que apenas comenzaba su carrera, intentaron sacar a Blanche del pozo oscuro y pútrido donde había caído su mente. Jamás superó el trauma que supuso su encierro de 25 años, frecuentemente despertaba en medio de gritos creyendo que seguía encerrada, devorada por las ratas y cubierta de suciedad en aquella oscura habitación del ático.

Blanche Monnier logró experimentar 13 años más de una vida en libertad. Tuvo una muerte tranquila en un hospital psiquiátrico de París en 1914. Jamás se supo la identidad del remitente de la carta que terminó con la liberación de la prisionera de Poiters.

 

Podeis leer sobre esta historia en el www.confidencial.com

Triángulo Dramático de Karpman: cuando el perseguidor y el salvador son tu madre

Triángulo Dramático de Karpman: cuando el perseguidor y el salvador son tu madre

El triángulo dramático de Karpman es un modelo psicológico y social de la interacción humana en el análisis transaccional, descrito por primera vez por Stephen Karpman, en su artículo de 1968 «Fairy Tales and Script Drama Analysis».

El modelo propone tres papeles habituales psicológicos (o juegos de rol ) que la gente suele tomar en una situación:

  • Víctima: La persona que se considera, o acepta el papel de víctima.
  • Perseguidor: La persona que coacciona a las presiones, o persigue a la víctima
  • Salvador:El socorrista, o rescatador que interviene, aparentemente con un deseo de ayudar al más débil, o mejorar la situación.

Me imagino que reconoces estos roles si eres o has sido víctima de una madre tóxica.

Tu madre es la perseguidora, la que se siente con la potestad de poder juzgar tus comportamientos de una forma completamente libre y sin limitaciones.  Pero además también es muchas veces tu salvadora, yo lo arreglo, quien te va a querer como yo, se preocupa por ti. Y en el medio de este juego, donde tu madre desempeña los dos papeles de la buena y la mala, estas tú la víctima.

El triángulo dramático es uno de los muchos juegos psicológicos utilizados por las madres toxicas o narcisistas.

Lo que ocurre, cuando vamos a pedir ayuda a un terapeuta, es que estos están acostumbrados a relaciones donde los roles de perseguidores y salvadores, están representados por diferentes personas. Y en el caso de estas madres abusadoras, los roles se unen en la misma persona. Nos dan una de cal y otra de arena, y esa es una de las herramientas más potentes que tienen para mantenernos bajo su control y sin que podamos hacer mucho para escaparnos de esa situación.

Cuando claramente reconocemos el papel de perseguidora en nuestra madre : con todo lo que yo he hecho por tí, yo no haría eso, no vales para nada,….. , para poder querer salir del círculo del abuso y apartarnos de ella, nuestra querida madre toma entonces el papel de salvadora : estoy aquí para ayudarte, te quiero a mi manera,…. Es lo que también se conoce como Hoovering, trata de aspirarte para que no cortes las cadenas que te unen a ella , tu sigas siendo la víctima y ella siga surtiéndose de su «sangre o ego narcisista». Esto es , que ella siga siempre en control.

Recuerda que cuando tu madre se pone en el papel de salvadora, sólo lo hace para seguir manipulándote. Jamás lo siente, estas personas carecen de empatía.

Cuando te des cuenta del juego de tu madre, empieza a verte no como una víctima, sino como una superviviente. Una persona que ha sobrevivido a multitud de abusos, humillaciones, falta de amor,.. y que todavía esta viva y coleando y con ganas de vivir. Deja de interpretar el papel de víctima y alimentar a tu madre. Eres una superviviente que puede llegar donde quiera hacerlo, porque tu madre sin ella saberlo te ha hecho muy fuerte.

 

triangulo Karpman

Ansiedad. La gran secuela que una madre tóxica nos deja

Ansiedad. La gran secuela que una madre tóxica nos deja

Las hijas de madres tóxicas sufrimos altos niveles de ansiedad.

