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El abuso infantil es una problemática social con altas cifras de incidencia que vá más allá de las consecuencias psicológicas y que puede llevar al padecimiento de una enfermedad con dolor crónico para toda la vida , como la fibromialgia.

La tortura emocional que hemos sufrido de pequeñas no solo nos deja heridas emocionales. Nuestro cuerpo llora también por el dolor sufrido. El stress al que hemos sido sometidas las víctimas del abuso de una madre tóxica o con trastorno narcisista de la personalidad, solo lo sabemos  las que lo hemos padecido. Nuestro corazón y nuestro cuerpo lloran. Hemos somatizado el dolor sufrido durante años, y en nuestra edad adulta nuestro cuerpo grita agonicamente.

Las que hemos padecido humillaciones, golpes, insultos,…. sabemos que nuestras dolencias están relacionadas con el vivir al borde del abismo cada día de nuestra infancia y adolescencia. Noches de insomnio, de angustia, de dolor, hacen que no solo nuestra alma, si no también nuestro cuerpo se rompa.

Al llegar a nuestra edad adulta, nuestro cuerpo habla, grita diría yo. Nuestras emociones se han grabado durante años en cada molecula de nuestro cuerpo. En terminos médicos, somatizamos lo sufrido. Según expertos, la somatización, se debe a ansiedad ocasionada por estrés o problemas emocionales

Hay doctores que nos dan la razón en esto, como el Dr. Vidal,  director de la Sociedad Peruana de Reumatología, quien, explicó que el estrés genera una carga emocional (alostática) que si no es bien tratada se convierte en distrés. Es decir, en un tipo de patología que reduce el umbral del dolor de la persona que la padece. “El distrés afecta las neuronas que procesan el dolor, acelera su trabajo y al hacerlo lo amplifica.

La fibromialgia no es una enfermedad neurológica; pero si hay cambios neurológicos, endocrinos y existe dolor como de enfermedades reumáticas, se le clasifica como tal”, explicó a la Agencia Andina.

Para Vidal, el estrés mal manejado puede originarse en la infancia si el niño o niña fue víctima de maltrato infantil o lesiones traumáticas que le ocasionaron la disminución de sus defensas emocionales.

El maltrato físico, sexual y psíquico (abandono, rechazo, desprecio, negligencia, objetualización…) en la infancia son los más frecuentes antecedentes de la presencia de ansiedad, vulnerabilidad al estrés, somatizaciones y síndromes de dolor crónico en la adultez.

Pero ya no tenemos solo las conjeturas nuestras o conclusiones de geniales doctores, si no que por fin hay estudios que corraboran nuestras más que fundadas sospechas.

El estrés psicológico al que se ve sometido un niño durante la infancia es capaz de modificar la estructura cerebral y provocar graves daños impidiendo su desarrollo saludable.

Diversos estudios han mostrado cómo la violencia a menores, bullying, maltrato físico y psicológico, son un desencadenante para padecer esta enfermedad llamada Fibromialgia.

Por primera vez, los investigadores han sido capaces de ver cambios en las estructuras neuronales en áreas específicas del cerebro de las personas que sufrieron graves abusos cuando eran niños. (se puede leer aqui mas sobre este estudio).

Estos abusos sufridos en las dos primeras decadas de nuestras vidas modifican nuestro cerebro, terminando en riesgos de trastornos psiquiátricos como la depresión, así como altos niveles de impulsividad, agresividad, ansiedad, abuso de sustancias más frecuente y suicidio.

¿Con todas las consecuencias emocionales y físicas que el abuso de una madre tóxica deja en nosotras las víctimas, no deberíamos las víctimas  levantar la voz, para que se reconozca semejante maltrato y abuso?

El abuso infantil es una problemática social con altas cifras de incidencia que vá más allá de las consecuencias psicológicas y que puede llevar al padecimiento de una enfermedad con dolor crónico para toda la vida. Es una lacra social, que a su vez crea personas enfermas. A veces esa enfermedad queda en el cuerpo de la víctima, o en su mente martirizandose a sí misma. Pero en otras ocasiones, la víctima arroja su frustración en terceros, generando nuevas víctimas.

Por favor paremos el abuso emocional infantil. Paremos a estas madres tóxicas que son el origen de enfermedades y creadoras de otros maltratadores.

 

PS.

La transformación física de la estructura cerebral

Investigadores del Grupo de Estudios sobre el Suicidio de McGill, con sede en el Instituto Universitario de Salud Mental Douglas y el Departamento de Psiquiatría de la Universidad McGill, acaban de publicar una investigación en el American Journal of Psychiatry que sugiere que los efectos duraderos de experiencias infantiles traumáticas, pueden deberse a una estructura deteriorada y al funcionamiento de las células en la corteza cingulada anterior. Podeis ver mas informacion sobre el estudio en este link.

Ante este estrés continuado las personas pueden desarrollar la enfermedad de Fibromialgia, uno de sus detonantes suele ser el estrés continuado en el tiempo no porque la persona haya caido en una depresión sino porque los transmisores de las emociones son compuestos químicos que están en nuestro ser y todo lo que se fuerza acaba degenerando en enfermedad.

 

 

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