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Los padres con trastorno narcisista son mentirosos, egoístas, manipuladores y compulsivos. Su personalidad despótica y totalitaria crea estragos y dinámicas tóxicas en las estructuras familiares.

Los niños son el punto más débil en una familia de padres narcisistas, ya que los padres tienen un poder absoluto sobre ellos. Los niños no tienen derecho a sentir, no tienen derecho a pensar y ser ellos mismos. El padre o la madre narcisista son el líder en este juego y sus hijos no tienen nada que hacer sino adorarle. En una familia con un padre o madre narcisista, éste o ésta son el Dios de la familia, la persona a la que hay que seguir siempre y adorar. A los niños de estas familias se les lava el cerebro fácilmente para aceptar «las reglas» de la familia. Es como en la película «Truman show». Todo es mentira y engaño, pero tú eres la última persona que se da cuenta de esto.

Te voy a dar algunas dinámicas de estas familias porque reconocerlas es fundamental para que empieces a entender tu vida, lo vivido de pequeños nos marca nuestra vida adulta, nuestras relaciones, y es fundamental sanar las heridas que nos dejo nuestra familia para avanzar.
  • Algo muy típico que en estas familias es que te convencen de lo que es bueno para ti, te hacen ver que hay actividades que no son lo suficientemente buenas para ti, o amigos que no te merecen. Bueno eso es lo que te dicen pero solo es una manera de no dejarte hacer libremente lo que quieres y de que se salgan con la suya llevándote por el camino que ellos quieren. No te dejan ver la vida, solo la parte que ellos consideran que debes de ver. Y claro tú como niño terminas creyendo lo que te dicen: que los padres que dejan a sus hijos salir un día de fiesta a sus hijos son irresponsables, que en las demás familias no saben que es ser una buena familia… .Ellos te pintan que son lo mejor, una familia honorable, trabajadora y respetuosa y que los demás no son lo suficientemente buenos.

Esto es una manera de controlar a sus hijos, sin gritos ni golpes pero igual de dañina, ya que dejan a los niños sin capacidad de decisión. No tienes derecho a tener tus propios límites e individualidad. No hay un tú como persona. La verdad es que cuando creces en una familia así nunca tienes tu propia vida. Lo peor es que cuando te conviertes en adulto te sientes culpable de olvidarte de ti mismo, de tus sueños y metas y vives confundido, perdido, vacío. Un día puedes encontrar el coraje y defenderte y decir la verdad. Decir a tus padres que son como son. Pero si le haces eso al líder, al narcisista en casa, puedes arriesgarte a un grave peligro de abuso. Debes seguir sus reglas, complacer a tu madre o a tu padre y andar con mucho cuidado cuando no esté de humor. De lo contrario, abusará de ti y tratará de hacerte de menos.

