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Por qué la persona narcisista abusa de ti, sin que le duela verte sufrir. Compartimentalización

Por qué la persona narcisista abusa de ti, sin que le duela verte sufrir. Compartimentalización

Según la wikipedia compartimentalización es “Un mecanismo de defensa psicológica inconsciente utilizado para evitar la disonancia cognitiva, o la incomodidad mental y la ansiedad causada por una persona que tiene valores, cogniciones, emociones, creencias, etc. en conflicto entre sí. La compartimentalización permite que estas ideas en conflicto coexistan, al inhibir el reconocimiento directo o explícito y la interacción entre los estados del yo compartimentados separados». 

En resumen y aplicado a la madre narcisista o a tu pareja narcisista, éstas  cambian todo su enfoque a una situación en cuestión y suprimen los sentimientos que normalmente la acompañan (un ejemplo popular es el de los soldados en el campo de batalla que hacen a un lado cualquier culpa asociada con matar a personas cuando están en combate). 

Según la doctora  Dr. Cécile Rozuel, de la Universidad Tecnológica de Auckland, en su trabajo “The Moral Threat of Compartmentalization” dice: 

«La persona compartimentada puede, conscientemente o no, despegarse de los valores morales, las aspiraciones, los sentimientos y las emociones que se consideran inapropiados e irrelevantes para un cierto contexto (por ejemplo, el lugar de trabajo), creando así un vacío moral al desconectar la responsabilidad moral de sí mismo. (es decir, quiénes son realmente) ”. 

Un ejemplo claro  de compartimentalización lo vemos en los políticos, que son capaces de desempeñar su trabajo, a pesar de lo que los medios hablen de sus actos inmorales. 

Las personas con trastorno narcisista, son  capaces de desconectar de sus valores morales, y no sentir remordimiento por maltratarte y hacerte daño. (no es que no sepan que te lo hacen, si no que son capaces de guardar ese sentimiento en un compartimento para que no le duela y así seguir haciéndolo). 

La compartimentalización es lo que permite a tu madre o tu pareja hacerte sufrir sin que les importe. Es una de las herramientas o técnicas de manipulación que utilizan para controlar a sus víctimas.

Por qué la persona narcisista no te deja ir a pesar de mostrarte que te odia

Por qué la persona narcisista no te deja ir a pesar de mostrarte que te odia

Cuando vives en una relación con alguien con trastorno narcisista, es horrible soportar el juego de que un día te odian, y al siguiente no pueden vivir sin ti.

El problema es que cuando dicen que te quieren terminas creyéndote que pueden cambiar y ser la persona maravillosa que conociste al principio de la relación, cuando te bombardeaba con su amor. (love bombing)

Pero, siempre vuelve a las andadas y después de la calma llega la tormenta y de nueva parece te vuelve a odiar.

Este juego continuo de darte amor y luego robartelo te deja rota, es lo que se llama el vínculo traumático, que desgraciadamente hace que te quedes en la relación más tiempo del aconsejable esperando que vaya a cambiar.

Si tratas de decirle cómo te sientes cuando te odia, tu vulnerabilidad le hace sentirse aún más poderosa. Es suplemento narcisista para esa persona.

A una persona como tú le es difícil entender cómo alguien puede hacer daño a otra, porque tú no lo harías y no importarle. Tu empatía puede que te empuje hasta tratar de justificar lo que hace y ayudarle. Pero déjame decirte que tu bondad no van a cambiar ni a tu madre o a tu pareja abusadora.

Tienes que entender que cuando la persona narcisista trata de ser amable contigo, y sacar su mejor cara, es también parte de su ciclo del abuso.

Ya que así es como se crea el vínculo traumático con ellos. Las personas narcisistas tratan de darte algo bueno, porque saben que así te quedas a su lado para ser su permanente suministro narcisista.

Por eso no te dejan ir, para poder seguir obteniendo ese suplemento narcisista, esa droga que necesitan para vivir y tapar su herida narcisista.

Una vez eres consciente del juego, de darte y quitarte y de por que a pesar de mostrarte todo su rabia no te dejan ir, debes empezar a trabajar en tomar distancia para recuperar tu identidad como persona.

Puedes hacerlo!

La adicción química emocional

La adicción química emocional

Según el Dr. Dispenza, la definición de adicción emocional es muy simple y lo que significa es que si no puedes controlar tu estado emocional, eres adicto al mismo.”

La adicción química emocional explica porque nos quedamos atrapados en nuestras emociones, sean éstas positivas o negativas.

Nos volvemos adictos a los químicos que segrega nuestro cuerpo cuando siente una emoción buena o mala.

El Dr. Joe Dispenza, investigador de física cuántica y neurociencia explica que el cerebro está hecho de pequeñas células nerviosas llamadas neuronas. Las neuronas tienen pequeñas ramas que se extienden y conectan con otras neuronas para formar lo que se conoce como una red neuronal.

En cada lugar donde se conectan se incuba un pensamiento o un recuerdo. Fisiológicamente las células nerviosas se extienden y conectan entre sí y si algo se practica a diario y por tiempos prolongados las células nerviosas establecen una relación a largo plazo. Si te enfadas a diario, si te frustras, si sufres a diario, vas creando esa relación con otras células nerviosas que forman una identidad y se va formando el hábito o la adicción.

También el Dr, Dispenza nos explica que la heroína y nuestros químicos emocionales usan los mismos receptores en las células. De esta manera vemos que si podemos ser adictos a la heroína es fácil ser adictos a cualquier emoción.

Igualmente tenemos en nuestro cerebro, cerca del centro emocional del mismo, una pequeña glándula llamada hipotálamo que es la responsable de regular las actividades básicas del cuerpo como el hambre, la sed, el deseo sexual y la temperatura.

En el hipotálamo hay pequeñas cadenas de proteínas llamadas péptidos que convertimos en neuropéptidos o neurohormonas que equivalen a nuestros estados emocionales diarios. Es como una mini fábrica donde se producen ciertas sustancias químicas que corresponden a ciertas emociones.

El hipotálamo fabrica químicos para la ira, para la tristeza y hay una sustancia química para cada estado emocional que experimentamos. Cuando este químico llega a los diferentes centros o partes del cuerpo cada célula en nuestro cuerpo acoge este químico.

De acuerdo a la Dra. Candace B. Pert (autora del libro “Moléculas de la Emoción”) cada célula tiene miles de receptores y cuando un péptido se conecta a una célula es como una llave que entra a una cerradura y se activa.

