Los abusos de una persona narcisista nos dejan huellas y heridas difíciles de borrar. Aun después de llevar tiempo lejos de esa persona abusadora en tu vida, bien sea tu madre o tu pareja, sigues arrastrando la lacra del abuso.
Está probado por neurocientíficos que el abuso sufrido modifica hasta la estructura del cerebro así como no sentir que la vida te cuesta.
Al conjunto de heridas y comportamientos adaptativos que deja el abuso narcisista se le denomina síndrome de la víctima narcisista, y una de esas secuelas es la crítica interna .
Cuántas veces al día te pescas hablándote a ti misma/o o escuchando una voz dentro de ti que te dice lo poco que vales.
Tranquila, o tranquilo no eres el único al que le pasa esto, no pienses que estás mal de la cabeza por ello por ello por favor.
Crítica interna
Esa crítica es en realidad la voz de tu abusadora que está tan internalizada que se ha vuelto propia. Esta autocrítica hace que seas exigente, cruel contigo mismo y a veces con los demás.
Tu diálogo interno, no sólo te provoca más ansiedad, sino que tiende a generar sentimientos de culpa. Por lo que hiciste, por lo que no, por qué no estuviste a la altura de las circunstancias, por qué no te diste cuenta de todo antes, por… toda una serie de motivos poco realistas, bastante irracionales, de autoexigencia.
También son frecuentes los sentimientos de indefensión e impotencia. El pensamiento también produce mucha ira, sentimientos de hostilidad, de rabia, e imágenes de agresión contra la persona que te ha generado el daño.
A todas esas voces, yo les llamo nuestros fantasmas . Esas voces que nos persiguen aún lejos de la persona narcisista y que tenemos que aprender a callar.
Con todo ello, los flashbacks y los diálogos internos, se produce un estado emocional en el que predominan la ansiedad, la culpa, la ira, la rabia, la hostilidad, a veces la vergüenza, y con mucha frecuencia la tristeza e incluso la depresión.
Este estado emocional produce un fuerte malestar psicológico, alta activación fisiológica y problemas de conducta a la hora de adaptarse a las distintas facetas de la vida cotidiana.
Aunque te separes de la persona narcisista, los fantasmas ( tu diálogo interno e imágenes) conviven contigo. Esa voz interna no se calla poniendo distancia, ni con el paso del tiempo. Se espacia, pero cuando menos te lo esperas vuelve para hacerte sentir mal.Por eso es importante ya no solo el alejarte físicamente de la toxicidad, sino trabajar para enfrentar estas secuelas para separarte emocionalmente de la persona narcisista.
Has de saber que lo que la persona abusadora decía de ti no ha de definirte. Lo que soltaba por su boca, no eres tu sino un reflejo de las cosas en ella que no le gustan. Por favor, deja la culpa a un lado y descubre quién eres de verdad, acalla a esos fantasmas para que las únicas voces que escuches sean las de tu corazón, las que sientes y son verdad.