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La adicción química emocional

La adicción química emocional

Según el Dr. Dispenza, la definición de adicción emocional es muy simple y lo que significa es que si no puedes controlar tu estado emocional, eres adicto al mismo.”

La adicción química emocional explica porque nos quedamos atrapados en nuestras emociones, sean éstas positivas o negativas.

Nos volvemos adictos a los químicos que segrega nuestro cuerpo cuando siente una emoción buena o mala.

El Dr. Joe Dispenza, investigador de física cuántica y neurociencia explica que el cerebro está hecho de pequeñas células nerviosas llamadas neuronas. Las neuronas tienen pequeñas ramas que se extienden y conectan con otras neuronas para formar lo que se conoce como una red neuronal.

En cada lugar donde se conectan se incuba un pensamiento o un recuerdo. Fisiológicamente las células nerviosas se extienden y conectan entre sí y si algo se practica a diario y por tiempos prolongados las células nerviosas establecen una relación a largo plazo. Si te enfadas a diario, si te frustras, si sufres a diario, vas creando esa relación con otras células nerviosas que forman una identidad y se va formando el hábito o la adicción.

También el Dr, Dispenza nos explica que la heroína y nuestros químicos emocionales usan los mismos receptores en las células. De esta manera vemos que si podemos ser adictos a la heroína es fácil ser adictos a cualquier emoción.

Igualmente tenemos en nuestro cerebro, cerca del centro emocional del mismo, una pequeña glándula llamada hipotálamo que es la responsable de regular las actividades básicas del cuerpo como el hambre, la sed, el deseo sexual y la temperatura.

En el hipotálamo hay pequeñas cadenas de proteínas llamadas péptidos que convertimos en neuropéptidos o neurohormonas que equivalen a nuestros estados emocionales diarios. Es como una mini fábrica donde se producen ciertas sustancias químicas que corresponden a ciertas emociones.

El hipotálamo fabrica químicos para la ira, para la tristeza y hay una sustancia química para cada estado emocional que experimentamos. Cuando este químico llega a los diferentes centros o partes del cuerpo cada célula en nuestro cuerpo acoge este químico.

De acuerdo a la Dra. Candace B. Pert (autora del libro “Moléculas de la Emoción”) cada célula tiene miles de receptores y cuando un péptido se conecta a una célula es como una llave que entra a una cerradura y se activa.

Cuando repetimos una acción constantemente las células van creando una memoria y es por eso que atraemos situaciones –deseadas o no – a nuestras vidas para saciar el apetito bioquímico de las células y cubrir esa necesidad química.

El adicto siempre necesita un poco más de esta sensación o emoción para alcanzar el estado de euforia o la reacción química que busca. El Dr. Dispenza dice que en realidad su definición de adicción es muy simple y lo que significa es que si no puedes controlar tu estado emocional, eres adicto al mismo.”

Digamos que cada vez que el narcisista te insultaba y humillaba, tú pensabas, no sirvo o te repetías lo que te decía. Ese pensamiento negativo creaba una sensación de tristeza, ira,….Has ido creando muchos péptidos de miedo, angustia, tristeza,…. Y ahora los “necesitas”.

Con la repetición constante del mismo comportamiento, tu cerebro ahora necesita seguir sintiendo esas emociones que tanto se han repetido en tu vida. Tu cuerpo necesita más péptidos de ira, tristeza,… se ha vuelto adicto a la sustancia química que producen esas emociones.

Por eso entiendes ahora, que aunque estés separada del narcisista, o  hagas terapia para salir de tus heridas, en realidad las sigues manteniendo vivas porque la química de tu cuerpo lo hace sin que tú seas consciente.

Todo lo que hagas para combatir el miedo, tu cuerpo no lo acepta, ya que necesita más emociones conocidas (esa adicción emocional). Hasta que no lo racionalizas y enfrentas el pensamiento que lo produce, el miedo y las emociones negativas vuelven a ti.

Hasta ahora has tratado de esconder tus heridas, esas emociones negativas de ansiedad, culpa, miedo,baja estima,… culpando al narcisista de tus males o a través de repetir pensamientos positivos, risoterapia, relajación, ejercicio,….. Has hecho de todo para que no te invadan los pensamientos negativos. Sin embargo vuelven. Y lo seguirán haciendo mientras no los racionalices y enfrentes.

Tu cuerpo necesita de esas emociones negativas que tú vuelves a generar a través de pensamientos destructivos y   vuelves a sentirte tan mal como cuando el narcisista te humillaba.