Cuando repetimos una acción constantemente las células van creando una memoria y es por eso que atraemos situaciones –deseadas o no – a nuestras vidas para saciar el apetito bioquímico de las células y cubrir esa necesidad química.

El adicto siempre necesita un poco más de esta sensación o emoción para alcanzar el estado de euforia o la reacción química que busca. El Dr. Dispenza dice que en realidad su definición de adicción es muy simple y lo que significa es que si no puedes controlar tu estado emocional, eres adicto al mismo.”

Digamos que cada vez que el narcisista te insultaba y humillaba, tú pensabas, no sirvo o te repetías lo que te decía. Ese pensamiento negativo creaba una sensación de tristeza, ira,….Has ido creando muchos péptidos de miedo, angustia, tristeza,…. Y ahora los “necesitas”.

Con la repetición constante del mismo comportamiento, tu cerebro ahora necesita seguir sintiendo esas emociones que tanto se han repetido en tu vida. Tu cuerpo necesita más péptidos de ira, tristeza,… se ha vuelto adicto a la sustancia química que producen esas emociones.

Por eso entiendes ahora, que aunque estés separada del narcisista, o  hagas terapia para salir de tus heridas, en realidad las sigues manteniendo vivas porque la química de tu cuerpo lo hace sin que tú seas consciente.

Todo lo que hagas para combatir el miedo, tu cuerpo no lo acepta, ya que necesita más emociones conocidas (esa adicción emocional). Hasta que no lo racionalizas y enfrentas el pensamiento que lo produce, el miedo y las emociones negativas vuelven a ti.

Hasta ahora has tratado de esconder tus heridas, esas emociones negativas de ansiedad, culpa, miedo,baja estima,… culpando al narcisista de tus males o a través de repetir pensamientos positivos, risoterapia, relajación, ejercicio,….. Has hecho de todo para que no te invadan los pensamientos negativos. Sin embargo vuelven. Y lo seguirán haciendo mientras no los racionalices y enfrentes.

Tu cuerpo necesita de esas emociones negativas que tú vuelves a generar a través de pensamientos destructivos y   vuelves a sentirte tan mal como cuando el narcisista te humillaba.

Lo que ha ocurrido en tu vida, es que cada vez que el narcisista  te ha causado dolor tú has reaccionado como es muy normal poniéndote triste, con miedo, creyendo que tú eres la culpable de todo, que no vales para nada,… tu cerebro es lo que ha creído y sentido, y ha creado péptidos para estas emociones. Ahora de manera automática es lo que tu cerebro pide, más péptidos que conoce, esto es, más ira, tristeza, depresión. Tu cerebro necesita más de lo mismo.

Ver que la química ha controlado tu vida, y no te ha dejado salir de esas emociones negativas, debe servirte también para que veas lo sumamente fuerte que eres. Has peleado todos estos años de abusos contra esos péptidos y aunque no lo creas les estás ganando la batalla. Nunca has permitido a tu cuerpo que  tuviera “un empacho” de péptidos, porque tu fuerza y lucha han sido imparables para no sentir todas esas emociones y llegar hasta aquí. Así que por favor, empieza a verte como la mujer que realmente eres. FUERTE, RESILIENTE, y CAPAZ DE LO QUE TE PROPONGAS.

Tu cuerpo te pide las emociones con las que has vivido

Los abusos y el estrés inmenso con el que has vivido durante tu relación con el narcisista, han hecho que desarrolles ciertas emociones y pensamientos negativos. Esas emociones has visto que crean péptidos, químicos en tu cuerpo y que éste se hace adicto a ellos necesitando más de lo mismo.

Por eso, aunque te alejes de la toxicidad, tu cuerpo te pide más péptidos, más emociones iguales y tú se las das reaccionando ante situaciones de la misma manera que hacías cuando vivías con el narcisista. Es un círculo, una adicción de la cual tienes que ser consciente para poder salir.

Cuando experimentas un episodio en la vida que coincide con una herida emocional ya existente, tu cerebro desencadena «impotencia», «victimización», «inutilidad» y otras percepciones temerosas. Literalmente regresas al momento donde  tus heridas originales se crearon y quedaron sin cicatrizar.

La producción química de heridas no cicatrizadas se repite, y las células de tu cuerpo son literalmente adictas a estas emociones dolorosas. Sigues volviendo al dolor, la impotencia y la victimización, porque tu cuerpo está fisiológicamente enganchado a la recepción de más de esos péptidos dolorosos.


Tu cuerpo ha tomado el control de tu cerebro. Es un fenómeno fisiológico que no puede controlarse «pensando». No es hasta que comiences a abordar las heridas internas y romper el ciclo de adicción a los péptidos, que los químicos traumáticos del cuerpo retrocederán … y entonces tu cerebro le seguirá de forma natural.

Ahora puedes comprender que al vivir habitualmente en cierto estado emocional y reaccionar habitualmente con un patrón emocional, reforzarás un vínculo cada vez mayor entre tu cuerpo y esa emoción en particular.

Queramos o no, somos adictos a los químicos y emociones que se producen en nuestro cerebro y cuerpo como reacción al entorno y a nuestros pensamientos.

Esos químicos afectan el estado de ánimo, las acciones, las creencias, las percepciones sensoriales e incluso lo que aprendemos, cualquier interrupción de ese nivel químico habitual nos provocará incomodidad y haremos todo lo posible consciente o inconscientemente para restablecerlo. Por eso el cambio no es fácil, porque tu cuerpo sigue pidiendo más péptidos de los que ya conoce.

Las células de tu cuerpo están acostumbradas a una cantidad determinada de químicos producidos por el cerebro. Sí, el cuerpo termina convirtiéndose en la mente y se pierde el control consciente o racional, porque la química de las emociones solicitada por las células del cuerpo es producida en el cerebro subconsciente o emocional, y en él tenemos poco o ningún control.

Resumiendo, durante años te has sentido pequeña, triste, vacía, sin creer en ti,… esas emociones que sentiste en reacción a cómo te trataba el narcisista, son las emociones que hoy sigues sintiendo aunque lleves tiempo lejos de él.

¿Por qué? Porque eres adicta a ellas (tienes una adicción emocional). Tu cuerpo (la química en él) necesita esas emociones. Cuando no las sientes, hace que las crees ¿Cómo? a través de tus pensamientos.

