Según el Dr. Dispenza, la definición de adicción emocional es muy simple y lo que significa es que si no puedes controlar tu estado emocional, eres adicto al mismo.”
La adicción química emocional explica porque nos quedamos atrapados en nuestras emociones, sean éstas positivas o negativas.
Nos volvemos adictos a los químicos que segrega nuestro cuerpo cuando siente una emoción buena o mala.
El Dr. Joe Dispenza, investigador de física cuántica y neurociencia explica que el cerebro está hecho de pequeñas células nerviosas llamadas neuronas. Las neuronas tienen pequeñas ramas que se extienden y conectan con otras neuronas para formar lo que se conoce como una red neuronal.
En cada lugar donde se conectan se incuba un pensamiento o un recuerdo. Fisiológicamente las células nerviosas se extienden y conectan entre sí y si algo se practica a diario y por tiempos prolongados las células nerviosas establecen una relación a largo plazo. Si te enfadas a diario, si te frustras, si sufres a diario, vas creando esa relación con otras células nerviosas que forman una identidad y se va formando el hábito o la adicción.
También el Dr, Dispenza nos explica que la heroína y nuestros químicos emocionales usan los mismos receptores en las células. De esta manera vemos que si podemos ser adictos a la heroína es fácil ser adictos a cualquier emoción.
Igualmente tenemos en nuestro cerebro, cerca del centro emocional del mismo, una pequeña glándula llamada hipotálamo que es la responsable de regular las actividades básicas del cuerpo como el hambre, la sed, el deseo sexual y la temperatura.
En el hipotálamo hay pequeñas cadenas de proteínas llamadas péptidos que convertimos en neuropéptidos o neurohormonas que equivalen a nuestros estados emocionales diarios. Es como una mini fábrica donde se producen ciertas sustancias químicas que corresponden a ciertas emociones.
El hipotálamo fabrica químicos para la ira, para la tristeza y hay una sustancia química para cada estado emocional que experimentamos. Cuando este químico llega a los diferentes centros o partes del cuerpo cada célula en nuestro cuerpo acoge este químico.
De acuerdo a la Dra. Candace B. Pert (autora del libro “Moléculas de la Emoción”) cada célula tiene miles de receptores y cuando un péptido se conecta a una célula es como una llave que entra a una cerradura y se activa.
Cuando repetimos una acción constantemente las células van creando una memoria y es por eso que atraemos situaciones –deseadas o no – a nuestras vidas para saciar el apetito bioquímico de las células y cubrir esa necesidad química.
El adicto siempre necesita un poco más de esta sensación o emoción para alcanzar el estado de euforia o la reacción química que busca. El Dr. Dispenza dice que en realidad su definición de adicción es muy simple y lo que significa es que si no puedes controlar tu estado emocional, eres adicto al mismo.”
Digamos que cada vez que el narcisista te insultaba y humillaba, tú pensabas, no sirvo o te repetías lo que te decía. Ese pensamiento negativo creaba una sensación de tristeza, ira,….Has ido creando muchos péptidos de miedo, angustia, tristeza,…. Y ahora los “necesitas”.
Con la repetición constante del mismo comportamiento, tu cerebro ahora necesita seguir sintiendo esas emociones que tanto se han repetido en tu vida. Tu cuerpo necesita más péptidos de ira, tristeza,… se ha vuelto adicto a la sustancia química que producen esas emociones.
Por eso entiendes ahora, que aunque estés separada del narcisista, o hagas terapia para salir de tus heridas, en realidad las sigues manteniendo vivas porque la química de tu cuerpo lo hace sin que tú seas consciente.
Todo lo que hagas para combatir el miedo, tu cuerpo no lo acepta, ya que necesita más emociones conocidas (esa adicción emocional). Hasta que no lo racionalizas y enfrentas el pensamiento que lo produce, el miedo y las emociones negativas vuelven a ti.
Hasta ahora has tratado de esconder tus heridas, esas emociones negativas de ansiedad, culpa, miedo,baja estima,… culpando al narcisista de tus males o a través de repetir pensamientos positivos, risoterapia, relajación, ejercicio,….. Has hecho de todo para que no te invadan los pensamientos negativos. Sin embargo vuelven. Y lo seguirán haciendo mientras no los racionalices y enfrentes.
Tu cuerpo necesita de esas emociones negativas que tú vuelves a generar a través de pensamientos destructivos y vuelves a sentirte tan mal como cuando el narcisista te humillaba.
Lo que ha ocurrido en tu vida, es que cada vez que el narcisista te ha causado dolor tú has reaccionado como es muy normal poniéndote triste, con miedo, creyendo que tú eres la culpable de todo, que no vales para nada,… tu cerebro es lo que ha creído y sentido, y ha creado péptidos para estas emociones. Ahora de manera automática es lo que tu cerebro pide, más péptidos que conoce, esto es, más ira, tristeza, depresión. Tu cerebro necesita más de lo mismo.