Lo que ha ocurrido en tu vida, es que cada vez que el narcisista  te ha causado dolor tú has reaccionado como es muy normal poniéndote triste, con miedo, creyendo que tú eres la culpable de todo, que no vales para nada,… tu cerebro es lo que ha creído y sentido, y ha creado péptidos para estas emociones. Ahora de manera automática es lo que tu cerebro pide, más péptidos que conoce, esto es, más ira, tristeza, depresión. Tu cerebro necesita más de lo mismo.

Ver que la química ha controlado tu vida, y no te ha dejado salir de esas emociones negativas, debe servirte también para que veas lo sumamente fuerte que eres. Has peleado todos estos años de abusos contra esos péptidos y aunque no lo creas les estás ganando la batalla. Nunca has permitido a tu cuerpo que  tuviera “un empacho” de péptidos, porque tu fuerza y lucha han sido imparables para no sentir todas esas emociones y llegar hasta aquí. Así que por favor, empieza a verte como la mujer que realmente eres. FUERTE, RESILIENTE, y CAPAZ DE LO QUE TE PROPONGAS.

Tu cuerpo te pide las emociones con las que has vivido

Los abusos y el estrés inmenso con el que has vivido durante tu relación con el narcisista, han hecho que desarrolles ciertas emociones y pensamientos negativos. Esas emociones has visto que crean péptidos, químicos en tu cuerpo y que éste se hace adicto a ellos necesitando más de lo mismo.

Por eso, aunque te alejes de la toxicidad, tu cuerpo te pide más péptidos, más emociones iguales y tú se las das reaccionando ante situaciones de la misma manera que hacías cuando vivías con el narcisista. Es un círculo, una adicción de la cual tienes que ser consciente para poder salir.

Cuando experimentas un episodio en la vida que coincide con una herida emocional ya existente, tu cerebro desencadena «impotencia», «victimización», «inutilidad» y otras percepciones temerosas. Literalmente regresas al momento donde  tus heridas originales se crearon y quedaron sin cicatrizar.

La producción química de heridas no cicatrizadas se repite, y las células de tu cuerpo son literalmente adictas a estas emociones dolorosas. Sigues volviendo al dolor, la impotencia y la victimización, porque tu cuerpo está fisiológicamente enganchado a la recepción de más de esos péptidos dolorosos.


Tu cuerpo ha tomado el control de tu cerebro. Es un fenómeno fisiológico que no puede controlarse «pensando». No es hasta que comiences a abordar las heridas internas y romper el ciclo de adicción a los péptidos, que los químicos traumáticos del cuerpo retrocederán … y entonces tu cerebro le seguirá de forma natural.

Ahora puedes comprender que al vivir habitualmente en cierto estado emocional y reaccionar habitualmente con un patrón emocional, reforzarás un vínculo cada vez mayor entre tu cuerpo y esa emoción en particular.

Queramos o no, somos adictos a los químicos y emociones que se producen en nuestro cerebro y cuerpo como reacción al entorno y a nuestros pensamientos.

Esos químicos afectan el estado de ánimo, las acciones, las creencias, las percepciones sensoriales e incluso lo que aprendemos, cualquier interrupción de ese nivel químico habitual nos provocará incomodidad y haremos todo lo posible consciente o inconscientemente para restablecerlo. Por eso el cambio no es fácil, porque tu cuerpo sigue pidiendo más péptidos de los que ya conoce.

Las células de tu cuerpo están acostumbradas a una cantidad determinada de químicos producidos por el cerebro. Sí, el cuerpo termina convirtiéndose en la mente y se pierde el control consciente o racional, porque la química de las emociones solicitada por las células del cuerpo es producida en el cerebro subconsciente o emocional, y en él tenemos poco o ningún control.

Resumiendo, durante años te has sentido pequeña, triste, vacía, sin creer en ti,… esas emociones que sentiste en reacción a cómo te trataba el narcisista, son las emociones que hoy sigues sintiendo aunque lleves tiempo lejos de él.

¿Por qué? Porque eres adicta a ellas (tienes una adicción emocional). Tu cuerpo (la química en él) necesita esas emociones. Cuando no las sientes, hace que las crees ¿Cómo? a través de tus pensamientos.

Por ejemplo. Todo está fenomenal, estás de vacaciones tomándote algo con tus amigos. De repente no sabes cómo, te encierras en ti y te vas. Alguien ha dicho algo que tú has sentido como amenazante y te ha hecho sentir el dolor de desaprobación que sentías cuando el narcisista te humillaba.