La ansiedad de nuestras vidas nace por un desequilibrio entre lo que somos (forzadas a serlo por nuestra madre) y lo que realmente queremos o deberíamos ser.

Nuestra madre tóxica con sus abusos nos somete a altos niveles de ansiedad.

Altos niveles de ansiedad

Los síntomas de ansiedad elevada pueden variar de ser emocionales o psicológicos, a físicos. Aunque la ansiedad es de naturaleza principalmente psicológica, sus síntomas pueden manifestarse de manera física. Estos sintomas pueden alterar nuestra capacidad de estar bien. Incluso a veces cosas simples como salir a la calle se nos convierte en algo difícil.

Sintomas de la ansiedad
  • Pensamientos temerosos  :  estos pensamientos temerosos hacen que  dejemos de hacer muchas cosas del día a día, pudiendo incapacitar gravemente a una persona. Vivimos con miedo. A veces nos cuesta hasta salir a la calle solas.
  • Problemas con la alimentación: A menudo la ansiedad hace que las personas pierdan el apetito. Esto puede generar otros problemas tales como disminución en el nivel de energía, pérdida de peso, fatigarse fácilmente, y también problemas digestivos como náuseas y dolores de estómago. Uno de los problemas alimenticios comunes entre las personas que hemos sido maltratadas es la bulimia que surge por la falta de afecto de nuestras madres.
  •  Síntomas físicos: Síntomas físicos relacionados con la respiración incluyen dificultad para respirar, hiperventilación, asfixia u opresión en la garganta. Síntomas físicos relacionados con el corazón incluyen aumento del ritmo cardíaco, palpitaciones, dolor en el pecho. Otros síntomas físicos incluyen sudoración, temblores, hormigueo en los dedos de los pies y los dedos de las manos, y a veces el cuero cabelludo; manos frías y sudorosas, dolor de estómago, dolor de cabeza, debilidad, y resequedad de boca.
  • Síntomas emocionales . Tener altos niveles de ansiedad puede hacer que la gente esté de muy mal humor. También puede causar mucho estrés e irritabilidad en muchos pacientes. Además, las personas pueden mostrar signos de retraimiento a causa de la ansiedad. Preocupación constante, así como estar distraído, comerse las uñas, llorar, consumo de alcohol o abusar en el uso de pastillas para dormir, y evitar el contacto visual también se incluyen en estos síntomas.
  • De conducta: Estado de alerta e hipervigilancia, bloqueos, torpeza o dificultad para actuar, impulsividad, inquietud motora, dificultad para estarse quieto y en reposo. Estos síntomas vienen acompañados de cambios en la expresividad corporal y el lenguaje corporal: posturas cerradas, rigidez, movimientos torpes de manos y brazos tensión de las mandíbulas, cambios en la voz, expresión facial de asombro, duda o crispación, etc.
  • Intelectuales o cognitivos: Dificultades de atención, concentración y memoria, aumento de los despistes y descuidos, preocupación excesiva, expectativas negativas, rumiación, pensamientos distorsionados e importunos, incremento de las dudas y la sensación de confusión, tendencia a recordar sobre todo cosas desagradables, sobrevalorar pequeños detalles desfavorables, abuso de la prevención y de la sospecha, interpretaciones inadecuadas, susceptibilidad, etc.
  • Sociales: Irritabilidad, ensimismamiento, dificultades para iniciar o seguir una conversación, en unos casos, y verborrea en otros, bloquearse o quedarse en blanco a la  hora de preguntar o responder, dificultades para expresar las propias opiniones o hacer valer los propios derechos, temor excesivo a posibles conflictos, etc.

Las víctimas de madres tóxicas nos enfrentamos ante todos estos sintomas durante toda nuestra vida. Vivimos a diario con ansiedad. Y cuando crecemos, descubrimos lo que no ha hecho nuestra madre y queremos empezar a encontrarnos, nuestra lucha contra la lacra de la ansiedad es dura. A pesar de ello, se pueden superar estos sintomas.