Por ejemplo. Todo está fenomenal, estás de vacaciones tomándote algo con tus amigos. De repente no sabes cómo, te encierras en ti y te vas. Alguien ha dicho algo que tú has sentido como amenazante y te ha hecho sentir el dolor de desaprobación que sentías cuando el narcisista te humillaba.

Tus emociones de miedo y baja estima, se han creado porque has pensando que te estaban amenazando. ¿Pero realmente ha sido así, o solo ha sido tu pensamiento?.

Lo más probable es que haya sido tu pensamiento nada más, pero ha sido el desencadenante de las emociones negativas iguales a las vividas durante tu relación tortuosa. Lo que tú hasta ahora decías que surgía de forma automática, en realidad nace de un pensamiento.

Puedes modificar la adicción emocional

A través del Método RAN (recuperación del abuso narcisista) te guío reconociendo tus heridas para posteriomente cambiar tu cognición sobre ti,

No desesperes, los avance científicos también nos confirmas que nuestro cerebro puede cambiar, es la neuroplasticidad.

Puedes!!! Eres grande, nunca lo olvides.

La codependencia emocional. Cuando dependes de otros para llenar tus vacíos

La codependencia emocional. Cuando dependes de otros para llenar tus vacíos

La codependencia emocional tiene su raíz en una familia de origen disfuncional donde el codependiente no se sintió lo suficientemente querido o atendido emocionalmente dentro del seno familiar (verás más adelante cómo diferentes psicólogos y psiquiatras así lo confirman desde el principio del uso del término en los 70).

A veces nos es muy difícil reconocer que venimos de familias disfuncionales, ya que creemos que solo maltratan los padres que pegan o no atienden a sus hijos. Además normalizamos el maltrato y hasta minimizamos las cosas dolorosas vividas.

Los comportamientos dependientes surgen en respuesta a la falta de apoyo en el seno de la familia. Verlo es necesario para poder sanar de verdad para nunca más necesitar la aprobación más que de ti misma/o para ser feliz y hacer lo que quieras en esta vida.

Historia de la Codependencia

El movimiento de codependencia puede tener sus raíces en las teorías de la psicoanalista alemana Karen Horney, que es la primera mujer que publicó ensayos sobre la salud mental femenina. (primera gran feminista psicoanalista considerada la fundadora de la psicología feminista). En 1941, ella propuso tres tipos de personalidades (complaciente, agresiva y aislada o independiente). Las personas con personalidad complaciente se mueven hacia los demás tratando de obtener su aprobación y afecto .Son desinteresados, virtuosos,  fieles, y ponen la otra mejilla a pesar de la humillación personal. La aprobación de los demás es más importante que respetarse a sí mismos.

Sin embargo el trastorno de la codependencia se identificó por primera vez en los años 70, como resultado de años de estudio de relaciones interpersonales en familias de alcohólicos.

Originalmente, co-dependiente era un término usado para describir a los compañeros en la dependencia química, las personas que viven con, o en una relación con una persona adicta. Hoy, sin embargo, el término se ha ampliado para describir a cualquier persona co-dependiente de cualquier familia disfuncional.

Aunque todos los enfoques estuvieron centrados en el problema del adicto, en consecuencia a los trabajos realizados con la familia, los profesionales de estos centros se percataron que cuando los alcohólicos se mantenían sobrios, las conductas codependientes de sus familiares continuaban o empeoraban; estos codependientes exhibían rasgos comunes y tenían un patrón vinculante característico; una forma de pensar, sentir y actuar que los iba enfermando progresivamente.

Así concluyeron que las causas de estos trastornos podrían ser anteriores a la convivencia con el alcohólico. Los familiares en terapia revelaban historias abusivas (no necesariamente relacionada con un dependiente químico) en sus familias de origen. Ellos procedían, igualmente, de hogares disfuncionales, donde la presencia del alcohol no había estado obligatoriamente.

Pero era innegable que estas personas habían asumido precozmente un rol de “cuidadores”, puesto que los adultos que debían ejercer esta función, no estaban en condiciones de hacerlo a causa de sus propias patologías. Además otros trabajos revelaron que para ser codependiente, no era necesario haberse relacionado con otros dependientes químicos en la niñez o en la madurez. Era suficiente crecer en un ambiente familiar en el cual estuviera presente un cuidador abusivo.

Estudios como el realizado por O’Brien y Gaborit (1992) apuntaron que la codependencia podría darse independiente de la dependencia química .

Así, la codependencia fue generalizada para referirse también a las personas que habían crecido en una familia afectada por cualquier perturbación grave, y a los compañeros de personas con cualquier problema mayor de comportamiento.

 

Definición y autores

La codependencia consiste en depender de alguien externo para llenar tus vacíos. La codependencia es un comportamiento aprendido que puede transmitirse de una generación a otra.

La codependencia se forja a partir de las necesidades no satisfechas en el ser humano durante su infancia, las cuales han impedido un crecimiento emocional conveniente para poder adaptarse a situaciones de relaciones interpersonales.

Cuando las necesidades físicas y emocionales del niño no son satisfechas de una manera adecuada, su yo verdadero, auténtico va construyendo las etapas evolutivas con el apoyo de un yo falso que desarrolla roles que le permiten superar las experiencias problemáticas de la infancia.

El niño para sobrevivir ha tenido que aprender a «servir a los demás», descuidándose a sí mismo. Al crecer, los adultos codependientes siguen utilizando los mismos comportamientos, todo para sentirse aceptados, queridos o importantes. Tratan de satisfacer a los demás , olvidándose de sí mismos, queriendo con ello aliviar el dolor y la pena por sentirse abandonados. Sin embargo las conductas codependientes perpetúan esos sentimientos.