Tus emociones de miedo y baja estima, se han creado porque has pensando que te estaban amenazando. ¿Pero realmente ha sido así, o solo ha sido tu pensamiento?.

Lo más probable es que haya sido tu pensamiento nada más, pero ha sido el desencadenante de las emociones negativas iguales a las vividas durante tu relación tortuosa. Lo que tú hasta ahora decías que surgía de forma automática, en realidad nace de un pensamiento.

Puedes modificar la adicción emocional

A través del Método RAN (recuperación del abuso narcisista) te guío reconociendo tus heridas para posteriomente cambiar tu cognición sobre ti,

No desesperes, los avance científicos también nos confirmas que nuestro cerebro puede cambiar, es la neuroplasticidad.

Puedes!!! Eres grande, nunca lo olvides.

La codependencia emocional. Cuando dependes de otros para llenar tus vacíos

La codependencia emocional. Cuando dependes de otros para llenar tus vacíos

La codependencia emocional tiene su raíz en una familia de origen disfuncional donde el codependiente no se sintió lo suficientemente querido o atendido emocionalmente dentro del seno familiar (verás más adelante cómo diferentes psicólogos y psiquiatras así lo confirman desde el principio del uso del término en los 70).

A veces nos es muy difícil reconocer que venimos de familias disfuncionales, ya que creemos que solo maltratan los padres que pegan o no atienden a sus hijos. Además normalizamos el maltrato y hasta minimizamos las cosas dolorosas vividas.

Los comportamientos dependientes surgen en respuesta a la falta de apoyo en el seno de la familia. Verlo es necesario para poder sanar de verdad para nunca más necesitar la aprobación más que de ti misma/o para ser feliz y hacer lo que quieras en esta vida.

Historia de la Codependencia

El movimiento de codependencia puede tener sus raíces en las teorías de la psicoanalista alemana Karen Horney, que es la primera mujer que publicó ensayos sobre la salud mental femenina. (primera gran feminista psicoanalista considerada la fundadora de la psicología feminista). En 1941, ella propuso tres tipos de personalidades (complaciente, agresiva y aislada o independiente). Las personas con personalidad complaciente se mueven hacia los demás tratando de obtener su aprobación y afecto .Son desinteresados, virtuosos,  fieles, y ponen la otra mejilla a pesar de la humillación personal. La aprobación de los demás es más importante que respetarse a sí mismos.

Sin embargo el trastorno de la codependencia se identificó por primera vez en los años 70, como resultado de años de estudio de relaciones interpersonales en familias de alcohólicos.

Originalmente, co-dependiente era un término usado para describir a los compañeros en la dependencia química, las personas que viven con, o en una relación con una persona adicta. Hoy, sin embargo, el término se ha ampliado para describir a cualquier persona co-dependiente de cualquier familia disfuncional.

Aunque todos los enfoques estuvieron centrados en el problema del adicto, en consecuencia a los trabajos realizados con la familia, los profesionales de estos centros se percataron que cuando los alcohólicos se mantenían sobrios, las conductas codependientes de sus familiares continuaban o empeoraban; estos codependientes exhibían rasgos comunes y tenían un patrón vinculante característico; una forma de pensar, sentir y actuar que los iba enfermando progresivamente.

Así concluyeron que las causas de estos trastornos podrían ser anteriores a la convivencia con el alcohólico. Los familiares en terapia revelaban historias abusivas (no necesariamente relacionada con un dependiente químico) en sus familias de origen. Ellos procedían, igualmente, de hogares disfuncionales, donde la presencia del alcohol no había estado obligatoriamente.

Pero era innegable que estas personas habían asumido precozmente un rol de “cuidadores”, puesto que los adultos que debían ejercer esta función, no estaban en condiciones de hacerlo a causa de sus propias patologías. Además otros trabajos revelaron que para ser codependiente, no era necesario haberse relacionado con otros dependientes químicos en la niñez o en la madurez. Era suficiente crecer en un ambiente familiar en el cual estuviera presente un cuidador abusivo.

Estudios como el realizado por O’Brien y Gaborit (1992) apuntaron que la codependencia podría darse independiente de la dependencia química .

Así, la codependencia fue generalizada para referirse también a las personas que habían crecido en una familia afectada por cualquier perturbación grave, y a los compañeros de personas con cualquier problema mayor de comportamiento.

 

Definición y autores

La codependencia consiste en depender de alguien externo para llenar tus vacíos. La codependencia es un comportamiento aprendido que puede transmitirse de una generación a otra.

