Los “chicos malos’ causan estragos en nuestras vidas, nuestros cuerpos y nuestros cerebros. No solo nos sentimos atraídas a ellos por motivos, emocionales y psicológicos. La bioquímica tiene su gran parte de culpa.
Podemos volvernos adictas a las subidas y bajadas de una relación destructiva con un narcisista, y tras la ruptura, la sanación puede ser similar a la rehabilitación de una adicción a las drogas.
¿Cuántas veces te has preguntado por qué no podías dejar a tu pareja sabiendo que te hacía daño?
Pero incluso una vez separada y establecido el contacto cero, te preguntas por qué te mueres por volver con él aún sabiendo como te trata.
Cuando nos encontramos por primera vez con una pareja tóxica, nuestro vínculo con él se consolida rápidamente a través de su excesiva atención combinada con, al principio, ocasionales retiradas de afecto.(la etapa del love bombing). Así podemos decir que el poderoso vínculo que creamos con el narcisista surge de nuestros vínculos bioquímicos.
El narcisista te da y te quita como has visto en la explicación del vínculo traumático. Te mantiene en una montaña rusa de emociones, y su ocasional afecto termina siendo como droga para tu cerebro. Vamos a verlo por partes para que lo entiendas.
Si te preguntas por qué no te has ido antes de la relación, por qué no has huido,.o necesitas estas con él.. deja de culpabilizarte. Porque la respuesta no está en tu mente, si no en los efectos de la química.
Empezaremos viendo los químicos y hormonas que forman parte del apego con el narcisista, y que tiene poco que ver con sus propios méritos, sino con su comportamiento:
Dopamina: Las experiencias positivas con el narcisista como citas inolvidables, atención exagerada, adulación, un sexo increíble, regalos y grandes gestos románticos pueden liberar dopamina en el cerebro.
La dopamina es un neurotransmisor que controla el centro de placer de nuestros cerebros y crea circuitos de recompensa, que luego generan asociaciones automáticas en nuestro cerebro que vinculan a nuestras parejas románticas con el placer e incluso con nuestra supervivencia.
¿Recuerdas los agradables primeros momentos con tu pareja narcisista, las citas románticas, los elogios, el sexo increíble, incluso después de haber roto? Lo haces porque tu cerebro libera dopamina y tu cerebro te pide que «lo hagas de nuevo».
Las disculpas, las palabras dulces después de una gran discusión, las demostraciones de ternura durante la fase de devaluación,… fortalecen el circuito , generan más dopamina en ti y hacen que te quedes atrapada en el círculo de necesitar más de lo mismo, necesitas tu recompensa.
La dopamina es el neurotransmisor responsable de la adicción a la cocaína, y también el responsable de la adicción a las parejas románticas peligrosas. De acuerdo con Harvard Health, tanto las drogas como los recuerdos intensos y placenteros activan la dopamina y crean circuitos de recompensa en el cerebro, que esencialmente le dicen al cerebro que «vuelva a hacerlo».
No es que no sepas que el narcisista te hace daño, claro que lo sabes, pero la química es más fuerte que tú.
La dopamina fluye más fácilmente en el cerebro cuando hay un «refuerzo intermitente» en lugar de un programa consistente (el afecto que recibes del narcisista es intermitente, en una relación “sana” es consistente). Tú te quedas esperando a recibir algo bueno.
La Dra. Helen Fisher (antropóloga biológica y autora de “Anatomía del Amor” descubrió que esta experiencia de «frustración-atracción» en una relación romántica en realidad aumenta nuestros sentimientos de amor, en lugar de obstaculizarlos. En sus libros nos dice cómo los cerebros de quienes se encuentran en relaciones cargadas de adversidad se activan de una manera inquietantemente similar a los cerebros de los adictos a la cocaína.
Como ves, la dopamina ha fluído más en ti por el comportamiento abusivo e intermitente del narcisista. Eso te ha dejado “enganchada” a él. La ciencia debe servir para que empieces a dejar de culpabilizarte. Tratate con todo el amor que mereces porque caer y quedar atrapada en una relación abusiva ha sido culpa de la quimica, y tu poco podías hacer contra eso.
Oxitocina: Es la llamada hormona del «amor» y «el vínculo». Esta es la misma hormona que une a la madre y al niño al nacer, y también te une a los hombres que no te merecen.
No olvides cómo nace el vínculo con el narcisista. A través de una relación que empuja a la velocidad de la luz. Las relaciones íntimas con él hacen que liberes oxitocina que promueve no solo el apego, sino también la confianza.
Investigaciones como la del neurocientífico suizo Thomas Baumgartner muestran que cuando la oxitocina está involucrada, la traición no necesariamente tiene un efecto en nuestro cerebro.
Por lo tanto, el engaño de una pareja tóxica no nos impide confiar en él a ciegas.
El efecto oxitocina también puede ser más fuerte para las mujeres que para los hombres; según Susan Kuchinskas, autora del libro “La química de la conexión”, la respuesta a la oxitocina puede ayudarte a encontrar confianza, intimidad y amor, el estrógeno tiende a promover los efectos de la unión de la oxitocina.
En otras palabras después de relaciones íntimas con el narcisista, las mujeres químicamente somos más propensas que los hombres a “tragar”.
La química trabaja en tu contra. Es ella y no tú la responsable de tu vínculo al narcisista. Una vez que nos hemos vinculado con el narcisista sexualmente, también nos hemos unido psicológicamente y emocionalmente con él.
Cortisol y adrenalina: La pareja narcisista hace que con su comportamiento de hoy te doy mucho y mañana nada, nuestros niveles de cortisol y adrenalina (regulan nuestras reacciones ante situaciones estresantes) se disparen.