Esta acepción de la Codependencia (origen en la familia), no es solo mi visión como víctima y mi experiencia con el trato de cientos de mujeres maltratadas, si no que hay varios autores que la defienden desde el origen del uso del término:

  • Según  John C. Friel Psicólogo y autor de “Children: The Secrets of Dysfunctional Families”, codependencia es un esquema de vida disfuncional que emerge en la familia de origen produciendo un estancamiento en el desarrollo y siendo su resultado una hiperreacción del codependiente a lo externo a él y una hiporreacción o baja sensibilidad a lo interno a él”.
  • La American National Council of Codependence: Codependencia es un comportamiento aprendido, expresado por dependencia de personas y cosas fuera de sí mismo, esas dependencias incluyen negligencia y disminución de la identidad propia de uno mismo. El falso yo interior que emerge es frecuentemente expresado a través de hábitos compulsivos, adicciones, y otros desórdenes, que además incrementan la alienación de la identidad verdadera, adoptando una sensación de vergüenza.
  • Dr. Charles Whitfield (Médico en la práctica privada que se especializa en ayudar a los sobrevivientes de traumas infantiles con su recuperación, y con adicciones que incluyen alcoholismo y trastornos relacionados. Certificado por la Sociedad Americana de Medicina de Adicciones, miembro fundador de la Asociación Nacional para los Niños de Alcohólicos y miembro de la Sociedad Americana de Profesionales en el Abuso de los Niños) describe el nacimiento de la codependencia en la familia de origen. Para él su génesis se inicia cuando el niño tiene sus observaciones, sentimientos y reacciones reprimidas por sus cuidadores. Whitfield resalta que cuando el niño, durante su desarrollo, recibe una cantidad importante de mensajes destructivos, hiriendo el núcleo de su autoestima sana, sufre una pérdida o enajenación de su yo verdadero que da lugar a un yo codependiente (falso o interno); lo que resulta en una sensación de vacío, vergüenza,culpa, y otros estados afectivos negativos.
  • Fernando Mansilla, experto en psicología clínica y psicoterapia observa que la codependencia puede concebirse a partir de las necesidades infantiles no satisfechas durante su niñez, lo que imposibilita una maduración favorable para poder adaptarse a situaciones de relaciones interpersonales.
  • Pia Mellody en su libro “Facing Codependence” remonta los orígenes de la codependencia a la infancia, describiendo toda una gama de abusos emocionales, espirituales, intelectuales, físicos y sexuales. Demuestra cómo, debido a estas experiencias tempranas, los adultos codependientes a menudo carecen de las habilidades necesarias para llevar una vida madura y tienen relaciones insatisfactorias. Cuando los niños de estas familias se comportan de manera natural (es decir, son vulnerables, imperfectos, dependientes e inmaduros) entonces el mensaje que reciben de sus padres es «hay algo mal contigo”. Cuando este mensaje se refuerza continuamente, el niño eventualmente sacrifica sus propias necesidades y sentimientos para mantener la armonía familiar y salvaguardar algún nivel de aceptación de los padres.
  • Timmen Cermak, M.D. psiquiatra y neurólogo americano, conocido por su trabajo sobre los tipos de personalidad dependientes, propuso que la co-dependencia se incluya como un trastorno de personalidad en el Manual diagnóstico y estadístico de trastornos mentales (DSM-3). Cermak razonó que cuando los rasgos de personalidad específicos se vuelven excesivos e inadaptados y causan un deterioro significativo en el funcionamiento o causan una angustia significativa, justifica un diagnóstico de trastorno de personalidad.

Cermak propuso los siguientes criterios para este trastorno:

    • Inversión continua de la autoestima en la capacidad de controlarse a sí mismo y a los demás frente a las graves consecuencias adversas.
    • Asunción de responsabilidad para satisfacer las necesidades de los demás, con la exclusión de reconocer el propio.
    • Ansiedad y distorsiones de límites en torno a la intimidad y la separación.
    • Enredos en las relaciones con la personalidad desordenada, químicamente dependiente, otros co-dependientes y / o personas con desorden impulsivo.
    • Que se den tres o más de los siguientes síntomas:
      • Confianza excesiva en la negación
      • Constricción de las emociones (con o sin arrebatos dramáticos)
      • Depresión
      • Hipervigilancia
      • Compulsiones
      • Ansiedad
      • Abuso de sustancias
      • Ha sido (o es) víctima de abuso físico o sexual recurrente
      • Enfermedades médicas relacionadas con el estrés.
      • Ha permanecido en una relación primaria con un abusador de sustancias activas durante al menos dos años sin buscar ayuda externa

Las características principales de las personas codependientes:

    • Baja autoestima: No te quieres, no ves tus buenas cualidades.
    • Inseguridad: eres incapaz de dar un paso sin necesitar el reconocimiento de otra persona. No confías en tu instinto ni criterio.
    • Necesidad constante de afecto: Buscas  afecto constantemente. Lo malo es que en esta desesperada búsqueda, muchas veces te equivocas escogiendo la pareja menos adecuada, o las amistades menos apropiadas. La necesidad de amor te ciega tanto que eres la víctima ideal de personas depredadoras narcisistas.
    • Necesidad de agradar siempre a los demás: Te mueres por el reconocimiento de los demás, ya que no has aprendido a dártelo tú misma.
  • Incapacidad para establecer unos límites saludables: uno de tus mayores problemas es que no sabes decir no por miedo, ya que temes no agradar si no atiendes las peticiones de los demás. Y esto hace que algunas personas se puedan aprovechar de ti. El no poder decir que no, hace que entres en relaciones o situaciones que no te agradan pero de las que no te atreves a salir. La frustración de no atreverte a decir no, te puede devolver al agujero negro del que te cuesta tanto salir.
  • Dificultad para asumir adecuadamente la propia realidad : te cuesta ver quien eres en realidad y desconfías de ti, de tu criterio pero también  de los demás.
  • Perfeccionismo y exceso de responsabilidad: nunca lo que haces te parece lo suficientemente bueno. Tiendes a  hacer mucho más de lo que te corresponde en el trabajo.
  • Dificultad para confiar en las personas: crees que los demás están contigo no por ti si no porque quieren algo de ti.
  • Miedo a no gustar a los demás: por ello eres una persona complaciente.
  • No reivindicas tus emociones y sentimientos: los sentimientos de los demás están siempre delante de los tuyos.
  • Dificultad para afrontar de un modo interdependiente las propias necesidades y deseos como adulto: te cuesta cuidar de ti misma. Crees que los demás son más importantes que tú y que te pueden cuidar mejor.
  • Minimizas los problemas: no ves ni quieres ver el daño que te hacen los demás, lo poco que te dan está por encima del daño que te hacen y obvias el abuso o lo normalizas.

La codependencia emocional es una de las secuelas que incluye el Síndrome de la Víctima Narcisista, aunque recuerda que no por ser víctima tienes que tener todos los síntomas incluídos en el SVN.

Si crees tener comportamientos codependientes, no tires la toalla porque se pueden modificar. Lo principal es reconocerlos para que a través de una reconstrucción cognitiva puedas modificar la percepción de ti mismo/a.

A través del Método RAN (recuperación del Abuso Narcisista) puedo ayudarte a ello a través de mis dos libros que te dejo aquí.