La codependencia se forja a partir de las necesidades no satisfechas en el ser humano durante su infancia, las cuales han impedido un crecimiento emocional conveniente para poder adaptarse a situaciones de relaciones interpersonales.

Cuando las necesidades físicas y emocionales del niño no son satisfechas de una manera adecuada, su yo verdadero, auténtico va construyendo las etapas evolutivas con el apoyo de un yo falso que desarrolla roles que le permiten superar las experiencias problemáticas de la infancia.

El niño para sobrevivir ha tenido que aprender a «servir a los demás», descuidándose a sí mismo. Al crecer, los adultos codependientes siguen utilizando los mismos comportamientos, todo para sentirse aceptados, queridos o importantes. Tratan de satisfacer a los demás , olvidándose de sí mismos, queriendo con ello aliviar el dolor y la pena por sentirse abandonados. Sin embargo las conductas codependientes perpetúan esos sentimientos.

Esta acepción de la Codependencia (origen en la familia), no es solo mi visión como víctima y mi experiencia con el trato de cientos de mujeres maltratadas, si no que hay varios autores que la defienden desde el origen del uso del término:

  • Según  John C. Friel Psicólogo y autor de “Children: The Secrets of Dysfunctional Families”, codependencia es un esquema de vida disfuncional que emerge en la familia de origen produciendo un estancamiento en el desarrollo y siendo su resultado una hiperreacción del codependiente a lo externo a él y una hiporreacción o baja sensibilidad a lo interno a él”.
  • La American National Council of Codependence: Codependencia es un comportamiento aprendido, expresado por dependencia de personas y cosas fuera de sí mismo, esas dependencias incluyen negligencia y disminución de la identidad propia de uno mismo. El falso yo interior que emerge es frecuentemente expresado a través de hábitos compulsivos, adicciones, y otros desórdenes, que además incrementan la alienación de la identidad verdadera, adoptando una sensación de vergüenza.
  • Dr. Charles Whitfield (Médico en la práctica privada que se especializa en ayudar a los sobrevivientes de traumas infantiles con su recuperación, y con adicciones que incluyen alcoholismo y trastornos relacionados. Certificado por la Sociedad Americana de Medicina de Adicciones, miembro fundador de la Asociación Nacional para los Niños de Alcohólicos y miembro de la Sociedad Americana de Profesionales en el Abuso de los Niños) describe el nacimiento de la codependencia en la familia de origen. Para él su génesis se inicia cuando el niño tiene sus observaciones, sentimientos y reacciones reprimidas por sus cuidadores. Whitfield resalta que cuando el niño, durante su desarrollo, recibe una cantidad importante de mensajes destructivos, hiriendo el núcleo de su autoestima sana, sufre una pérdida o enajenación de su yo verdadero que da lugar a un yo codependiente (falso o interno); lo que resulta en una sensación de vacío, vergüenza,culpa, y otros estados afectivos negativos.
  • Fernando Mansilla, experto en psicología clínica y psicoterapia observa que la codependencia puede concebirse a partir de las necesidades infantiles no satisfechas durante su niñez, lo que imposibilita una maduración favorable para poder adaptarse a situaciones de relaciones interpersonales.
  • Pia Mellody en su libro “Facing Codependence” remonta los orígenes de la codependencia a la infancia, describiendo toda una gama de abusos emocionales, espirituales, intelectuales, físicos y sexuales. Demuestra cómo, debido a estas experiencias tempranas, los adultos codependientes a menudo carecen de las habilidades necesarias para llevar una vida madura y tienen relaciones insatisfactorias. Cuando los niños de estas familias se comportan de manera natural (es decir, son vulnerables, imperfectos, dependientes e inmaduros) entonces el mensaje que reciben de sus padres es «hay algo mal contigo”. Cuando este mensaje se refuerza continuamente, el niño eventualmente sacrifica sus propias necesidades y sentimientos para mantener la armonía familiar y salvaguardar algún nivel de aceptación de los padres.
  • Timmen Cermak, M.D. psiquiatra y neurólogo americano, conocido por su trabajo sobre los tipos de personalidad dependientes, propuso que la co-dependencia se incluya como un trastorno de personalidad en el Manual diagnóstico y estadístico de trastornos mentales (DSM-3). Cermak razonó que cuando los rasgos de personalidad específicos se vuelven excesivos e inadaptados y causan un deterioro significativo en el funcionamiento o causan una angustia significativa, justifica un diagnóstico de trastorno de personalidad.

