Las secuelas que nos deja una madre tóxica son muchas y casi imborrables. Cuando eres criada por una madre tóxica, creces creyendo que nunca eres lo suficientemente buena. Nunca cumples las expectativas de tu madre aunque lo intentes cada día. La continua humillación, invalidación, falta de amor,… es uno de los peores maltratos infantiles que existe y nos deja a sus víctimas, hijas , con síntomas muy difícil de sanar, el llamado Síndrome de la Víctima Narcisista.
La visión sobre nosotras mismas queda distorsionada ya que no nos atribuimos el valor que tenemos y merecemos. Crecemos creyendo que no valemos, que no sabemos,…crecemos invalidadas. (invalidación)
Crecer en el seno de una familia disfuncional, donde la madre es tóxica, es padecer el peor de los abusos infantiles que se pueden padecer. No presentamos signos o heridas externas, y cuando tratamos de encontrar la explicación de lo que nos pasa, nuestra madre nos vuelve a aplastar gaseandonos (gaslighting). Nos hará creer que estamos locas, que no sabemos lo que decimos,…..
La manipulación de nuestra madre es interminabe ( aquí puedes leer que tipo de técnicas de manipulación usa tu madre), y nos deja secuelas que arrastramos de por vida si no las enfrentamos.
Al conjunto de Secuelas que una madre tóxica te deja, o los síntomas que padeces por los abusos sufridos se le llama SINDROME DE LA VICTIMA NARCISISTA.
Puedes leer sobre el Síndrome de la Víctima Narcisista aquí , donde vas a encontrar todas las secuelas que puedes padecer tras los abusos sufridos tal como están detalladas en mi libro «Sobrevivir a una madre Narcisista. Cómo recuperarte de tus heridas infantiles y por fin desplegar tus alas».
Aquí paso a enumerar las más comunes:
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- Sufres de muy baja estima: la madre tóxica solo muestra afecto cuando quiere conseguir algo. Es exigente y nunca está satisfecha. Lo que nos deja a sus hijas sintiendo que nunca somos lo suficientemente buenas. Tu madre te ha inutilizado tanto, que no eres capaz ni de tomar una decisión por tí sola. Intentar complacer a cada momento nos genera también depresión y ansiedad.
- Sientes auto aversión: sentir que nunca puedes hacer nada bien, te deja aborreciendote a tí misma. El no poder satisfacer a tu madre, que se supone te tiene que amar incondicionalmente, hace que te crees una opinión sobre tí de que no mereces amor. Lo que se puede traducir en no gustarse.
- Fallas en el autocuidado: no importa que aspecto tenías cuando eras joven. Siempre estabas demasiado gorda, o demasiado flaca, o fea,…. Tu madre siempre ha criticado tu aspecto. Luego para qué cuidarse. En ocasiones, nos pasamos al extremo contrario. Para tapar esos defectos que creemos tener , nos obsesiona nuestro aspecto externo.
- Hablas negativamente sobre tí: simplemente reflejamos lo que nos ha hecho creer nuestra madre sobre nosotras. Las críticas que ella ha vertido sobre nosotras las repetimos en alto, porque no somos capaces de ver nuestras cualidades.
- Atraes parejas tóxicas que no te respetan: Toda esa desaprobación por parte de tu madre, al final te mina y te deja creyendo que no eres merecedora de amor , atención ni aprobación. Por eso al buscar pareja para calmar esas carencias, caemos en manos de seres que nos destruyen igual que lo hizo nuestra madre. Buscamos el mismo tipo de relación que con nuestra madre. Atraemos parejas con trastorno narcisista de la personalidad. Atraemos a los hombres narcisistas, porque somos dependientes, fáciles de manipular, y necesitamos satisfacerles. Somos su víctima perfecta.