Por favor lee sobre el CONARCISISMO, para conocer la diferencia con la codependencia

¿Cuántas veces te has preguntado por qué no podías dejar a tu pareja sabiendo que te hacía daño?

¿Cuántas veces te has preguntado por qué no podías dejar a tu pareja sabiendo que te hacía daño?

Cuando nos encontramos por primera vez con una pareja tóxica, nuestro vínculo con él se consolida rápidamente a través de su excesiva atención combinada con, al principio, ocasionales retiradas de afecto.(la etapa del love bombing). Así podemos decir que el poderoso vínculo que creamos con el narcisista surge de  nuestros vínculos bioquímicos.

El narcisista te da y te quita como has visto en la explicación del vínculo traumático. Te mantiene en una montaña rusa de emociones, y su ocasional afecto termina siendo como droga para tu cerebro. Vamos a verlo por partes para que lo entiendas.

Si te preguntas por qué no te has ido antes de la relación, por qué no has huido,.o necesitas estas con él.. deja de culpabilizarte. Porque la respuesta no está en tu mente, si no en los efectos de la química.

Empezaremos viendo los químicos y hormonas que forman parte  del apego con el narcisista, y que tiene poco que ver con sus propios méritos, sino con su comportamiento:

DOPAMINA: LAS EXPERIENCIAS POSITIVAS CON EL NARCISISTA COMO CITAS INOLVIDABLES, ATENCIÓN EXAGERADA, ADULACIÓN, UN SEXO INCREÍBLE, REGALOS Y GRANDES GESTOS ROMÁNTICOS PUEDEN LIBERAR DOPAMINA EN EL CEREBRO.

La dopamina es un neurotransmisor que controla el centro de placer de nuestros cerebros y crea circuitos de recompensa, que luego generan asociaciones automáticas en nuestro cerebro que vinculan a nuestras parejas románticas con el placer e incluso con nuestra supervivencia.

¿Recuerdas los agradables primeros momentos con tu pareja narcisista, las citas románticas, los elogios, el sexo increíble, incluso después de haber roto? Lo haces porque tu cerebro libera dopamina y tu cerebro  te pide que “lo hagas de nuevo”.

Las disculpas, las palabras dulces después de una gran discusión, las demostraciones de ternura durante la fase de devaluación,… fortalecen el circuito , generan más dopamina en ti y hacen que te quedes atrapada en el círculo de necesitar más de lo mismo, necesitas tu recompensa.

La dopamina es el neurotransmisor responsable de la adicción a la cocaína, y también el responsable de la adicción a las parejas románticas peligrosas. De acuerdo con Harvard Health, tanto las drogas como los recuerdos intensos y placenteros activan la dopamina y crean circuitos de recompensa en el cerebro, que esencialmente le dicen al cerebro que “vuelva a hacerlo”.

NO ES QUE NO SEPAS QUE EL NARCISISTA TE HACE DAÑO, CLARO QUE LO SABES, PERO LA QUÍMICA ES MÁS FUERTE QUE TÚ.

La dopamina fluye más fácilmente en el cerebro cuando hay un “refuerzo intermitente” en lugar de un programa consistente (el afecto que recibes del narcisista es intermitente, en una relación “sana” es consistente). Tú te quedas esperando a recibir algo bueno.

La Dra. Helen Fisher (antropóloga biológica y autora de “Anatomía del Amor” descubrió que esta experiencia de “frustración-atracción” en una relación romántica en realidad aumenta nuestros sentimientos de amor, en lugar de obstaculizarlos. En sus libros nos dice cómo los cerebros de quienes se encuentran en relaciones cargadas de adversidad se activan de una manera inquietantemente similar a los cerebros de los adictos a la cocaína.

Como ves, la dopamina ha fluído más en ti por el comportamiento abusivo e intermitente del narcisista. Eso te ha dejado “enganchada” a él. La ciencia debe servir para que empieces a dejar de culpabilizarte. Tratate con todo el amor que mereces porque caer y quedar atrapada en una relación abusiva ha sido culpa de la quimica, y tu poco podías hacer contra eso.

OXITOCINA: ES LA LLAMADA HORMONA DEL “AMOR” Y “EL VÍNCULO”. ESTA ES LA MISMA HORMONA QUE UNE A LA MADRE Y AL NIÑO AL NACER, Y TAMBIÉN TE UNE A LOS HOMBRES QUE NO TE MERECEN.

No olvides cómo nace el vínculo con el narcisista. A través de una relación que empuja a la velocidad de la luz. Las relaciones íntimas con él hacen que liberes oxitocina que promueve no solo el apego, sino también la confianza.

Investigaciones como la del neurocientífico suizo  Thomas Baumgartner muestran que cuando la oxitocina está involucrada, la traición no necesariamente tiene un efecto en nuestro cerebro.

Por lo tanto, el engaño de una pareja tóxica no nos impide confiar en él a ciegas.

El efecto oxitocina también puede ser más fuerte para las mujeres que para los hombres; según Susan Kuchinskas, autora del libro “La química de la conexión”,  la respuesta a la oxitocina puede ayudarte a encontrar confianza, intimidad y amor, el estrógeno tiende a promover los efectos de la unión de la oxitocina.

EN OTRAS PALABRAS DESPUÉS DE RELACIONES ÍNTIMAS CON EL NARCISISTA, LAS MUJERES QUÍMICAMENTE SOMOS MÁS PROPENSAS QUE LOS HOMBRES A “TRAGAR”.

La química trabaja en tu contra. Es ella y no tú la responsable de tu vínculo al narcisista. Una vez que nos hemos vinculado con el narcisista sexualmente, también nos hemos unido psicológicamente y emocionalmente con él.

CORTISOL Y ADRENALINA: LA PAREJA NARCISISTA HACE QUE CON SU COMPORTAMIENTO DE HOY TE DOY MUCHO Y MAÑANA NADA, NUESTROS NIVELES DE CORTISOL Y ADRENALINA (REGULAN NUESTRAS REACCIONES ANTE SITUACIONES ESTRESANTES) SE DISPAREN.

Según Christopher Bergland, la oxitocina, la adrenalina y el cortisol trabajan juntos para consolidar los recuerdos basados ​​en el miedo. Por lo tanto, tus temores y ansiedad por el abandono por parte de tu pareja, combinados con la intimidad física, hacen que los recuerdos relacionados con el narcisista sean más vívidos y más difíciles de borrar de tu mente.