Cermak propuso los siguientes criterios para este trastorno:

    • Inversión continua de la autoestima en la capacidad de controlarse a sí mismo y a los demás frente a las graves consecuencias adversas.
    • Asunción de responsabilidad para satisfacer las necesidades de los demás, con la exclusión de reconocer el propio.
    • Ansiedad y distorsiones de límites en torno a la intimidad y la separación.
    • Enredos en las relaciones con la personalidad desordenada, químicamente dependiente, otros co-dependientes y / o personas con desorden impulsivo.
    • Que se den tres o más de los siguientes síntomas:
      • Confianza excesiva en la negación
      • Constricción de las emociones (con o sin arrebatos dramáticos)
      • Depresión
      • Hipervigilancia
      • Compulsiones
      • Ansiedad
      • Abuso de sustancias
      • Ha sido (o es) víctima de abuso físico o sexual recurrente
      • Enfermedades médicas relacionadas con el estrés.
      • Ha permanecido en una relación primaria con un abusador de sustancias activas durante al menos dos años sin buscar ayuda externa

Las características principales de las personas codependientes:

    • Baja autoestima: No te quieres, no ves tus buenas cualidades.
    • Inseguridad: eres incapaz de dar un paso sin necesitar el reconocimiento de otra persona. No confías en tu instinto ni criterio.
    • Necesidad constante de afecto: Buscas  afecto constantemente. Lo malo es que en esta desesperada búsqueda, muchas veces te equivocas escogiendo la pareja menos adecuada, o las amistades menos apropiadas. La necesidad de amor te ciega tanto que eres la víctima ideal de personas depredadoras narcisistas.
    • Necesidad de agradar siempre a los demás: Te mueres por el reconocimiento de los demás, ya que no has aprendido a dártelo tú misma.
  • Incapacidad para establecer unos límites saludables: uno de tus mayores problemas es que no sabes decir no por miedo, ya que temes no agradar si no atiendes las peticiones de los demás. Y esto hace que algunas personas se puedan aprovechar de ti. El no poder decir que no, hace que entres en relaciones o situaciones que no te agradan pero de las que no te atreves a salir. La frustración de no atreverte a decir no, te puede devolver al agujero negro del que te cuesta tanto salir.
  • Dificultad para asumir adecuadamente la propia realidad : te cuesta ver quien eres en realidad y desconfías de ti, de tu criterio pero también  de los demás.
  • Perfeccionismo y exceso de responsabilidad: nunca lo que haces te parece lo suficientemente bueno. Tiendes a  hacer mucho más de lo que te corresponde en el trabajo.
  • Dificultad para confiar en las personas: crees que los demás están contigo no por ti si no porque quieren algo de ti.
  • Miedo a no gustar a los demás: por ello eres una persona complaciente.
  • No reivindicas tus emociones y sentimientos: los sentimientos de los demás están siempre delante de los tuyos.
  • Dificultad para afrontar de un modo interdependiente las propias necesidades y deseos como adulto: te cuesta cuidar de ti misma. Crees que los demás son más importantes que tú y que te pueden cuidar mejor.
  • Minimizas los problemas: no ves ni quieres ver el daño que te hacen los demás, lo poco que te dan está por encima del daño que te hacen y obvias el abuso o lo normalizas.

La codependencia emocional es una de las secuelas que incluye el Síndrome de la Víctima Narcisista, aunque recuerda que no por ser víctima tienes que tener todos los síntomas incluídos en el SVN.

Si crees tener comportamientos codependientes, no tires la toalla porque se pueden modificar. Lo principal es reconocerlos para que a través de una reconstrucción cognitiva puedas modificar la percepción de ti mismo/a.

A través del Método RAN (recuperación del Abuso Narcisista) puedo ayudarte a ello a través de mis dos libros que te dejo aquí.

Por favor lee sobre el CONARCISISMO, para conocer la diferencia con la codependencia

Técnicas de manipulación emocional de la persona narcisista

Técnicas de manipulación emocional de la persona narcisista

Para las personas narcisistas, las víctimas somos extensiones de ellos mismos y solo existimos para darles su combustible o suplemento narcisista. Y para obtenerlo utilizan diferentes técnicas de manipulación emocional. (sus armas de destrucción).

Las personas con trastorno narcisista se dedican a provocar situaciones destructivas, a crear emociones  en ti, para convertirlas en una droga que les haga sentir bien , al saberse en control y superior a ti, bien sea con tu admiración hacia ellos o con tu rabia y dolor.