Los abusos de una madre tóxica, pueden alterar la salud mental de su hija, víctima

Los abusos de una madre tóxica, pueden alterar la salud mental de su hija, víctima

Los abusos de una madre tóxica hacia sus hij@s  ocurren de manera sutil. Tanto que nosotras sus hijas y sus víctimas no nos damos cuenta.

Los abusos de una madre tóxica van desde la infantilización, invalidación, triangulación, hasta laproyección,. Puedes leer aquí todos sus herramientas de abuso.

La madre tóxica-narcisista es un peligro para sus propios hij@s. Sus abusos terminan dañando la salud mental de sus propios hij@s.

Los hijos no saben que pasa, pero sufren en silencio. Normalmente, el abuso emocional de una madre tóxica, nos lleva a sus hijas a sentimientos de auto-odio, pensamientos negativos y a otras relaciones tóxicas.

Las secuelas que sufrimos son

    • Sindrome de Estrés Postraumático
    • Sufres de muy baja estima: la madre tóxica solo muestra afecto cuando quiere conseguir algo.  Es exigente y nunca está satisfecha. Lo que nos deja a sus hijas sintiendo que nunca somos lo suficientemente buenas. Tu madre te ha inutilizado tanto, que no eres capaz ni de tomar una decisión por tí sola. Intentar complacer a cada momento nos genera  también depresión y ansiedad.
    • Sientes auto aversión: sentir que nunca puedes hacer nada bien, te deja aborreciendote a tí misma. El no poder satisfacer a tu madre, que se supone te tiene que amar incondicionalmente, hace que te crees una opinión sobre tí de que no mereces amor. Lo que se puede traducir en no gustarse.
    • Fallas en el autocuidado: no importa que aspecto tenías cuando eras joven. Siempre estabas demasiado gorda, o demasiado flaca, o fea,…. Tu madre siempre ha criticado tu aspecto. Luego para qué cuidarse. En ocasiones, nos pasamos al extremo contrario. Para tapar esos defectos que creemos tener , nos obsesiona nuestro aspecto externo.
    • Hablas negativamente sobre tí: simplemente reflejamos lo que nos ha hecho creer nuestra madre sobre nosotras. Las críticas que ella ha vertido sobre nosotras las repetimos en alto, porque no somos capaces de ver nuestras cualidades.
    •  Atraes parejas tóxicas que no te respetan: Toda esa desaprobación por parte de tu madre, al final te mina y te deja creyendo que no eres merecedora de amor , atención ni aprobación. Por eso al buscar pareja para calmar esas carencias, caemos en manos de seres que nos destruyen igual que lo hizo nuestra madre. Buscamos el mismo tipo de relación que con nuestra madre. Atraemos parejas con trastorno narcisista de la personalidad. Atraemos a los hombres narcisistas, porque somos dependientes, fáciles de manipular, y necesitamos satisfacerles. Somos su víctima perfecta.
    • Sientes que tienes que esconder  quien eres realmente: desde temprana edad las hijas de madres tóxicas tenemos que pretender ser quien nuestra madre dice que somos.  Cada vez que hemos intentado ser nosotras mismas, demostrar nuestros sentimientos,  nuestra madre nos ha coartado. Nos ha recordado que no somos lo suficientemente buenas. Por esto, una vez salimos a la vida, las hijas de madres tóxicas escondemos quienes somos físicamente y emocionalmente, en el intento de mezclarnos y pasar desapercibidas. Esto nos deja vulnerables a críticas, y al hoy llamado bulliying.
    • Saboteas tu felicidad: tanta decepción sufrida mientras crecías, que has crecido pensando que la suerte y las buenas cosas no son para tí. Tratando de protegerte de más abusos, tienes una tendencia a sabotear las cosas buenas de tu vida: si no amas no te haran dano, si no deseas algo, no te lo quitaran. Es un mecanismo de proteccion que resulta destructivo para tí.