La imprevisibilidad, el miedo y la ansiedad que se dan en una relación con un narcisista liberan adrenalina, que tiene un efecto antidepresivo. El miedo también libera dopamina, que  alimenta los circuitos de recompensa en nuestro cerebro, dejándonos añorando esa descarga de adrenalina.

El miedo y el placer se entrelazan, a pesar de nuestros mejores esfuerzos para exponer y desmantelar la aparente irracionalidad de nuestro comportamiento.

Esta es la razón por la cual tiendes a unirte más estrechamente al narcisista, por la montaña rusa de emociones en la que te hace vivir. Las hormonas neurotransmisoras (cortisol, adrenalina, dopamina,..) son las responsables y la razón por la que te has vinculado de manera inadvertida con alguien que te ha lastimado. Es el ya visto “vínculo traumático”.

SEROTONINA: CUANDO NOS ENAMORAMOS, NOS VOLVEMOS OBSESIVOS COMO LAS PERSONAS CON TRASTORNO OBSESIVO COMPULSIVO (TOC).

Según investigaciones del Dipartmento di Psichiatria, Neurobiologia, Farmacologia e Biotecnologie de la Universidad de Pisa, Italia, revelan que los niveles de serotonina en nuestros cerebros disminuyen de manera similar cuando estamos enamorados, como lo hacen en los cerebros de las personas con trastorno obsesivo compulsivo.

Dado que la serotonina regula y estabiliza el estado de ánimo, frenando el pensamiento obsesivo, puedes imaginarte cómo niveles bajos de serotonina  pueden hacer que nuestra capacidad de juicio no sea la adecuada cuando nos involucramos románticamente en una relación.

Los niveles bajos de serotonina también fomentan el comportamiento sexual. Por lo que la baja serotonina hace que sea más probable que también nos veamos arrastradas por los enlaces creados por la oxitocina y la dopamina.

Dado que la dopamina también se libera cuando tenemos recuerdos placenteros, soñar despierto y recordar constantemente los primeros momentos románticos de una pareja encantadora a menudo tiene el efecto de amplificar este circuito en el cerebro.

Es por esta química de las hormonas en tu cerebro que esperas ansiosamente la llamada del narcisista o un mensaje suyo, o rememoras las primeras citas con el narcisista y necesitas a veces volver con él.

El narcisista domina nuestro cerebro las veinticuatro horas con su comportamiento impredecible y su love bombing. Por eso no has de extrañarte ni culpabilizarte por haber desarrollado una compulsión irracional para mantenerte atada o por querer volver con el narcisista. Es la química.

LO IMPORTANTE ES QUE ENTIENDAS QUE LA POTENCIA DE LA QUÍMICA ES MÁS FUERTE QUE TU RACIOCINIO

y que por ella te has quedado en una relación con una persona que no te trataba bien. No toleres a nadie que te diga que eres tonta por haberlo hecho. No te culpes por “tener ganas de volver con él”. Es la adicción química la que te ata a él, y no la puedes superar de manera racional.

Pero por favor tranquila, La ciencia y tu cerebro (neuroplasticidad) están a tu favor. Puedes modificar tu cerebro y cambiar esta adicción. Puedes hacerlo .

Lo importante es que empieces a respirar y liberar la culpabilidad que te ha acompañado todo este tiempo. Con una menor carga es más fácil caminar hacia tu sanación y propio encuentro.

NO SON LOS ENCANTOS DEL NARCISISTA LOS QUE TE HAN UNIDO A ÉL, SI NO LA QUÍMICA QUE PRODUCEN SUS COMPORTAMIENTOS.

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Narcisismo, del mito al trastorno de personalidad

Narcisismo, del mito al trastorno de personalidad

Cuando oímos hablar del narcisismo siempre se nos viene a la cabeza el mito griego de Ovidio sobre Narciso.

En nuestro tiempo, narcisismo, ha llegado a representar el amor propio. Aunque hay que recalcar la diferencia entre ese amor propio y el trastorno narcisista de la personalidad.

El Mito de Narciso

Narciso era hijo del dios del río Cefiso y de Liriope, una ninfa acuática. Narciso era un joven apuesto, que despertaba la admiración de hombres y mujeres. Su arrogancia era tal que, ignoraba los encantos de los demás. Fue entonces cuando la ninfa Eco, se enamoró de él.  Narciso rechazó a la pobre Eco, tras lo cual la joven languideció.

Pero no fue la única a la que rechazó y una de las despechadas quiso que el joven supiese lo que era el sufrimiento ante el amor no correspondido. El deseo se cumplió cuando un día de verano Narciso descansaba tras la caza junto a un lago de superficie cristalina que proyectaba su propia imagen, con la que quedó fascinado. Narciso se acercó al agua y se enamoró de lo que veía, hasta tal punto que dejó de comer y dormir por el sufrimiento de no poder conseguir a su nuevo amor, pues cuando se acercaba, la imagen desaparecía.

Obsesionado consigo mismo, Narciso enloqueció, hasta tal punto que la propia Eco se entristeció al imitar sus lamentos.

No está claro cómo llegó el mito del narciso a representar el amor propio o la autoadmiración, pero en el arte y la literatura durante las épocas medieval y primitiva del Renacimiento, el tema se usó para ilustrar la peligrosa pecaminosidad y el castigo mortal asociado a la excesiva auto-preocupación y la autoadulación.

 

Calderón de la Barca

En el siglo XVII fue el primero en transformar la descripción clásica de Narciso en una moderna obra de teatro interactiva sobre el joven Narciso: «Eco y Narciso» de 1661. Calderón se alejó de la condena moral del amor propio excesivo. Explicó que el amor de Narciso por su propia reflexión no era un amor propio sino una consecuencia de conflictos y deseos incompatibles en un hombre joven, todavía apegado a su madre dominante y protectora, confundido por la alternancia de Eco entre la invitación seductora y el rechazo mudo, y desgarrado.

Calderón de la Barca introdujo una perspectiva interpersonal al mito de Narciso, vió el mito como la lucha de Narciso con sentimientos súbitos intensos y abrumadores, orgullo interno. y vergüenza y confusión. Sin salida natural para sus fuertes sentimientos, Narciso se volvió a sí mismo y a su imagen  y murió.

Juan Valera

El literato español que estaba más cerca del pensamiento moderno sobre el narcisismo como auto-amor propio o admiración autoerótica, describió en su novela «Genio y Figura» (1897) a la heroína Rafaela. Ella confesó que cuando se miraba en el espejo se sentía llena de amor y admiración por ella misma, e imitó a Narciso y besó su propia y hermosa imagen en la superficie del espejo. Pero al contrario de Narciso, Rafaela era plenamente consciente de la separación de su propio cuerpo físico y de la imagen de su cuerpo que percibía en el espejo. Ella era completamente capaz de experimentar placer.

