No sé si será la lluvia, pero hoy nada más levantarme he notado el peso de la oscuridad en mí.
Es como volver a mi infancia. Es sentir un agujero en mí. No sé que hago aquí, cual es mi propósito. No sé donde voy.
El miedo se apodera de mí. Se ha vuelto a convertir en un gigante que ensombrece mi día.
Si ya se que digo que estoy curada. Que el abuso de mi madre no me influye más. Que yo controlo mi vida ahora y decido el día que quiero tener. Pero mi mente no es siempre más fuerte que mi alma. Es como si geneticamente mi madre hubiera grabado la oscuridad en mí, y aflorara cada tanto. No puedo controlarlo.
Racionalmente, y después de anos de terapia practicando una mente positiva, se que tengo que echar a estos fantasmas, se que puedo volver a programar mi cerebro. Pero a veces el día a día es otro.
Por favor necesito salir. No quiero sentir esto que siento.
Pero es igual. Los problemas habituales se me han hecho gigantes. Me culpabilizo de los problemas de mis hijos. Los hago míos y sufro por ellos. No es esto sobreprotegerles. Supongo que sí , pero no puedo evitarlo. Se que tengo que ponerle un límite. No, sus dificultades no son las mías. La vida se las presenta para que aprendan, para que maduren. Dejales crecer.
Sí, eso es lo que me repito. La lógica. Pero su sufrimiento me mata. Y no es que sea nada grave de vida o muerte, pero es como que a mí me duele el doble. Más que a ellos.
No por favor dejarme. Iros. Necesito luz. necesito respirar. No soporto esta nube en mi mente que no me deja ver claro ni pensar. El fantasma del miedo no me deja tener una actividad normal. Lo único que puedo hacer es escupir estas letras de alivio. Compartir mis miedos quiza haga que se desvanezcan.
No me he rendido. No he tirado la toalla.
Solo que años de abuso han dejado una mente y un alma débil que facilmente cae en la tentación de hundirse en el agujero. Es como si estuviera agusto en esta oscuridad. Es como si el dolor que va creciendo en mí , me gustara. Hasta que me arde, veo que el dolor me impide relacionarme con los que mas quiero. Ahí se que comenzare a salir.
Pego un puñetazo a esos fantasmas del miedo. Iros, no os quiero más. Ahora soy otra. Iros a fastidiar a otra parte. No teneís mas cabida en mi mente. Dejarme respirar. No soporto el ahogo en mi pecho. No lo quiero más. No me paraliceís.