- Sientes que tienes que esconder quien eres realmente: desde temprana edad las hijas de madres tóxicas tenemos que pretender ser quien nuestra madre dice que somos. Cada vez que hemos intentado ser nosotras mismas, demostrar nuestros sentimientos, nuestra madre nos ha coartado. Nos ha recordado que no somos lo suficientemente buenas. Por esto, una vez salimos a la vida, las hijas de madres tóxicas escondemos quienes somos físicamente y emocionalmente, en el intento de mezclarnos y pasar desapercibidas. Esto nos deja vulnerables a críticas, y al hoy llamado bulliying.
- Saboteas tu felicidad: tanta decepción sufrida mientras crecías, que has crecido pensando que la suerte y las buenas cosas no son para tí. Tratando de protegerte de más abusos, tienes una tendencia a sabotear las cosas buenas de tu vida: si no amas no te harán daño, si no deseas algo, no te lo quitaran. Es un mecanismo de protección que resulta destructivo para ti.
- Eres extremadamente perfeccionista: como hija de una madre tóxica intentas conseguir la perfección en todo lo que haces. Desde sacar las mejores notas, hasta ser la mejor en tu trabajo. Siempre intentas no fallar para evitar las críticas a toda costa. Intentas siempre ser el epítomo de la perfección. Y aunque la consigas, no lo sabrás ya que nunca te ves lo suficientemente buena.
- No valoras tus éxitos: tu madre nunca te ha permitido celebrar tus logros o quien eres, y esa denegación la llevas a tu vida adulta. Si haces algo extraordinario, normalmente otorgas el crédito a factores externos a tu persona. Minimizando tu valía te es muy difícil creer que res capaz de hacer algo bien.
- Padeces ansiedad y depresión: ser criticada cada día y cada momento por todo lo que haces, ser ridiculizada por tu madre a cada ocasión te genera estrés. El intentar complacer y nunca conseguirlo, hace que las víctimas desarrollemos ansiedad y depresión.
- Te preocupa ser una narcisista como tu madre: al crecer y darte cuenta del maltrato de tu madre te preocupa que los comportamientos tóxicos de ella se hayan grabado en tí. Imitamos patrones de comportamientos. Es normal. Pero tranquila, estás aquí queriendo romper el círculo.
- Te cuesta mucho tomar decisiones: Tu madre siempre ha decidido por tí, siempre has hecho lo que ella ha dicho. Creces sin capacidad de decisión, de discernir si esta bien o no y necesitas la aprobación de los otros para tomar decisiones. Por eso ante diferentes situaciones preguntas a tu pareja, amigos,…. buscando aprobación. Tú no te atreves a decidir ya que temes nos acertar.
- Eres fácil de manipular emocionalmente. Temerosa de la desaprobación de tu madre y de su frecuente comportamiento hiriente, tienes miedo de que todos los adultos te traten con desden. Al crecer, ese sentimiento de miedo se transfiere hacia cualquiera con autoridad. Temes la autoridad porque has crecido con una autoridad que no ha sido justa. Pero a veces pasa, que le das demasiado poder a esa persona con autoridad al tenerle miedo. (es el caso de parejas que te tratan como lo hizo tu madre).
- Te cuesta establecer límites con las personas: Has crecido sin saber decir «no». Esta palabra nunca se la has podido decir a tu madre. Siempre has tenido que hacer lo que ella ha dicho y a su manera, sin poder expresar tus sentimientos. Esto hace que crezcas siendo incapaz de decir no, aunque te esten haciendo daño. Lo que te crea además frustración y rabia hacia tí misma por no ser capaz de parar el abuso.
- Tienes miedo de tu madre: no importa la edad que tengas, sigues teniendo miedo de tu madre. Tienes miedo incluso a una llamada suya porque sabes que en sus palabras solo hay represalias. Su azote verbal, enturbia tu espíritu.