La novela de Valera inspiró tanto a Havelock Ellis (primero en identificar el narcisismo como un trastorno mental en 1898) como a J. Sadger (psicoanalista que acuñó el término narcisismo) en sus relatos psicológicos y psicoanalíticos del narcisismo y el autoerotismo femenino.

Narcismo y el arte

El tema de Narciso también ha inspirado a numerosos artistas. Uno de los primeros intentos conocidos de retratar a Narciso aparece en una pintura mural en Pompeya.

Durante el Renacimiento, varios artistas eligieron a Narciso para ilustrar el amor propio, la admiración y la contemplación de la propia imagen. Los retratos de Caravaggio «Narciso» y   «Venus del espejo» de Velázquez y Titán son ejemplos bien conocidos.

El joven Narciso fue reemplazado gradualmente por imágenes de mujeres que representaban el pecado fatal de la auto-admiración y la vanidad. En muchas pinturas, entre otras «Las tres edades y la muerte» de Baldung (siglo XVI), las mujeres atractivas que se miran en el espejo están amenazadas por figuras que representan a la muerte.

En el siglo XX, el narcisismo se convirtió en reflejar y preocuparse por la apariencia, el reconocimiento de sí mismo y la autoestima, como en  «Girl in the Mirror» de Norman Rockwell, y el grabado «Adolescence» del artista británico Gerald Leslie Brockhurst.

Los temas de reflexión y reflejo se presentaron específicamente en una exposición, «Imagen de espejo», en la National Gallery de Londres, y se discutió en un libro  de J. Miller en 1998.

El narcisismo comenzó a considerarse como un problema médico a finales del siglo XIX

Havelock Ellis (1898)

(1859-1939) fue un médico británico que introdujo el término “narcisismo” en Psiquiatría  en su estudio psicológico del autoerotismo, en el que describió la tendencia «similar a la de un narciso», a absorber los sentimientos sexuales en la auto-admiración. Fue en 1892  cuando uso este termino en un estudio psicológico sobre el autoerotismo,  describiendo la raíz del mito de Narciso, extendiendo al termino al comportamiento no sexual.

Paul Näcke (1899)

Fue el primero en usar el término «narcisismo» en un estudio de perversiones sexuales.  Lo utilizó para designar aquella conducta por la cual un individuo da a su cuerpo propio un trato parecido al que daría al cuerpo de un objeto sexual; vale decir, lo mira con complacencia sexual, lo acaricia, lo mima, hasta que gracias a estos manejos alcanza la satisfacción plena”

J. Sadger (1908)

Psicoanalista y alumno de Freud. Extendió el término a otras supuestas perversiones tales como la homosexualidad. Veía al narcisismo como un fenómeno normal, una sobrevaluación de uno mismo en los niños y en cierto grado de amor propio entre los adultos. Pero sus fijaciones y manifestaciones extremas, como la sobrevaluación del propio cuerpo , se considera patológico. Él diferenció entre el egoísmo normal y el narcisismo, y sugirió que la amistad es una forma extendida de narcisismo.

Freud (1910)

Mencionó por primera vez el narcisismo en una nota a pie de página agregada en 1910 a «Tres ensayos sobre la teoría de la sexualidad», como una fase en el desarrollo de la homosexualidad masculina. En 1911  se refirió al narcisismo  como la elección del yo como un objeto libidinal, una etapa normal del autoerotismo en el desarrollo libidinal temprano.

El importante trabajo de Freud de 1914 “Introducción del narcisismo” el que dio categoría oficial al concepto del narcisismo en el psicoanálisis.  Para entonces, el concepto era reconocido entre los psicoanalistas, y en relatos posteriores, el narcisismo se consideraba parte del desarrollo normal y del funcionamiento humano y un tipo de desviación o perversión.

Años más tarde expresó que el narcisismo no era necesariamente anormal. Distinguió entre el narcisismo primario con el amor propio, que está vinculado a la autoconservación y al narcisismo secundario, donde se reduce la capacidad de amar a los demás y el desarrollo problemático de la megalomanía.

Otra observación importante de gran relevancia para la discusión contemporánea del narcisismo se refería a la relación entre el narcisismo y la inferioridad. Freud sugirió que el empobrecimiento del ego debido a la retirada de la catexis libidinal (inversión de la energía del impulso sexual) contribuyó a los sentimientos de inferioridad. Además, identificó el papel del narcisismo en el sueño y los sueños y en el proceso de enamorarse.  Freud utilizó el termino Herida narcisista en 1920, describiéndola como «todo aquello que viene a disminuir la autoestisma del Yo».

Otto Rank (1911)

Preminente psiquiatra habló del narcisismo como relacionado con la vanidad y la auto-admiración. presenta el primer escrito dedicado específicamente al narcisismo asociándolo a fenómenos no sexuales como la vanidad y la autoadmiración: “amar el propio cuerpo es un importante factor de la vanidad femenina”  y entrevé por primera vez una posible naturaleza defensiva del narcisismo, como en el caso de aquella mujer que “se refugia en el amor de sí misma herida por un hombre malo y con incapacidad de amar” (ejemplo en el cual ya se observa el “retiro narcisístico” frente a la herida objetal, o sea el desenlace del encierro en sí mismo debido a la frustración en la relación interpersonal. Esta temática  será retomada y teorizada por Freud.

Otto Fenichel en 1938

Introdujo el termino suplemento narcisista  para describir un tipo de admiración, apoyo interpersonal o sustento extraído por un individuo de su entorno y esencial para su autoestima.

Presentó el primer escrito dedicado específicamente al narcisismo .

Karen Horney (1939)

Psiquiatra especializada en el psicoanálisis diferenció la autoestima saludable de la autoinflación patológica no realista, un sustituto de una autoestima socavada.

Anne Reich 1960

Contribuyó considerablemente a la comprensión de la regulación de la autoestima patológica, que, en su opinión, sirve para mantener la grandiosidad y deshacer los sentimientos de insuficiencia e insuficiencia. Describió la estrategia de la autoinflación narcisista compensatoria, que falla y da como resultado ansiedad hipocondríaca y depresión. La agresión interna excesiva y la autoconciencia desmedida que conduce a la dependencia de la aprobación externa contribuyen a estos fallos de regulación.