    • Eres extremadamente perfeccionista:  como hija de una madre tóxica intentas conseguir la perfección en todo lo que haces. Desde sacar las mejores notas, hasta ser la mejor en tu trabajo. Siempre intentas no fallar para evitar las críticas a toda costa. Intentas siempre ser el epítomo de la perfección. Y aunque la consigas, no lo sabrás ya que nunca te ves lo suficientemente buena.
    • No valoras tus éxitos: tu madre nunca te ha permitido celebrar  tus logros o quien eres, y esa denegación la llevas a tu vida adulta. Si haces algo extraordinario, normalmente otorgas el crédito a factores externos a tu persona. Minimizando tu valía te es muy difícil creer que res capaz de hacer algo bien.
    • Padeces ansiedad y depresión: ser criticada cada día y cada momento por todo lo que haces, ser ridiculizada por tu madre a cada ocasión te genera estrés.  El intentar complacer y nunca conseguirlo, hace que las víctimas desarrollemos ansiedad y depresión.
    • Te preocupa ser una narcisista como tu madre:  al crecer y darte cuenta del maltrato de tu madre te preocupa que los comportamientos tóxicos de ella se hayan grabado en tí. Imitamos patrones de comportamientos. Es normal. Pero tranquila, estás aquí queriendo rommper el círculo.
    • Te cuesta mucho tomar decisiones: Tu madre siempre ha decidido por tí, siempre has hecho lo que ella ha dicho. Creces sin capacidad de decisión, de discernir si esta bien o no y necesitas la aprobación de los otros para tomar decisiones. Por eso ante diferentes situaciones preguntas a tu pareja, amigos,…. buscando aprobación. Tú no te atreves a decidir ya que temes nos acertar.
    •  Eres fácil de manipular emocionalmente. Temerosa de la desprobación de tu madre y de su frecuente comportamiento hiriente, tienes miedo de que todos los adultos te traten con desden. Al crecer, ese sentimiento de miedo se transfiere hacia cualquiera con autoridad. Temes la autoridad porque has crecido con una autoridad que no ha sido justa. Pero a veces pasa, que le das demasiado poder a esa persona con autoridad al tenerle miedo. (es el caso de parejas que te tratan como lo hizo tu madre).
    • Te cuesta establecer límites con las personas: Has crecido sin saber decir “no”. Esta palabra nunca se la has podido decir a tu madre. Siempre has tenido que hacer lo que ella ha dicho y a su manera, sin poder expresar tus sentimientos.  Esto hace que crezcas siendo incapaz de decir no, aunque te esten haciendo daño. Lo que te crea además frustración y rabia hacia tí misma por no ser capaz de parar el abuso.
    • Tienes miedo de tu madre: no importa la edad que tengas, sigues teniendo miedo de tu madre. Tienes miedo incluso a una llamada suya porque sabes que en sus palabras solo hay represalias. Su azote verbal, enturbia tu espíritu.
    • Sigues buscando la aprobación de tu madre: probablemente sabes que nunca vas a obtenerlo, pero nunca cesas en intentarlo. La sociedad nos enseña que las madres aman a sus niños. Y tu a pesar de tu edad adulta, no puedes entender porque no puedes sentir ese sentimiento por parte de tu madre.Anhelas su aprobación, su amor pero tu sabes que eso no va a llegar.
    •  Quieres sacarla de tu vida, pero te da miedo y te sientes confundida: cuantas veces te has dicho a tí misma ” ya está, ya no puedo más, no quiero saber nada más de tí”. Hay algo dentro de tí que sabe que tu madre es destructiva contigo, y a pesar de eso no puedes romper con ella.Esto es por el sentimiento de culpa, el miedo y el tira y afloja con los que has crecido. Quieres ser libre  y encontrar la paz, pero siempre tu madre termina aspirandote de uelta a ella.