- Sigues buscando la aprobación de tu madre: probablemente sabes que nunca vas a obtenerlo, pero nunca cesas en intentarlo. La sociedad nos enseña que las madres aman a sus niños. Y tu a pesar de tu edad adulta, no puedes entender porque no puedes sentir ese sentimiento por parte de tu madre.Anhelas su aprobación, su amor pero tu sabes que eso no va a llegar.
- Quieres sacarla de tu vida, pero te da miedo y te sientes confundida: cuantas veces te has dicho a tí misma » ya está, ya no puedo más, no quiero saber nada más de tí». Hay algo dentro de tí que sabe que tu madre es destructiva contigo, y a pesar de eso no puedes romper con ella.Esto es por el sentimiento de culpa, el miedo y el tira y afloja con los que has crecido. Quieres ser libre y encontrar la paz, pero siempre tu madre termina aspirándote de vuelta a ella.
- Tienes problemas de confianza: si no puedes confiar en tu madre, entonces de quien puedes hacerlo. Si la persona que te dio la vida y era responsable de tu bienestar, sólo te ha hecho sentir mal, cómo vas a confiar en los que no son nada tuyo y no se les supone que se deban preocupar por tí.
- Sientes que el mundo no es un sitio seguro: Las hijas de madres tóxicas somos miedosas, padecemos ansiedad y sentimos que el mundo y sus habitantes son una amenaza. Si no podemos confiar en nuestros padres, si tu casa no te ofrece seguridad y paz, entonces no hay lugar ni nadie en el mundo que pueda garantizarte esa seguridad.
- Falta de identidad: cuando eres pequeña tu vida gira en torno a tu madre narcisista. No haces nada si ella no está presente. No estás con otras personas porque ella no lo permite , ya que es la mejor manera de manipularte. (como en la película Rapunzel). Esto hace que las víctimas de una madre narcisista, crezcamos sin saber quienes somos realmente ya que nunca se nos ha permitido pensar por nosotras mismas. Ellas, las verdugos, son quienes han decidido que era bueno y que no para nosotras, no dejándonos elección en la vida. Esto hace que aún cuando rompemos el vínculo con ella, para salir del círculo vicioso, nos cuesta encontrar nuestra dirección y sentido en la vida.
- Buscamos la felicidad fuera : nos pasamos la vida soñando. Nuestra infancia es tan dura, que soñamos con un futuro mejor. Buscamos una pareja que nos quiera, amigos que nos respeten,… y cuando las personas de fuera nos fallan, volvemos a caer en e agujero, cada vez mas profundo. Nunca pensamos que la felicidad está esperándonos dentro de nosotras, ya que no nos queremos. No aprendimos a hacerlo.
Ser hija de una madre tóxica supone padecer uno de los peores abusos infantiles que existen. Tu madre te deja secuelas muy dificiles de sanar contra las que tienes que luchar cada día.
Saber que no eres tú, que ha sido tu madre todo este tiempo te da cierto alivio. No te culpes más. Este es el primer paso en tu recuperación, saber que no es tú culpa. Tú no eres la culpable de los comportamientos manipulativos, absorbentes y de indiferencia de tu madre hacia tí. No has hecho nunca nada malo, sólo has sido hija de una madre con trastorno narcisista de la personalidad. Todo lo contrario , hiciste todo lo que pudiste para satisfacerla y nunca fue suficiente.
Es hora de que te quieras y estes con personas que te puedan dar el amor incondicional que tu madre nunca ha sabido darte.
Si no haces frente a estas secuelas, tus heridas las seguirás repitiendo y lo peor las seguirás pasando a tus hijos. Porque si miras para atrás, seguro que la madre de tu madre es o fue también una madre tóxica-narcisista. Y al final , tu madre, la víctima que no pudo ni supo hacer frente a su progenitora para acabar con el maltrato.
¿Tú vas a continuarlo o vas a pararlo? Recuerda que tienes derecho a equivocarte a repetir patrones ya que no es fácil. Hay que volver a aprender a vivir y a reprogramar el cerebro. Pero se puede. Se puede ser libre y feliz.