  • Otra dinámica muy normal en estas familias es que el padre o la madre narcisista te manipulan y te culpan por tus faltas hasta lograr que te avengas a sus normas y obedezcas una vez más. Te hacen sentir muy mal por algo que según ellos, has hecho mal, y te castigan para que lo corrijas y seas como ellos quieren que seas. Te hacen sentir mal por muchas cosas que pueden resultar tonterías para ti, y eso te hace sentirte devastado. Personalmente recuerdo que mi madre me gritaba todos los días porque mi armario era todo desorden me sacaba toda la ropa fuera, la tiraba al suelo para luego ensenarme como había que hacerlo. Sinceramene nunca entendí aquello, porque os aseguro que ni mis armarios estaban tan mal ni aquello era un asunto de estado para ponerse como se ponía.
  • Otra dinámica común a estas familias disfuncionales es la de objetivizar a sus hijos. Lo más importante para un padre narcisista no son sus hijos como personas, sino su imagen perfecta para lucir ante los demás. Sus hijos les sirven para mostrar una familia perfecta, para presumir de su buen comportamiento, de sus calificaciones, … Por eso les exigen en sus deberes escolares, necesitan que sus hijos tengan buenas calificaciones, o sean los mejores en el deporte que han elegido para ellos, o los más brillantes tocando un instrumento, Necesitan llenar su ego mostrando trofeos, sin importarles si a sus hijos les gusta el deporte elegido, las matemáticas, o el piano. La familia narcisista tiene una percepción muy distorsionada de cómo quieren ser vistos por los demás. Necesitan aparecer como la familia perfecta y feliz, así que los hijos no pueden revelar la verdad de lo que se vive dentro, ya que está altamente prohibido. Las consecuencias son una ira desmedida. ¿Os ha pasado? Que delante de los vecinos, profesores u otros vuestra madre o padre narcisista se esforzaba en exceso en parecer la familia perfecta.
  • Otra dinámica muy dolorosa es el que los padres o madres narcisistas no permiten que sus hijos desarrollen su propia identidad. Eso que en una familia sana se aliente, en una disfuncional está prohibido. Los niños en una familia así crecemos sin identidad. No tenemos lugar para la individualización. No se nos permiten gustos personales y preferencias de lo que queremos o no queremos hacer. Se nos convence que hay cosas que nos gustan porque son buenas para nosotros. Por ejemplo: ‘Mamá, ¿podemos ir al cine? No, no iremos allí. Iremos al parque, hay un espectáculo de música muy bueno y te va a gustar mucho. Ella no quiere ir al cine, por lo que su hijo debe sentir lo mismo. El niño le pertenece y él es una extensión de su ego.
  • Otra característica de estas familias es que no hay privacidad. La madre narcisista tiene derecho a ver todas las pertenencias de los hijos, a entrar en su cuarto cuando quiera o incluso en el baño. Hay control, manipulación y aislamiento. Lo peor es que creces pensando que eso es normal, que es lo que los padres hacen. Pero ningún padre tiene derecho a meter las narices en las cosas de sus hijos, tienen derecho a su intimidad, a ser respetados en su espacio. En estas familias las debilidades y secretos son usados contra los hijos cuando quieren mantenerlos dentro de sus límites.
  • Algo muy habitual en estas familias es que los hermanos peleen entre ellos. Y es que los padres narcisistas alientan la división entre hermanos les gusta enfrentarlos. Es una dinámica que se da cada día en estas familias y con cada acto es la triangulación. A menudo a los hijos se les asigna los papeles de chivo expiatorio y niño dorado. Al menos un hijo es tomado como el hijo chivo. Al chivo expiatorio se le hace cargar con la culpabilidad, vergüenza, ira y rechazo de la familia. El o la chivo expiatorio soportan la disfunción de la familia de una forma que les permita a los demás seguir viéndose bien, a pesar de la toxicidad de la familia. Digamos es la persona en la familia que recibe todas las frustraciones, todas las proyecciones de sus miembros para poder seguir siendo disfuncionales con tranquilidad.
Y otro al menos será el hijo dorado, el hijo perfecto, al que tu madre aplaude, justifica sus errores, y recibe un trato especial. Tu madre lo ha hecho a su imagen y semejanza. Aunque los que hemos sido los chivos de esta familia creemos que tienen un mejor lugar dentro de la familia, es el hijo que probablemente nunca podrá escapar de la familia disfuncional, con todo lo que eso implica. Algo que pasa en muchos casos en estas familias, es que a veces un hijo puede pasar de chivo, a dorado según la conveniencia de los padres.
  • Algo que también se experimenta en estas familias tóxicas es que no solo hay abusadores sino también habilitadores. También son llamados monos voladores. Protegen la imagen de la familia, fingen que todo está bien y es perfecto. Ocultan agresivamente el abuso doméstico y les hacen saber a los niños que están solos con su problema. Suelen ser otros hermanos, o los abuelos primos, o uno de los progenitores. Su actuación de ayudar en el abuso, o simplemente de hacer que no lo ven es muy doloroso para las víctimas porque colaboran a que te sientas impotente.
  • También en estas familias se dan los típicos ciclos de amor-castigo-amor, que crean el vinculo traumático. Esto es estos padres narcisistas, pasan del abuso a bombardear con amor. De humillarte a quererte. Te hago sentir mal y luego lo compenso trayéndote tu pastel favorito. Esto te lleva a sufrir no solo un vínculo bioquímico con ellos, un enganche justificando que, bueno, no son tan malos. Además este dar y quitar, crea en los hijos el síndrome de Estocolmo justificando los abusos, lo que a su vez te lleva a una disonancia cognitiva que te empuja a escoger los pensamientos que te producen menos dolor y a engañarte sobre la realidad. Justificas a tus padres, no son malos, me han comprado el juego que yo quería, y te quedas con la idea de que son buenos padres para protegerte y no sufrir. Pero créeme, no lo son, ya que es solo un juego para romperte. Es un juego mental muy engañoso y complicado, difícil de romper que distorsiona la mente de la víctima. Las creencias y las falsas emociones negativas secuestran a la víctima para caer en un estado de trance. Las mentiras lo hacen sentir atrapado y sin esperanza.

Si has sufrido o estás ahora mismo viviendo dentro de una familia así, debes tener claro que no van a cambiar. Que no los vas a rescatar de su trastorno, ya que solo ellos pueden hacerlo y parece que no han estado dispuestos a enfrentar sus heridas en ningún momento. Pero tú si puedes cuidarte y devolverte la libertad a ti y a tu alma. Puedes empezar a descubrir quién eres, a encontrar la identidad que no te han dejado desarrollar. Puedes encontrar tus motivaciones tus sueños y recuperar la confianza en ti para poder ser feliz y vivir sin miedo y culpa.

Si quieres ayuda para encontrar esa gran persona que eres, te acompaño a través del Método RAN que podrás encontrar en mis libros.

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