    • Tienes problemas de confianza: si no puedes confiar en tu madre, entonces de quien puedes hacerlo. Si la persona que te dio la vida y era responsable de tu bienestar, sólo te ha hecho sentir mal, cómo vas a confiar en los que no son nada tuyo y no se les supone que se deban preocupar por tí.
    • Sientes que el mundo no es un sitio seguro: Las hijas de madres tóxicas somos miedosas, padecemos ansiedad y sentimos que el mundo y sus habitantes son una amenaza. Si no podemos confiar en nuestros padres, si tu casa no te ofrece seguridad y paz, entonces no hay lugar ni nadie en el mundo que pueda garantizarte esa seguridad.
    •  Falta de identidad: cuando eres pequeña tu vida gira en torno a tu madre narcisista. No haces nada si ella no está presente. No estás con otras personas porque ella no lo permite , ya que es la mejor manera de manipularte. (como en la película Rapunzel). Esto hace que las víctimas de una madre narcisista, crezcamos sin saber quienes somos realmente ya que nunca se nos ha permitido pensar por nosotras mismas. Ellas, las verdugos, son quienes han decidido que era bueno y que no para nosotras, no dejándonos elección en la vida. Esto hace que aún cuando rompemos el vínculo con ella, para salir del círculo vicioso, nos cuesta encontrar nuestra dirección y sentido en la vida.
    • Buscamos la felicidad fuera : nos pasamos la vida soñando. Nuestra infancia es tan dura, que soñamos con un futuro mejor. Buscamos una pareja que nos quiera, amigos que nos respeten,… y cuando las personas de fuera nos fallan, volvemos a caer en e agujero, cada vez mas profundo. Nunca pensamos que la felicidad está esperandonos dentro de nosotras, ya que no nos queremos. No aprendimos a hacerlo.
    • Tenemos cambios de humor radicales: con frecuencia nuestros cambios de humos son bruscos, rozando la ciclotimia (forma leve de trastorno bipolar).
    • Tratamos de no ver lo que tenemos delante: La disociación es un mecanismo de defensa mediante el cual evitamos ver lo que tenemos delante porque es demasiado doloroso, es como anestesiarse ante la realidad. Los procesos mentales pueden consistir en soñar despierto o, en casos más severos, en amnesia. Las actividades de entretenimiento son los videojuegos, la televisión,..
    • Hipersensibilidad a situaciones estresantes: Todas las víctimas hemos estado sometidas a una situación de estrés y peligro continuado durante años en nuestra infancia, adolescencia y muchas durante nuestra edad adulta. Hemos sufrido cambios en nuestro sistema nervioso que nos hacen más sensibles o menos tolerantes al estrés.
    • Ideas suicidas (activas o pasivas): Much@s víctimas de madres tóxicas,  tienen pensamientos catastróficos (no hay esperanza, ni fe, ni confianza). Nos sentimos atrapad@s en nuestras propias vidas. Esto nos lleva a tener ideas suicidas como escape mental a nuestra situación. La mayoría de ellas son pasivas, es decir, es un recurso mental para escapar de una situación dolorosa sin que llegue a tener consecuencias en la realidad. Sin embargo, sí que hay casos de víctimas que han llegado a suicidarse a causa del abuso narcisista.
    • Sentimientos  de soledad y abandono: Much@s víctimas tienen problemas para relacionarse con los demás y aún haciéndolo, se pueden llegar a sentir muy sol@s aunque estén rodead@s de gente. El abandono es una herida de infancia profunda para nosotras debido a la negación severa sufrida durante años por nuestra madre. Es muy frecuente que nos sintamos abandonadas en situaciones en las que la gente “normal” no se sentiría: cuando un(a) amig@ se va a otra ciudad, empieza con una pareja, cuando no somos el objeto constante de atenciones,…
SER HIJA DE UNA MADRE TÓXICA SUPONE PADECER UNO DE LOS PEORES ABUSOS INFANTILES QUE EXISTEN. TU MADRE TE DEJA SECUELAS IMBORRABLES CONTRA LAS QUE TIENES QUE LUCHAR CADA DÍA.

