Indefensión aprendida, cuando no tienes ganas de luchar
La Indefensión Aprendida es la consecuencia de la administración sistemática de un castigo o acoso constante que lleva a la víctima de un narcisista a que ya no se defienda ni intente salir de la situación de abuso en la que está viviendo. Es una situación de paulatina paralización y congelación.
Es un tecnicismo desarrollado por el psicólogo Martin Seligman en 1967, que se refiere a la condición de un ser humano o animal que ha «aprendido» a comportarse pasivamente, con la sensación subjetiva de no poder hacer nada y que no responde a pesar de que existen oportunidades reales de cambiar la situación aversiva.
La teoría de la Indefensión Aprendida se basa en la idea de que la persona se inhibe, mostrando pasividad cuando las acciones para modificar las cosas, no producen el fin previsto.
Seligman experimentó con dos perros en una jaula, a los que se les daba choques eléctricos. Uno de ellos, tenía la posibilidad de cortar la corriente, con un golpe de hocico; el otro, no. El primer perro, mantuvo la alerta y la energía, mientras que el otro, vivió asustado, nervioso y cayó en una depresión. Su actitud fue de completa indefensión, aún cuando cambiaron las condiciones y ya tenía la posibilidad de cambiar la situación.
El desgaste psicológico que han provocado los continuos abusos por parte de tu madre tóxica, han hecho que te sientas desamparada e incapaz de desarrollar tus metas personales, ya que siempre has tenido que atender las de tu madre, sabiendo que si no lo hacías recibirías un castigo, su ira. Esto ha hecho que tu motivación desaparezca.
La aplicación sistemática de castigos por parte de tu madre para que ésta lograra su suplemento narcisista y te mantuviera controlada, han hecho que llegado un punto no te defendieras. Crees que no tienes ningún control sobre tu vida. No importa lo que hagas, crees que no puedes cambiarla. Que cualquier cosa que hagas es inútil.
Las víctimas de los abusos narcisistas de una madre tóxica, no nos revelamos más por los abusos de nuestra madre, porque pensamos que no merece la pena, ya que vendrá de nuevo y nos dará más fuerte. Es por esto que muchas víctimas viven ya de muy mayores, sometidas a sus madres sin ni siquiera quejarse, siendo hijas fieles y obedientes. Otras víctimas tiran la toalla aunque descubran que han sido abusadas ya que creen es tarde para ellas para cambiar el rumbo de su vida.
Esta Indefensión Aprendida nos lleva a sentirnos tristes, abandonadas, deprimidas. No intentamos nada para resolver la situación por miedo a la reacción que pueda tener nuestra narcisista con nosotras.
Llega un momento en el que las fuerzas se quiebran y te dices a ti misma “si tiene que ser, será”. Es una creencia limitante que actúa como un fuerte lastre para tu desarrollo personal y tu autoestima.
La Indefensión Aprendida la podemos ver también en la forma en la que entrenan a los animales de circo para hacer sus trucos. Al elefante que de pequeño le atan a una cadena de la que no puede escapar. Cuando crece, y tiene fuerza para salir de cadenas mil veces más fuertes, sigue atado a la misma cadena sin intentar escapar.
Otro ejemplo para entender nuestro comportamiento mejor es la historia de las ranas.
Cuando se cocinan las ranas en agua fría y se va calentando el agua aumentando la temperatura paulatinamente hasta que el agua hierva, conseguimos cocinarlas. Pero si las ponemos en la cazuela y repentinamente echamos agua hirviendo, saltan.
Con el ejemplo de las ranas quiero hacerte ver que la indefensión aprendida es un esquema de pensamiento gradual y que poco a poco consume tu fortaleza psíquica y corporal hasta doblegar tu voluntad. Digamos que te han cocinado a fuego lento, hasta hacerte sumisa y sin ganas de pelear.
La víctimas de un abuso narcisista debemos aprender a romper la Indefensión Aprendida y retomar en nuestras manos nuestras vidas y saber que hay un futuro y una esperanza .