Para obtener ese suplemento narcisista, te voy a enumerar las técnicas que usan las personas con trastorno narcisista de la personalidad para mantenernos a sus víctimas controladas y que puedan obtener de nosotras nuestras reacciones, esto es su suplemento narcisista.

  1. Gaslighting
  2. Triangulación
  3. Proyección
  4. Deflexión, conversaciones absurdas
  5. Ley de Hielo o tratamiento de silencio
  6. Intimidación. Violencia encubierta
  7. Culpabilizar
  8. Avergonzar
  9. Invadir tus límites
  10. Condicionamiento destructivo
  11. Patronizan, son condescendientes
  12. Generalizan
  13. Tergiversan la realidad
  14. Perspecticidio, lavado de cerebro
  15. Empatía cognitiva
  16. Compartimentalización
  17. Insultos y Violencia Física
  18. Defensa Preventiva
  19. Juegan con tus emociones
  20. Hoovering
  21.  Victimismo
  22.  Desprestigio y acoso

Todas estas técnicas les sirven a las personas con trastorno narcisista de la personalidad para controlar a sus víctimas, para mantenernos bajo su yugo sin que podamos desarrollar nuestra propia personalidad. Son sus maneras de chuparnos la sangre.

 

Qué causa la furia de tu madre o pareja tóxica/narcisista

Qué causa la furia de tu madre o pareja tóxica/narcisista

Si has crecido con una madre tóxica, estarás acostumbrada a sus ataques de furia.

La ira narcisista es una reacción a una herida narcisista, una amenaza percibida para su autoestima.

Esta ira puede tomar dos formas: explosiva y perniciosa, o pasivo-agresiva. Las explosiones explosivas y perniciosas son explosiones altamente volátiles que pueden ser verbales o físicas, mientras que las agresiones pasivo-agresivas se dan cuando la narcisista utiliza el tratamiento silencioso o ley de hielo.

No debemos confundir la ira de un narcisista, con el enfado o ira de otras personas.  El narcisista puede desencadenar  rabia extrema por algo que normalmente solo provocaría sentimientos de enojo en otra persona.

Por ejemplo, tu madre puede enloquecer por algo que parecería relativamente trivial  para otros. Simplemente por estar en desacuerdo con ella o impedir que cumpla sus deseos , puedes desencadenar una gran rabia en ella.

Después de estos ataques, seguro que te has quedado sin saber que hacer ya que no has entendido a que se ha debido, y te quedas confundida tratando de averiguar que has hecho para desatar la furia de fiera.

¿Que es lo que causa la furia de la persona tóxica?

La raíz de la rabia en una persona con trastorno narcisista de la personalidad, es la combinación de necesidades insatisfechas en sus primeras etapas del desarrollo, junto con un entorno invalidante y un temperamento altamente sensible. La rabia es una expresión infantil primitiva, emocionalmente inmadura, de necesidades frustradas y / o invalidación (real o percibida) .
La ira de tu madre o de tu pareja narcisista parece ser causada por cualquier amenaza a su Yo falso . Con ella trata de salvaguardar su imagen de superioridad. La rabia narcisista es una respuesta a cualquier amenaza a su visión de sí misma.
Para la persona tóxica, la ira se  convierte en una fuente de protección, un modo primitivo de intentar defenderse de su dolor.

Parecería que los narcisistas están en un estado CONSTANTE de ira, agresión reprimida, envidia y odio que se manifiesta externamente al gritar, gritar, insultar,  arrojar cosas, romper cosas, incluso abusar físicamente de otros.

La ira narcisista no es una reacción al estrés, sino una reacción al temor subyacente de no satisfacer sus necesidades. Un temor tan grande que perdurará incluso después de que la amenaza desaparezca (Sam Vaknin). La persona narcisista, está constantemente atenta a desaires, insultos, críticas o desacuerdos (reales o imaginarios), que experimenta como un rechazo y humillación y le hacen montar en cólera. La persona narcisista justifica sus reacciones de ira ya que cree que le provocan. Su distorsión cognitiva, o percepción errónea de la realidad, le hace ver que los demás le atacan de manera intencional.  Su respuesta es una ira descontrolada. Por eso para la persona que sufre el abuso, su ira le resulta incoherente. Durante la ira, son propensas a gritar, distorsionar hechos y hacer acusaciones infundadas con malicia punitiva y llena de odio. La ira suele ser de corta duración, pero puede causar problemas devastadores para la persona a la que se dirige la ira.
La falta de un límite personal entre uno mismo y los demás es la esencia del espejo roto del Trastorno Narcisista de la Personalidad. Cuando un narcisista se mira en el espejo del yo (que es la ausencia de un yo conocido) ve reflejado quién y qué son o no son los demás, esto hace que el narcisista reviva la impotencia aprendida de la victimización real o percibida del pasado. Con su Ser Verdadero disociado o desconectado, se siente abandonado, rechazado, invalidado y ahogado en soledad alienada, y recurre a su ira para intimidar y controlar a los demás de manera que intentan mitigar su propio dolor y su propia responsabilidad por ese dolor.