 

Por qué las hijas de madres tóxicas , caemos en las redes de hombres narcisistas

Por qué las hijas de madres tóxicas , caemos en las redes de hombres narcisistas

¿Te has parado a pensar por que las víctimas de madres tóxicas, caemos en las redes de hombres narcisistas-tóxicos?

¿No os ha ocurrido nunca? Personalmente se me han acercado hombres narcisistas uno tras otro, como si fuera lo único que atrajera. Hasta me casé con uno. Hombres, que bajo una apariencia encantadora, sólo se querían a ellos mismos . Encantadores al principio, pero luego veneno para mi ser . Igual que mi madre.

Llegó un momento en que me tuve que parar y plantearme que me pasaba. Seguía atrayendo al mismo tipo de hombre una y otra vez.

Seguros de si mismos, educados, arrogantes, regaladores,… Hasta que llegué a la conclusión, que yo no me sentía atraída por ellos. Ellos se me acercaban a mí, como las moscas al dulce.  Y yo no los rechazaba.

¿Pero por qué ? Porqué se me siguen acercando este tipo de hombres. En ese momento no lo sabía. Sólo decidí que jamás volvería a dejar que ningún hombre me escogiera. Lo iba a hacer al revés. Sería yo la que decidiera quien entraba en mi vida. Y funcionó. Me encontré con un hombre, educado y que realmente se preocupaba por mí. No, no me regaló el regalo más caro que encontró , pero me regaló la luna. Y sigue poniendo a mis pies una alfombra de petalos cada día. Pero vuelvo al tema.

¿Por qué   las víctimas de madres tóxicas, caemos en las redes de hombres narcisistas-tóxicos?

Entender porque atraes  a narcisistas te ayudará a corregir tus comportamientos. Sobre todo para no volver a caer en el mismo error.

Al no entender porque siempre terminamos con el mismo tipo de hombres, nos sentimos culpables. Como siempre la culpa es nuestra.

Segun  Willem E. Frankenhuis, del Departamento de Psicologia  Evolutiva del Instituto de Ciencias del Comportamiento de la Universidad de Radboud, en los Paises Bajos ,  dijo en el 2013 en conclusión a sus estudios, que el narcisista tóxico, se siente extremadamente atraído hacia aquellos seres compasivos y de gran empatía.

Las hijas de madres tóxicas que han sido preparadas para soportar el abuso, se encuentran atrapadas una y otra vez por depredadores narcisistas. No entienden la razón de ello, y se culpan a sí mismas de mantenerse en estas realaciones tóxicas.  La primera fortaleza que estas mujeres tienen es su resilencia, o capacidad de adaptarse positivamente a las situaciones adversas . Le sigue la empatía que tienen hacia los demás . Cualidades muy atractivas para los hombres narcisistas – tóxicos.

Qué es lo que a los hombres narcisistas – tóxicos les atrae de las víctimas de madres tóxicas

1.Tu dependencia le hace sentirse poderoso

Al hombre narcisista le gusta llevar las riendas  y el subidón que le da controlar a alguien . Tu dependencia le da muchas oportunidades para las dos cosas. Es algo que le gusta de tí.

Porque tienes tanta hambre de amor y conexión (sigues intentando tapar el hueco dejado por una madre que no te ha querido), sólo ves su cara amable. Sus palabras de confort te engañan. Pero no se trata de tí, sino de él. Y tú no ves más allá de su máscara. Su parte leonina, de hombre poderoso te atrapa.

2. Estás acostumbrada a la manipulación y el control

Esto es lamentablemente cierto si tu madre es alta en rasgos narcisistas, controladora o combativa. Inconscientemente piensas que la manipulación, el abuso y el control es lo normal, ya que es lo que has vivido con tu madre. De hecho, es  probable que no notes las formas sutiles y no tan sutiles en las que el hombre narcisista ejerce control sobre tí. Corres el peligro de malinterpretar sus gestos como si se trataran de cuidado o consideración cuando  en realidad, se trata de control.