Según Christopher Bergland, la oxitocina, la adrenalina y el cortisol trabajan juntos para consolidar los recuerdos basados en el miedo. Por lo tanto, tus temores y ansiedad por el abandono por parte de tu pareja, combinados con la intimidad física, hacen que los recuerdos relacionados con el narcisista sean más vívidos y más difíciles de borrar de tu mente.
La imprevisibilidad, el miedo y la ansiedad que se dan en una relación con un narcisista liberan adrenalina, que tiene un efecto antidepresivo. El miedo también libera dopamina, que alimenta los circuitos de recompensa en nuestro cerebro, dejándonos añorando esa descarga de adrenalina.
El miedo y el placer se entrelazan, a pesar de nuestros mejores esfuerzos para exponer y desmantelar la aparente irracionalidad de nuestro comportamiento.
Esta es la razón por la cual tiendes a unirte más estrechamente al narcisista, por la montaña rusa de emociones en la que te hace vivir. Las hormonas neurotransmisoras (cortisol, adrenalina, dopamina,..) son las responsables y la razón por la que te has vinculado de manera inadvertida con alguien que te ha lastimado. Es el ya visto «vínculo traumático».
Serotonina: Cuando nos enamoramos, nos volvemos obsesivos como las personas con trastorno obsesivo compulsivo (TOC).
Según investigaciones del Dipartmento di Psichiatria, Neurobiologia, Farmacologia e Biotecnologie de la Universidad de Pisa, Italia, revelan que los niveles de serotonina en nuestros cerebros disminuyen de manera similar cuando estamos enamorados, como lo hacen en los cerebros de las personas con trastorno obsesivo compulsivo.
Dado que la serotonina regula y estabiliza el estado de ánimo, frenando el pensamiento obsesivo, puedes imaginarte cómo niveles bajos de serotonina pueden hacer que nuestra capacidad de juicio no sea la adecuada cuando nos involucramos románticamente en una relación.
Los niveles bajos de serotonina también fomentan el comportamiento sexual. Por lo que la baja serotonina hace que sea más probable que también nos veamos arrastradas por los enlaces creados por la oxitocina y la dopamina.
Dado que la dopamina también se libera cuando tenemos recuerdos placenteros, soñar despierto y recordar constantemente los primeros momentos románticos de una pareja encantadora a menudo tiene el efecto de amplificar este circuito en el cerebro.
Es por esta química de las hormonas en tu cerebro que esperas ansiosamente la llamada del narcisista o un mensaje suyo, o rememoras las primeras citas con el narcisista y necesitas a veces volver con él.
El narcisista domina nuestro cerebro las veinticuatro horas con su comportamiento impredecible y su love bombing. Por eso no has de extrañarte ni culpabilizarte por haber desarrollado una compulsión irracional para mantenerte atada o por querer volver con el narcisista. Es la química.
Lo importante es que entiendas que la potencia de la química es más fuerte que tu raciocinio
y que por ella te has quedado en una relación con una persona que no te trataba bien. No toleres a nadie que te diga que eres tonta por haberlo hecho. No te culpes por “tener ganas de volver con él”. Es la adicción química la que te ata a él, y no la puedes superar de manera racional.
Pero por favor tranquila, La ciencia y tu cerebro (neuroplasticidad) están a tu favor. Puedes modificar tu cerebro y cambiar esta adicción. Puedes hacerlo .
Lo importante es que empieces a respirar y liberar la culpabilidad que te ha acompañado todo este tiempo. Con una menor carga es más fácil caminar hacia tu sanación y propio encuentro.
Nos enamoramos de aquello a lo que admiramos. Si admiramos a alguien narcisista, es que en el fondo también lo somos.
Ese victimismo instalado en la sociedad de que qué malos son siempre los demás y nosotros víctimas, debería rebajarse, analizarse y atenuarse. Por el bien de todos. Si no queremos caer en la trampa de la infantilización de la sociedad.
Responsabilícemonos de nuestras decisiones y si nos equivocamos, simplemente reconozcamos el error. Nadie nos pone una pistola en la cabeza para liarnos con alguien determinado.
No dudo que haya casos de personas que son engañadas por un malvado, perverso y narcisista encubierto, pero en muchos otros casos, se trata de personas igualmente narcisistas. Los he conocido a pares por mi trabajo. Parejas de narcisistas hay muchas. Es más, la mayoría de matrimonios o parejas de larga duración en las que uno de ellos es narcisista, también lo es el otro.
Y ahora a llorar un poco y victimizarse un poco más.
Las parejas no se impone, se eligen. Por tanto si alguien eligen a un narcisista, que analice por qué.
Es verdad que nuestras parejas son una proyección de nosotros mismos y que victimizarse es lo más fácil además de ser una secuela del abuso narcisista. Pero hay que entender que tanto el abusador narcisista como su victima son dependientes, vienen de una familia en la que no han recibido validación. Uno puede decidir sobre su pareja, puede aprender a poner límites y a que decir no pero cuando te han maltratado de pequeño, cuando has sufrido el abuso narcisista por parte de tus padres, ese vinculo traumático no lo has podido romper ni tan poco has aprendido a saber que es amor de verdad. A estas personas nos es muy fácil caer en manos de un depredador, y efectivamente para salir del círculo del abuso no solo hay que apartarse de estas personas sino que como describo en mi método hay que reconocer y aceptar de que padecemos, siendo el victimismo una secuela muy común, para poder así cambiarlo. Las parejas se eligen pero a muchos se nos programa para no sabernos proteger de cierta personas, Muchas gracias por tu aporte porque entre todos sabemos más de este abuso silenciosos.