Desafortunadamente, cuando los narcisistas se enfurecen, violan los derechos y la confianza de los demás, confundidos y molestos, el objeto de su amor comienza a alejarse de ellos. Esto los pone aún más furiosos porque toda su identidad requiere atención para poder sobrevivir.  La ira de los narcisistas es contraproducente ya que los deja sintiéndose más perdidos, culpables y sin valor.

La adicción a la ira sirve a muchas de las necesidades de doble vínculo del narcisista. Su furia es su forma de gritar por atención porque se trata de ellos, sus deseos, necesidades y deseos. Sin saberlo, la ira envía un mensaje dual, que es: «¿Quién crees que eres, no te atrevas a cruzarme?», Mientras que el mensaje real es: «Por favor, no te enojes». conmigo, estoy asustado, tengo miedo de que te voy a perder «. La rabia es su forma efectiva de obtener lo que creen que merecen. Su rabia asusta a las personas, ver el miedo a los demás hace que los narcisistas sientan que han ganado, por lo que se sienten aún más poderosos y en control de la situación, y esto también satisface su naturaleza sádica. La rabia apoya y cubre sus distorsiones cognitivas, fragmentación, disociación, desarrollo emocional detenido, su pensamiento blanco y negro, su falso yo, su grandiosidad, su necesidad de atención (incluso si es negativa), su necesidad de tener razón y su falta. de empatía En resumen, la «furia» narcisista contiene las acciones necesarias para que el narcisista se defienda de su mundo hostil (es decir, división, devaluación, proyección, identificación proyectiva, etc.), sin embargo, estas defensas, como una espada de doble filo, hacen que cualquier cercanía o intimidad imposible, ya sea intencional o involuntariamente.

Descarte, la última fase de la relación con un narcisista

Descarte, la última fase de la relación con un narcisista

Cuando ya estás sumamente atada al narcisista y totalmente dependiente de él, las cosas se pueden poner aún peor. Puede dejarte, es el descarte.

En esta etapa, se quita su careta del todo, ya no necesita embaucarte más, ahora solo quiere destrozarte. Ahora ves su verdadero Yo todo el rato, ya no se esconde.

El narcisista no deja a su víctima de una forma civilizada, con un hasta luego, no. Lo hace de la peor manera para que no puedas levantar cabeza.

El narcisista o te deja por otra, o te deja humillándote en público, no teniendo en consideración si hay hijos de por medio. Se trata de destrozarte, sin importarle si con ello salen dañados los hijos de la pareja.

Cuando el narcisista deja “tirada” a la víctima, ésta, queda tan enganchada a él, que muchas veces le suplica que vuelva y queda cegada por la partida del narcisista. Está agotada, drenada, menospreciada, disminuida.  Con más preguntas que respuestas, más dudas que certeza. Sin entender nada. Preguntándose qué ha hecho.

Muchas víctimas caen en depresión y episodios de ansiedad. Es normal, el narcisista te deja bien claro que no sirves para nada, que todo ha sido culpa tuya.

Si este es tu caso tienes que tener cuidado, porque es muy probable que el narcisista trate de volver y empezará de nuevo con el “love bombing” para seguir con todo el proceso posterior de devaluación. Cuantas más veces permitas su vuelta, más destrozada quedarás.

El descarte también puede darse, porque la víctima de los abusos se haya cansado y visto claramente el juego del narcisista. Entonces decide separarse, establecer el contacto cero para poder juntar sus trocitos.

En este caso, el narcisista sacará sus armas de destrucción masiva y tratará de hundirte como pueda. Se dedicará a desprestigiarte, a extender rumores sobre ti, y a hacerte la vida imposible.

No aceptará no haber “ganado” y te declarará la guerra. Tratará de hundirte económicamente y hacerte daño incluso utilizando a los hijos si los hay. La herida narcisista es tremenda por haber perdido y tratará de arruinar tu vida para que no puedas avanzar en ningún aspecto de ella.

