En 1989, Alberto Eiguer, psiquiatra y psicoanalista francés, interpreta esta patología del narcisismo describiendo al perverso narcisista y su poder manipulador.
Según Eiguer “Los individuos perversos narcisistas son aquellos que, bajo la influencia de su grandioso yo, intentan crear un vínculo con un segundo individuo, arremetiendo especialmente contra la integridad narcisista del otro para desarmarlo. También atacan el amor propio del otro, a la confianza en sí mismo, a la autoestima y a la creencia en sí mismo”.
Para atraparte en sus redes el narcisista utiliza el love bombing, que aunque cuando lo estás experimentando crees que es un halago, no lo es. Es una técnica de manipulación mental y para ello fue creada por una Iglesia en Estados Unidos.
Una vez estás a merced de su voluntad, estás “enamoradísima” seguirá manipulando borrando tu identidad para que puedas servirle a sus necesidades y te olvides de las tuyas.