3. Tu indignación y rabia  son su arma 

Los sentimientos de enojo y celos pueden ser fácilmente desencadenados en una persona ansiosa. El narcisista en tu vida sabe esto sobre tí . Tus reacciones de ira aprendidas en tu infancia, juegan a su favor. Los narcisistas son expertos en proyectar sus sentimientos sobre ti; es lo que el Dr. Craig Malkin llama jugar a la «patata caliente emocional» en su libro Rethinking Narcissism. Cuando te salgas de control, te irrites sin control, dejando mensajes de texto sucesivos cuando él no te ha respondido o le amenazas por correo electrónico, él te dirá que es tu problema, no el de él, y te amenazará de nuevo. Y eso también aumenta su sensación de control sobre tí. Además, lo hace sentir invencible. Sabe que te tiene  a sus pies.

4. Estas sorda ante el abuso verbal

Las hijas de madres tóxicas experimentan humillaciones, menosprecio y agresiones verbales en su niñez y con demasiada frecuencia por parte de sus madres. Han internalizado estos mensajes como verdaderos o de alguna manera han llegado a pensar en ellos como «normales». Su incapacidad para reconocer la toxicidad emocional, por desgracia, facilita  al narcisista su abuso. Que pueda controlarte sin que tu portestes es otra cosa que le atrae de ti.

5.Confundes la pasión con el juego

Estudios demuestran que a los narcisistas les encanta jugar en las relaciones. Hacen que te sumerjas en una montaña rusa emocional, dándote una de cal y otra de arena. Amenudo confundes la pasión y el comportamiento apasionante y absorbente con el  amor verdadero. La triste verdad es que en su búsqueda de esa pasión, muchas mujeres inseguras, que no saben que es una relacion amorosa saludable, se dejan llevar por los encantos de los hombres narcisistas. Pero , el hombre narcisista te enamora, pero luego solo sabe amarse a sí mismo. Te da y te quita. Ese es su juego, que a ti te tortura y te hace caer al mismo agujero en el que te dejó tu madre.

 

Entender los porques de caer en las redes de hombres narcisistas te puede ayudar a abordar tu próxima relación para no caer en los mismos errores.

 

Recuerda que no debes torturarte cuando te das cuenta que estás con un hombre que no te trata bien y te hace sentir que no eres buena. Dale la vuelta a tu tortura. Piensa que este tipo de hombres se te acercan por tu tendencia a la cooperación y al apoyo, la empatía y la tolerancia, el carácter amistoso y compasivo. Estos rasgos son sumamente positivos. Lo malo es que son por demás atractivos para personas patológicas.

Como actúan los hombres narcisistas

Los psicópatas y los narcisistas necesitan que sus mujeres cooperen. Saben instintivamente que las mujeres con un alto grado de cooperación permanecerán en la relación durante un periodo más extenso. Además, se ha observado que las mujeres que aman a los psicópatas tienden a ser muy confiadas y leales.

El psicópata se esfuerza por que la relación avance a pasos agigantados, a fin de cerciorarse de que su pareja será incapaz de reflexionar acerca del comportamiento anormal que percibe en él.

Al comienzo, el psicópata utiliza sus mejores habilidades de comunicación; normalmente es respetuoso y coopera para que se solucionen los problemas dentro de la pareja. Es probable que en los primeras etapas de la relación todo dé la impresión de ser normal en este aspecto, o que incluso la víctima crea que posee una comunicación «profunda» con su pareja, por encima del promedio. Todo esto es una máscara que perdura mientras el psicópata invierte energía en la así denominada «etapa de la luna de miel», cuyo único propósito consiste en asegurarse de conquistar a una mujer. Cuando la máscara se desvanece y las mujeres comienzan a notar la dicotomía presente en el psicópata, ya están hechizadas, presas a causa de su temperamento y de los rasgos de personalidad que, en una relación sana, habrían sido positivos.

Cuando la mujer comienza a descompensarse psicológicamente, y se plantea dejar al hombre tóxico, se observan las mismas dinámicas que en el síndrome de Estocolmo:

Ella percibe (y ya ha sufrido) una amenaza a su supervivencia, tanto física como psicológica y cree que él es capaz de cumplir con sus amenazas.