Ver que la química ha controlado tu vida, y no te ha dejado salir de esas emociones negativas, debe servirte también para que veas lo sumamente fuerte que eres. Has peleado todos estos años de abusos contra esos péptidos y aunque no lo creas les estás ganando la batalla. Nunca has permitido a tu cuerpo que tuviera “un empacho” de péptidos, porque tu fuerza y lucha han sido imparables para no sentir todas esas emociones y llegar hasta aquí. Así que por favor, empieza a verte como la mujer que realmente eres. FUERTE, RESILIENTE, y CAPAZ DE LO QUE TE PROPONGAS.
Tu cuerpo te pide las emociones con las que has vivido
Los abusos y el estrés inmenso con el que has vivido durante tu relación con el narcisista, han hecho que desarrolles ciertas emociones y pensamientos negativos. Esas emociones has visto que crean péptidos, químicos en tu cuerpo y que éste se hace adicto a ellos necesitando más de lo mismo.
Por eso, aunque te alejes de la toxicidad, tu cuerpo te pide más péptidos, más emociones iguales y tú se las das reaccionando ante situaciones de la misma manera que hacías cuando vivías con el narcisista. Es un círculo, una adicción de la cual tienes que ser consciente para poder salir.
Cuando experimentas un episodio en la vida que coincide con una herida emocional ya existente, tu cerebro desencadena «impotencia», «victimización», «inutilidad» y otras percepciones temerosas. Literalmente regresas al momento donde tus heridas originales se crearon y quedaron sin cicatrizar.
La producción química de heridas no cicatrizadas se repite, y las células de tu cuerpo son literalmente adictas a estas emociones dolorosas. Sigues volviendo al dolor, la impotencia y la victimización, porque tu cuerpo está fisiológicamente enganchado a la recepción de más de esos péptidos dolorosos.
Tu cuerpo ha tomado el control de tu cerebro. Es un fenómeno fisiológico que no puede controlarse «pensando». No es hasta que comiences a abordar las heridas internas y romper el ciclo de adicción a los péptidos, que los químicos traumáticos del cuerpo retrocederán … y entonces tu cerebro le seguirá de forma natural.
Ahora puedes comprender que al vivir habitualmente en cierto estado emocional y reaccionar habitualmente con un patrón emocional, reforzarás un vínculo cada vez mayor entre tu cuerpo y esa emoción en particular.
Queramos o no, somos adictos a los químicos y emociones que se producen en nuestro cerebro y cuerpo como reacción al entorno y a nuestros pensamientos.
Esos químicos afectan el estado de ánimo, las acciones, las creencias, las percepciones sensoriales e incluso lo que aprendemos, cualquier interrupción de ese nivel químico habitual nos provocará incomodidad y haremos todo lo posible consciente o inconscientemente para restablecerlo. Por eso el cambio no es fácil, porque tu cuerpo sigue pidiendo más péptidos de los que ya conoce.
Las células de tu cuerpo están acostumbradas a una cantidad determinada de químicos producidos por el cerebro. Sí, el cuerpo termina convirtiéndose en la mente y se pierde el control consciente o racional, porque la química de las emociones solicitada por las células del cuerpo es producida en el cerebro subconsciente o emocional, y en él tenemos poco o ningún control.
Resumiendo, durante años te has sentido pequeña, triste, vacía, sin creer en ti,… esas emociones que sentiste en reacción a cómo te trataba el narcisista, son las emociones que hoy sigues sintiendo aunque lleves tiempo lejos de él.
¿Por qué? Porque eres adicta a ellas (tienes una adicción emocional). Tu cuerpo (la química en él) necesita esas emociones. Cuando no las sientes, hace que las crees ¿Cómo? a través de tus pensamientos.
Por ejemplo. Todo está fenomenal, estás de vacaciones tomándote algo con tus amigos. De repente no sabes cómo, te encierras en ti y te vas. Alguien ha dicho algo que tú has sentido como amenazante y te ha hecho sentir el dolor de desaprobación que sentías cuando el narcisista te humillaba.
Tus emociones de miedo y baja estima, se han creado porque has pensando que te estaban amenazando. ¿Pero realmente ha sido así, o solo ha sido tu pensamiento?.
Lo más probable es que haya sido tu pensamiento nada más, pero ha sido el desencadenante de las emociones negativas iguales a las vividas durante tu relación tortuosa. Lo que tú hasta ahora decías que surgía de forma automática, en realidad nace de un pensamiento.
Puedes modificar la adicción emocional
A través del Método RAN (recuperación del abuso narcisista) te guío reconociendo tus heridas para posteriomente cambiar tu cognición sobre ti,
No desesperes, los avance científicos también nos confirmas que nuestro cerebro puede cambiar, es la neuroplasticidad.
Puedes!!! Eres grande, nunca lo olvides.