El narcisista te muestra su poder aún cuando te apartas de él, y te presentará ante los demás como una persona desequilibrada e inestable. Acoso.

Devaluación. Segunda fase de la relación con una persona narcisista

Devaluación. Segunda fase de la relación con una persona narcisista

El narcisista hace que todo sea de color de rosa al principio de la relación, pero la bomba de amor estalla más tarde. A veces muy pronto, pero tú ya has caído en su red.

Lo que al principio era todo ternura y adoración, se convierte en una forma de control extrema.

Desde el comienzo de la relación el narcisista toma nota de tus cualidades y carencias para utilizarlas a su favor manipulándote. Así puede aprovecharse de tu vulnerabilidad. Pero no solo se aprovecha de tus debilidades, también de tu alta capacidad de recuperación y empatía. Eres de las pocas personas que puede excusar sus comportamientos.

El proceso de devaluación no comienza de repente. El narcisista empieza con pequeñas señales de abuso. Un susurro, que luego se convierte en grito.

Empiezas a notar que algo no está bien, pero no sabes muy bien qué. No sabes qué ha cambiado, pero el narcisista ya no parece ser Sr.Perfecto.

En la etapa de devaluación vas a conocer al verdadero Yo del narcisista. Ya no puede más con la careta y el Falso Yo que crea para cubrir sus miserias, se desvanece ante ti.

La devaluación es usada por el hombre narcisista para ejercer control sobre la víctima. Te devalúa para validarse a sí mismo como puedes ver en la herida e ira narcisista. Proyecta su inferioridad sobre ti.

En esta etapa ya no atiende siempre tus llamadas o deja de traerte flores y en lugar de ser su centro de atenciones, empiezas a convertirte en la diana de sus críticas. A pesar de ésto, el narcisista es celoso, porque te ve como un objeto, una posesión. Su fuente de suplemento narcisista (que has visto anteriormente), la droga que necesita para sentirse bien. Sin embargo te acusará a ti de ser la posesiva.

Pero no siempre te destruye, también te muestra aquella careta que conociste al principio de vez en cuando. Es así como te mantiene atrapada.

Te hace pasar continuamente de la fase del bombardeo de amor a la devaluación, te da y te quita para que te hagas dependiente a él. Es el vínculo traumático.

Te grita, pega, humilla,… y al rato te ama.

A través del paso continuo entre la devaluación y el love bombing, te mantiene aislada y dependiente.

En la etapa de la devaluación el narcisista manipulador juega para convertirse en el dueño y dictador de tus pensamientos, sentimientos y, por lo tanto, de tus acciones y decisiones.

Empiezas a ver al ser detrás de la careta de Sr. Perfecto, y vives su ira, amenazas, humillaciones, desaprobaciones,….te asusta, pero como te vuelve a dar amor, no ves quien es de verdad. Para intentar mantenerle contento, y no recibir más su ira y evitar discusiones renuncias hasta a tu propia vida.

Pero no te crees su comportamiento o no te lo quieres creer, te parece todo un sueño o una pesadilla. Tratas de excusar su ira, te sientes perdida. Sin embargo sigues en el juego, sin poder moverte mientras el narcisista hace que tus fuerzas decaigan.

Él se aprovecha de tu empatía, de tu carácter compasivo para jugar con tu mente. En este momento empiezas a dudar de ti, a creer que has cambiado. Que no eres más la que eras. Sin embargo, ahí sigues intentando obtener de nuevo su validación, su adoración hacia ti.

Tratando de volver a vivir la historia del príncipe azul en la que te envolvió al principio. Te sientes derrotada, más como la Cenicienta ya que sus humillaciones o hasta golpes son frecuentes aunque más tarde te pida perdón y te adore.

Te resignas, te acostumbras a la rutina de las descalificaciones, tanto que no te das cuenta que te está restando vida. Mientras te apagas, él disfruta de verte herida, se siente ganador.

Sin embargo, sigues atada a la relación porque crees que lo bueno compensa lo malo que recibes de él. Te has vuelto dependiente de Sr. Perfecto a pesar de que le hayas visto su cara de verdad.

Necesitas las migajas de amor que decide darte de vez en cuando. Te aferras a la historia que al principio de la relación ibais a construir juntos, a ese mundo maravilloso que te mostró.

El sexo que antes era un acto dulce de amor, ahora se convierte en un acto coercitivo de devaluación. Donde antes había una sonrisa, ahora solo encuentras silencio. Las mentiras empiezan a ser parte normal del día a día.

Solo deseas cerrar los ojos y escapar, pero tus pies no se mueven.

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