El percibir pequeñas señales de amabilidad por parte de su pareja hace que baje la guardia y que lo vea, nuevamente, como un ser humano, lo cual, a su vez, la incita a comprometerse aún más en la relación y a volcar mayores esperanzas en él. A esa altura, ella no sólo ya ha sido aislada de los demás, sino que además sufre del adoctrinamiento que constituye haber adoptado la visión patológica del mundo que manifiesta su pareja.

 

Para prevenir seguir cayendo en las redes de este tipo de hombres narcisistas – tóxicos, aprende a reconocerlos . Vuelve sobre los puntos mencionados arriba de que es lo que les atrae de ti. Reconoce como se comportan. Cuidate, ponte a salvo. No dejes que el abuso siga instaurado en tu vida.

Por qué no puedo dejar a mi madre a pesar de saber que me hace daño: por el sentimiento de CULPA

Por qué no puedo dejar a mi madre a pesar de saber que me hace daño: por el sentimiento de CULPA

A las hijas de madres tóxicas nos cuesta romper el vínculo con nuestra madre tóxica a pesar de que veamos claramente que nuestra propia madre nos hace daño. No sabemos por qué no nos alejamos de ella, no lo entendemos, y eso nos tortura aún más.

Hay mucha gente que te dice alejate de quien te maltrata, de  quien no dibuja una sonrisa en tu boca. Pero cuando tu maltratadora es tu madre, no es tan fácil romper el vínculo. La dependencia emocional que tenemos hacia ella nos impide correr y no mirar atrás.

No te sientas mal, ni tortures por seguir con tu madre. No te maltrates tu también por ello. Es normal lo que te pasa. No eres una cobarde, eso no es cierto. Eres muy fuerte.

¿Quieres saber lo que te impide separarte de tu madre?

En general se debe al sentimiento más autodestructivo de todos: LA CULPA

Piensan que podemos salir huyendo en cualquier momento porque no ven las cadenas que nos atan a nuestra madre. Pero el caso de familias manipuladoras donde se mantiene atados sin cadenas ni cuerdas a los hijos, por desgracia existe.

Se trata de un maltrato más sútil y a veces más nocivo que el del niño que recibe golpes o es abusado sexualmente. Nuestra madre  vampiriza nuestra energía y vitalidad  y se niega dejarnos a volar, a hacer nada lejos de ella. Nos aisla, nos corta las alas sin que podamos nunca llevar a cabo nuestr os propios royectos vitales. Corta nuestra relación con el mundo exterior, con amigos, con compañeros e incluso boicotea nuestras relaciones sentimentales.

Si hacemos amago de irnos, entonces nuestra madre se encarga de recordarnos lo mucho que ha hecho por nosotras. Una buena hija no debe abandonar  a su madre, el mundo es horrible,  los demás son malos, nuestros novi@s son lo peor…etc. Ahí es cuando los madre tóxica, manipuladora, hace un despliegue de medios sin paragón,  inocula la culpa en nosotras, sus víctimas, sus hijas.  (“te vas porque no me quieres”, “una madre lo da todo por un hijo”, “con lo que yo me sacrifiqué por tí y ahora me haces esto…”, “tu pareja te hará daño…”, “no hay nada como el amor de una madre…”). Este sentimiento de culpa nos paraliza.

Y si la culpa no fuera suficiente, cuando nuestra madre ve que estamos decididas a irnos utiliza  ataques verbales, campañas contra nuestra imagen pública  (“mi hija está psicológicamente mal”, “mi hija me desprecia”, “mi hija me ignora”, “mi hija está loca”…), acoso e insultos…etc. Tácticas todas ellas que dificultan nuestra huída.

No te sientas mal. Te llegara el día en el que te sientas fuerte y decidas por todas romper con todo. Lo importante es que has descubierto el juego prisocológico que tu madre a utilizado contigo. Nada es culpa tuya. Tu no tienes la culpa de que ella no sepa querer. No te tortures más. Descansa. El día de tu libertad está cerca.

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