A los que tratáis de desprestigiarme daros las gracias porque como me acaba de decir una gran amiga que conocí gracias a mi libro “Sobrevivir a una madre narcisista”, alguna roca he movido para que tratéis de hundirme.
Desde que saqué el libro he recibido críticas, y ojo acepto las críticas, ya que los halagos solo no hacen crecer nuestra vanidad y no nos enseñan nada. Siempre me he tomado las críticas como algo positivo para aprender (digo que la resiliencia es lo que me define). Pero cuando las personas tratan de cortarte la cabeza, ahí denotas la maldad de los que se esconden tras máscaras semiperfectas de bondad y generosidad.
Allá por el año 2008 descubrí a través de un grupo en Facebook en ingles, Freedom from parental narccisistic abuse, lo que había vivido toda mi vida. El alivio fue inmenso al entender lo que había sufrido durante mi infancia y adolescencia donde había crecido pensando casi que era un monstruo, y que no era la única persona en el mundo sintiéndome así. Desde ese momento decidí leer y estudiar sobre el tema y traducir al español lo que encontraba para ayudar a abrir los ojos a otras víctimas como yo. Lo siento no había nada, nada en español sobre el tema.
Ningún profesional, jamás me había ayudado, nadie me había dicho lo que había vivido, ni nadie me había dado herramientas para salir del estado de depresión crónico con etapas donde por mi siempre eterna lucha me encontraba mejor. (salvo pastillas).
Llegue a creer que era la vida que me había tocado, que había venido a este mundo con poca suerte y que jamás podría lograr ser feliz a pesar de mi pareja e hijos. Algo me faltaba siempre, el vacío por dentro me quemaba aunque luchaba por llenarlo con ejercicio, mi familia, meditaciones, o cualquier terapia que encontraba.
Entender lo que había vivido fue revelador, pero yo seguía casi igual. Hasta que encontré a Melania Tonia Evans, víctima australiana del abuso narcisista, que me salvó la vida. Con ella entendí que era adicta a los péptidos con los que había crecido.
Oír por primera vez sobre la adicción emocional me llevó a leer y encontrar al Dr Joe Dispenza (neurólogo) y entender como funciona eso de los péptidos en el cerebro, y a descubrir al genial Bruce Lipton Biólogo Celular, que demostró que nuestras creencias modifican nuestro ADN. Eso fue tremendamente liberador. Saber que me sentía siempre poca cosa, insegura, … porque era lo que me habían hecho creer, y que vivía según esa programación. Pero con Lipton descubrí que tenía el poder de cambiar esos pensamientos que habían sido parte de mí toda la vida y eran lo que me mantenían atrapada en un estado gris y atrayendo personas poco deseables, y esto me devolvió a la vida.
Y aquí estoy, contando mi experiencia, y narrando los pasos de mi proceso (eso es mi método) y tratando de que otras personas hagan lo mismo: Abrir los ojos y que sigan leyendo y aprendiendo para que descubran el gran poder que llevan dentro. No trato de sentar dogma ni mucho menos, solo ser una luz en su camino, como otros lo fueron conmigo, y que sepan que pueden brillar enormemente destapando el poder de su mente, reprogramándose. Esto es, que entiendan la neuroplasticidad y el poder que da entender que podemos modificar nuestro cerebro.
Espero seguir ayudando a más personas a que entiendan lo que han vivido, con la empatía que otorga que lo lean de otra víctima. Y a los cientos de personas que escribís dando las gracias, deciros que contribuís cada día a que mi felicidad sea una adicción. Brillar porque no importa lo que os hayan hecho creer, sois maravillosos, conectar con vosotros, con vuestro Yo precioso, desplegar vuestras alas y volar. Besitos.