Aunque normalmente una madre narcisista prolonga su ego y lanza su ira a traves de una hija esto no significa que los varones no sufran los abusos de una madre con trastorno de la personalidad narcisista.
Aqui el ejemplo de un alma que ha decidido tomar las riendas de su vida:
«No admite el error ante mi o ante otros… pero ella es totalmente consciente de cómo lo hace y por qué lo hace?? Es así?? Pues vaya hija de puta…
Pero creo que conmigo se ha equivocado de víctima. Llevo mucho tiempo aguantando por el bien de una familia pero no es mi familia sino la de mi madre y mi padre. Si ella hace división para mantenerse en el poder y mi padre se mantiene al margen, por ignorancia o comodidad, creo que es hora de que les explote en la cara.
Mi abuela trataba a su chivo (mi madre) con menos aprecio, con más exigencias, con menos cariño, menos elogios, menos bienes y menos consideración que a los restantes. El gran golpe para mi abuela fue que mi madre se echara novio con 29 años y se casara 6 días antes de los 30. Se le iba a la que ella había elegido para que permaneciera a su lado en su vejez.
Desde que yo recuerdo cada vez que mi madre recibía menos en vez de mandar a mi abuela a la mierda cosa que yo le decía que hiciera, iba a portarse mejor aun, a esforzarse más por su madre para recibir a cambio las migajas que habían sobrado de repartir todo a los otros.
Si sabes que yo ante los ataques de tu madre te aconsejo que la mandes al carajo, no me lo hagas a mí porque ya sabes de qué pie cojeo.
Además todo lo que le habían hecho en su casa lo sabia yo, o porque me lo contaban o porque lo veía directamente.
Cumplo los 4 años la última semana de julio. Mi tío solo bajaba al pueblo en verano.
Estando jugando con mis primos y mi abuelo hablando con dos hijos varones entra a casa de mis abuelos mi madre y les dijo mi abuelo a mis tíos: «callad que viene vuestra hermana». Se trataba de la compra de un solar entre el padre y 3 de los 5 hijos. Pasados tres meses le venden a mis padres una parte a 5 veces y media lo que esa misma parte les había costado a ellos. Jamás he entendido por qué no cortó mi madre relación con su familia en ese mismo momento.
A mí no me habrían visto el pelo más… bueno quizás porque vivían en el mismo pueblo…
Con 7 años se le antoja que yo no me puedo llevar bien con su suegra palabra que adoro porque la mayor cantidad de veces que he oído esa palabra era cuando se referia a mi ABUELA, así con mayúsculas, la paterna, la madre amorosa, la hermana justa, la abuela protectora y la suegra amable.
«Eres igual de tranquilo que tu abuela» (pero si soy un manojo de nervios ja ja; tranquilo para moverme para hacer algo que tu quieres pero yo no… pues si, claro)… y otro día… «eres más tranquilo que tu abuela» … y así unas 5 veces. A mi me tocaba más la fibra no porque me dijera tranquilo a mí, sino porque nada le daba derecho a hablar mal de mi abuela en mi presencia.
A la de 5 o así le contesté: «prefiero paracerme a mí abuela, que por lo menos quiere a sus hijos». Por la cara que puso parece que no le gustó la respuesta.
Al año y pico le dio por intentar que le tomara odio a su madre. Como cuando me contaba todo lo que su madre le había hecho y le hacía, yo no le daba más cariño, ni más atención, ni abrazos… optó por exponer un ataque directo…: «si lo que más me duele no es que mi madre no me quiera a mí, sino que no os quiera a vosotros». Y yo en 4°de EGB que estaría estudiandome la alimentación de las hojas le contesté: «pues lógico, si la savia no pasa por el tronco Cómo va a llegar a las ramas?»
Y de esas un sinfín; ella esperaba que el hijo que ella había educado para amar incondicionalmente agachase la cabeza y como no lo conseguía o se enfadaba mucho o se quedaba como atontada al romperle los esquemas.
Se dedica a cuidar, abonar y regar la tierra pobre del corazón seco de mi hermano menor, sabiendo que no va a dar fruto porque lo tiene tan seco como ella. Se ha confiado y a la tierra fértil del corazón de su chivo expiatorio, le pide productividad tratándola con desdén pensando que es una fuente inagotable de amor.
La bruja de Blancanieves tiene los días contados. Voy a salir al mundo, a irradiar luz, a dar amor (aunque quien más me debiera haber querido casi me deja el corazón inhábil), a ocupar en el mundo el lugar que me corresponde, el de una persona con unas cualidades muy imperfectas pero al parecer mejores que las de ella y que por eso me envidia y me trata así.
Espero que el niño dorado al que le ha dado la función de aniquilarme se dé cuenta de cuantas veces ha servido a su «reina» y de cómo jamás lo ha valorado ni elogiado salvo cuando quería que estuviera a su servició, y toda esa ira se vuelva contra ella y que el asesino psicológico que programó para matar a quien le podía hacer sombra, se convierta en su propio verdugo.
Me alejo del castillo, de un reino de odio, tramas, rencores y traiciones. Pero ojalá que la reina siga tan encelada y obsesionada con su chivo para que se busque espejos que le hagan saber lo bien que le va la vida, los progresos laborales, sentimentales y cuánta gente tiene a su alrededor que lo quieren y a quienes corresponde.
La bruja no ha conseguido su propósito: «aislar a Blancanieves del mundo, negarle la opción de conocer la normalidad, cuánto amor hay fuera para que viviera resignada a las pizcas que puedan salir al estrujar un corazón tan seco como el de mi madre.
El tren que esta pasando es el de NUESTRA VIDA
COJAMOSLO SIN MIEDO »