Andre Green 1967 

Psicoanalista francés afirma “Los narcisistas son sujetos lastimados; de hecho, carenciados desde el punto de vista del narcisismo. A menudo la decepción de no haber sido amados por su madre les lleva a amarse a sí mismos”. El sujeto con un trastorno narcisista de esta naturaleza busca, a través de objetos (personas, drogas, alcohol, etc.) compensar el déficit ocasionado por la fallida relación madre-hijo.

Kohut 1968

Identificó los defectos en la regulación de la autoestima como uno de los trastornos centrales del trastorno de personalidad narcisista (TNP). Fue el primero en diagnosticar el trastorno narcisista de la personalidad.  Acuñó el termino «ira narcisista» en 1972.
La teoría de Kohut sobre la auto-psicología, que sugería que el narcisismo era un aspecto normal y esencial del desarrollo y que las dificultades con las relaciones tempranas de «autoobjeto» podrían llevar a desafíos para mantener un sentido adecuado de autoestima en el futuro, contribuyendo al trastorno narcisista.

Otto Kernberg  1970

Escribió extensamente sobre este tema , observando que había un grupo de personas que tienen un grado inusual de reverencia en sus interacciones con otras personas. Señaló que, en estos individuos, había una gran necesidad de ser amado y admirado por los demás y una curiosa contradicción entre un concepto muy exagerado de ellos mismos y una necesidad desmedida de los demás.  Creía que su vida emocional suele ser superficial y que tienden a experimentar poca empatía por los sentimientos de los demás. Estas personas obtienen muy poco disfrute de la vida que no sea de los tributos que recibieron de otras personas o de sus propias fantasías grandiosas y se sienten inquietas y aburridas cuando desaparece la gloria externa. El Dr. Kernberg escribió sobre técnicas para abordar a tales pacientes en psicoterapia.

Raskin y Hall 1979

Desarrollaron el NPI, o Inventorio de la Personalidad narcisista.
Una de las medidas más utilizadas para medir los niveles no clínicos del narcisismo.  Desde su desarrollo inicial, el NPI ha evolucionado de 220 elementos al NPI-40 (1984) y NPI-16 (2006) más empleados, así como al nuevo inventario NPI-1 (2014). Derivado de los criterios del DSM-III para el trastorno de personalidad narcisista , el NPI ha sido empleado en gran medida por investigadores de la personalidad y psicología social.

James Masterton 1981

Considera que el paciente que manifiesta un trastorno narcisista de la personalidad parece estar perpetuamente motivado a buscar la perfección en todo lo que hace, que aspira a conseguir riqueza, poder y belleza y, a encontrar a otros que reflejen y admiren su grandiosidad. Comenta que debajo de esta fachada defensiva se encuentra un estado de vacío y rabia en el que predomina la envidia.

Paul-Claude Racamier, 1986

Psiquiatra y psicoanalista para el que el narcisismo designa no una personalidad sino un mecanismo psíquico basado en los conceptos freudianos de perversión y narcisismo. Introdujo la noción de perversión narcisista.

Alberto Eiguer, 1989

Psiquiatra y psicoanalista francés, interpreta esta patología del narcisismo describiendo al perverso narcisista y su poder manipulador.

Según Eiguer “Los individuos perversos narcisistas son aquellos que, bajo la influencia de su grandioso yo, intentan crear un vínculo con un segundo individuo, arremetiendo especialmente contra la integridad narcisista del otro para desarmarlo. También atacan el amor propio del otro, a la confianza en sí mismo, a la autoestima y a la creencia en sí mismo”.

Elsa Ronningstam 2005

La primera persona que escribió una guía para identificar a las personas narcisistas fue la Dra. en Psicología clínica (especializada en el trastorno narcisista de la personalidad) Elsa Ronningstam  en su libro “Identifying and understanding the narcissistic personality”, en el año 2005.

Inclusión en el DSM-III (1980)

El trastorno narcisista de la personalidad fue incluido en el manual de diagnostico y estadístico de trastornos mentales publicado por la Asociación estadounidense de psiquiatría. Lo describe como:

“Un patrón general de grandiosidad (en la imaginación o en el comportamiento). Una necesidad de admiración y una falta de empatía que empiezan al principio de la edad adulta y que se dan en diversos contextos como lo indican cinco (o más) de los siguientes puntos:

  1. Tiene un sentido grandioso de su propia importancia. Lo absorben fantasías de éxito ilimitado, poder, brillantez, belleza, o amor ideal.
  2. Se considera especial y único: sólo puede ser comprendido por, y sólo debería asociarse con, otras personas especiales o de alto estatus personal o institucional.
  3. Requiere excesiva admiración (es un síntoma que denota una baja autoestima y una gran preocupación por hacer bien el trabajo y por cómo son vistos por los demás).
  4. Tiene un sentido exagerado y no equitativo de sus propios derechos. Piensa que se le debe todo.
  5. Es muy pretencioso, con irrazonables expectativas de un trato especialmente favorable o de una aceptación automática de sus deseos.
  6. En sus relaciones interpersonales es explotador. Se aprovecha de los demás para conseguir sus propios fines (espera que se les dé todo lo que desee, sin importar lo que ello suponga para los demás, y puede asumir que los demás están totalmente interesados en su bienestar).
  7. Carece de empatía y es reacio a reconocer o identificar las necesidades y sentimientos de los demás.
  8. Es frecuentemente envidioso de los demás o cree que los demás le tienen envidia (pueden llegar a devaluar a personas que hayan recibido una felicitación al pensar que ellos son más merecedores de la misma).
  9. Muestra actitudes y comportamientos arrogantes y altivos o prepotentes.”

Alan Rapapport 2005

Neurólogo americano que acuñó el termino co-narcisista, para referirse a la forma en que los hijos se adaptan a los padres narcisistas. “Las personas co-narcisistas, como resultado de sus intentos de llevarse bien con sus padres narcisistas, trabajan arduamente para complacer a los demás, se remiten a las opiniones de los demás, se preocupan de cómo piensan y sienten los demás sobre ellos, a menudo están deprimidos o ansiosos, les resulta difícil conocer sus propios puntos de vista y experiencia, y asumir la culpa de los problemas interpersonales.”

Christine Louis de Canonville 2009

Psicoterapeuta irlandesa que acuñó el termino Síndrome de la Victima Narcisista para designar al conjunto de secuelas que sufren las victimas del abuso narcisista.

 

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